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Estamos lejos de tener ciudades saludables, incluso estamos lejos de vivir en una casa de características saludables, de habitares sin riesgos de enfermedades, de diseños donde el punto de partida sea la salud humana y del ecosistema completo, donde coexistamos y nos preocupemos del impacto creado.

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Existen algunas herramientas que nos permiten medir la calidad del aire, la calidad del agua, la iluminación entre otros aspectos mediante certificaciones como “WELL” donde se busca parametrizar la calidad del interior a lo que estamos expuestos, y sus resultados han sido categóricos, en indicar que por ejemplo la calidad del aire que respiramos al interior de nuestras viviendas y espacios de trabajo es de 2 a 5 veces más contaminante que el aire exterior esto debido a que la construcción y sus materiales nos están enfermando.

Investigaciones independientes han encontrado que la base de una casa saludable empieza desde su construcción, ya que muchos de los materiales utilizados en construcción tales como barnices, pinturas y sellantes e incluso algunos muebles contienen componentes tóxicos antes, durante y después de su aplicación, estos se podrían reemplazar por componentes naturales o menos tóxicos.

Debemos entender que el uso de materiales en la construcción tiene impacto en el entorno desde su extracción, transporte, manipulación, uso en obra, ciclo de vida útil y desecho, este ciclo es un impacto directo sobre el medioambiente y sobre la salud de las personas. En este sentido, la invitación a volver al origen, a construir con elementos naturales, presentes desde siempre en la naturaleza como el barro, la piedra, la cal, la madera y también considerar la elección de las técnicas constructivas más adecuadas.

El desarrollo tecnológico ha permitido, mejorar técnicamente los materiales, pero con la aparición de nuevas materias han aparecido altos costos medioambientales y económicos, toxicidad en la producción y el uso posterior, teniendo como resultado construcciones que no promueven la relación sana de las personas y los espacios que habitan, necesitamos construir un habitat adaptado a las personas y no al revés.

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