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No me cabe duda que este 21 de Mayo el Mensaje Presidencial dará mucho que hablar, cosa que es ya una tradición porque es la oportunidad propicia para que partidarios y opositores, realicen sus respectivos comentarios, basados en sus cálculos y cuentas electorales.

Bueno, eso es parte del juego político, de las diversidad de puntos de vistas y también nos permite realizar evaluaciones semi objetivas de la gestión anual del Gobierno.

Es la fecha para celebrar logros, aplaudir obras, felicitar acciones y pasar también la cuenta a lo que está pendiente o se hizo mal. Por eso, entendiendo que hay prioridades sociales, materias que serán abordadas por legisladores y dirigentes políticos, yo quiero referirme a un tema distinto pero que también ha sido postergado y que una inmensa mayoría aguardamos con impaciencia: Una buena Ley de Protección Animal.

Ya se ha hecho muy frecuente ver o leer noticias sobre casos brutales de maltrato contra animales, hechos repudiables que generalmente quedan en la más absoluta impunidad. Golpizas, envenenamientos, quemaduras, organización de peleas entre animales, abandono, atropellos intencionales, etc, son solo parte de la surtida oferta de atrocidades que ofrecen algunos que se definen como “seres humanos” en contra de indefensos seres que solo esperan de nuestra parte protección, cariño y alimento.

Estas conductas no sancionadas con la dureza que el delito amerita, estas acciones de grave crueldad se hacen cada vez más cotidianas, constituyéndose en un grotesco ejemplo para niños y adolescentes que presencian estas formas de violencia, o las protagonizan. Preocupante es que estos abusos puedan después ejecutarse entre personas. La violencia no controlada suele ir en ascenso.

En el 2009, el candidato presidencial Sebastián Piñera en su Twitter, precisamente el día de San Francisco de Asís (Patrono de los Animales y la Naturaleza) prometió una mejor ley para los animales durante su gobierno. Actualmente es el Presidente de la República y promesas son promesas. Somos muchos los que esperamos su cumplimiento.

Chile necesita una política de Estado, que eduque a la población sobre tenencia responsable de mascotas, que se fomente y financien esterilizaciones masivas (única forma de controlar el crecimiento de la población canina y atenuar el número de animales sufriendo las consecuencias del abandono). Se requiere una legislación que castigue severamente las diversas formas de crueldad, una Justicia que dicte penas ejemplificadoras. Una Ley que de ninguna forma incluya las llamadas “eutanasias” que no es más que una denominación falsa para esconder o permitir el “exterminio”. Es la población irresponsable quien debe pagar sus actos, no los animales que generalmente son las víctimas.

Finalmente un llamado a los Municipios que, por ignorancia, dejación o indiferencia, no abordan este tema y no aprueban una Ordenanza Municipal que regule conductas en su respectiva comuna. La educación de las personas, la prevención de problemáticas sociales, el tratamiento serio y efectivo de las grandes causas y tareas sociales es una responsabilidad de todos.

No intentamos que todo el mundo quiera a los animales, simplemente respetando que a algunos no les gusten, solo exigimos que nos se les dañe, se debe regular una sana coexistencia social, mediante el respeto mutuo.

Si algún día se destinan fondos para esterilizar, ojalá los recursos se centralicen de manera transparente quizás en el Servicio Nacional de Salud, ya que podríamos dudar del uso que ciertos municipios darían a esos recursos, yendo a parar a otro destino.

El Presidente de la República, los legisladores y algunos alcaldes están en deuda con la ciudadanía y sus animales.