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Según se ha reportado en las últimas semanas, la calidad de vida de los teletrabajadores se ha visto afectada de forma negativa y la supuesta ventaja que se proyectaba en un comienzo con el uso de la tecnología, la eliminación de los traslados y el paso a un trabajo basado en objetivos, no hacen más que exponer lo mal preparadas que estaban las organizaciones en sus procesos de transformación digital, evidenciando los verdaderos problemas que la gente ha tenido que enfrentar para organizar sus actividades durante esta pandemia.

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Un estudio realizado recientemente en Europa por NordVPN Teams, indica que los teletrabajores muestran un drástico crecimiento de sus horas de trabajo, pudiendo observarse hasta un 38% de alza en la jornada laboral en algunos casos, además se observó un aumento significativo del uso de redes corporativas para envío de correos electrónicos en el horario entre las 01:00 h y las 03:00 h de la madrugada, lo que demuestra el bajo rendimiento que se ha generado por la gran cantidad de reuniones a las que se deben asistir, afectando el tiempo efectivo de trabajo. De igual manera, un estudio realizado en Italia reveló, que el teletrabajo durante la cuarentena ha afectado de manera negativa la calidad de sueño de las personas, generando otros problemas de salud asociados.

Empezó la cuenta final, sabemos que estamos en esta carrera vertiginosa por vencer a la tecnología, las máquinas están tomando cada vez más relevancia, la inteligencia artificial se está apoderando de muchas de las actividades que antes eran realizadas por seres humanos. Participamos en una competencia que sabemos claramente podemos perder, por eso, nuestra única esperanza está en cambiar nuestra forma de ver y hacer las cosas, tal como decía Albert Einstein “si quieres resultados distintos, no sigas haciendo lo mismo”.

Lamentablemente es exactamente lo que hemos estado haciendo en estos meses de pandemia, replicando los mismos métodos y usando las mismas herramientas que en los últimos treinta años, manteniendo un enfoque de productividad tradicional basado en la priorización, ejecución y el uso de recursos, para lograr la ventaja en esta carrera por generar resultados pero manteniendo que se refleja el viejo paradigma de que “el tiempo es oro”.

Tengo muy claro que el tiempo es valioso, pero cada vez que comparamos el tiempo con el oro, en realidad estamos cometiendo un gravísimo error, ya que según he aprendido en los últimos 8 años y habiendo escrito un libro respecto al tema, es que el tiempo no es oro, es mucho más valioso que eso “el tiempo es vida”.

Si reflexionamos en lo valioso que es el tiempo, aparece en el horizonte un nuevo paradigma, que podría ayudarnos de ahora en adelante para integrar la nueva realidad donde el trabajo digital y el presencial tendrán que convivir armoniosamente. Esta nueva visión corresponde a la “productividad consciente”, que no viene a reemplazar al anterior, sino que viene a complementarla, proporcionándole exactamente las piezas que faltan para lograr un rendimiento sustentable, basado en la cooperación, ya que usa como base fundamental el centrarse en aquellas actividades que agregan valor, invitándonos a generar capacidad disponible y desarrollar estrategias para alcanzar los resultados de alto impacto en todas nuestras áreas de desempeño.

Este cambio de percepción permite alcanzar altos niveles de productividad y satisfacción personal, ya que al generar más capacidad, incrementas las posibilidades para manejar de forma eficaz cualquier requerimiento que aparezca en tu horizonte, dándote la opción de convertirte en el largo plazo en alguien más grande que tus problemas.

En el próximo contenido te explicaré las diferencias entre el paradigma de la productividad tradicional y la consciente, y cómo también es importarte no solo automatizar sino humanizar nuestras organizaciones.