Sueldo ético: Quiénes lo apoyan y quienes son sus detractores

Sueldo ético: Quiénes lo apoyan y quienes son sus detractores

03 Mayo 2012

Después del 1º de mayo y las exigencias sociales que la CUT, sigue la discusión por el llamado sueldo ético, polémica que fue abierta por Monseñor Alejandro Goic hace cinco años atrás. La ministra del Trabajo Evelyn Matthei señaló que este sueldo llevaría a mayores tasas de desempleo.

Equipo El Rancahuaso >
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Polémicas ha causado el tema del llamado sueldo ético que ha vuelto a la discusión después de la celebración del día del trabajo.

En la oportunidad el presidente de la CUT, Arturo Martínez, señaló que este año el sueldo mínimo debería llegar a los 250 mil pesos, cifra que supera al sueldo mínimo real en casi 70 mil pesos. La ministra del Trabajo y Previsión Social, Evelyn Matthei, contestó a estos dichos que “podría poner en riesgo el trabajo en el país”, agregando, “Nos gustaría un salario mínimo de 300 o 400 mil, pero competimos con otros países con sueldos mínimos mas bajos que en Chile". La ministra de la cartera señaló que en caso de subir el sueldo mínimo a esa cifra, el desempleo subiría a un 10%, por lo que indicó “Con 250 mil pesos la cesantía sería muchísimo más alta de lo que es hoy día, entonces hay que preguntarle a la gente que perdería el empleo si cree que eso es algo bueno”, señaló Matthei.

En tanto, quien planteó el tema, Monseñor Alejandro Goic, lo hizo a mediados del año 2007 en medio de una movilización de trabajadores contratistas de Teniente, ocasión en la que el Obispo de Rancagua reflexionó sobre los trabajadores y sus ingresos.

“Efectivamente, en el contexto de una huelga que hubo en El Teniente en el 2007,  salió este concepto que fue a raíz de las grandes diferencias salariales que había entre los trabajadores de El Teniente y contratistas, en labores similares. En ese momento, yo pensaba en miles y miles de trabajadores del campo y la ciudad que trabajan por sueldos mínimos, y yo hacía una reflexión que nos pusiéramos en el lugar de esas personas para ver si era posible vivir con un sueldo que, en esa época, era de 150 ó 160 mil pesos, y eso causó un debate que nunca imaginé, qué duda cabe que el país se ha desarrollado, pero que el beneficio del desarrollado no ha llegado todavía a los sectores más vulnerables. Yo creo que la única manera de resolver este tema, es ponernos en el lugar de los que tienen menos ingresos y pensar si podríamos vivir cuatro o cinco personas con ese ingreso. Ponerse en el lugar de los otros, de los más pobres es condición indispensable para modificar esta sociedad para hacerla más equitativa. Es parte del proyecto de Dios, que quiere que todos sus hijos vivan con dignidad”, señaló el ex presidente de la Conferencia Episcopal.

El Obispo de Rancagua también ha recalcado desde que se planteó el tema que el desarrollo de Chile no sólo va por el lado económico y de cifras, sino que además por una distribución del ingreso que no sólo beneficie a unos pocos: “Es una cuestión del corazón. Un empresario debería considerar que la empresa es una comunidad de personas, y que los trabajadores que están con él son parte de esa comunidad y hacer partícipe de las ganancias a los trabajadores es parte de la visión de la empresa como comunidad de persona, pero, en cambio, si se piensa en el beneficio propio y personal de quien maneja el capital, pero no se procura beneficiar a quienes son parte importante del éxito de su empresa con sueldos más dignos, es evidente que nunca vamos a lograr superar este abismo entre los que tienen más y los que tienen menos.

Es una actitud de corazón, que supone, en clave cristiana, lo que nosotros llamamos la conversión, qué sentido tiene acumular y acumular, mientras otros no tienen lo mínimo para vivir con dignidad y en un país mayoritariamente cristiano, entre católicos y evangélicos, los cristianos deberían estar a la vanguardia de generar esta sociedad más equitativa. Juan Pablo II, cuando vino a Chile dijo que los más pobres no pueden esperar, han pasado 25 años y hay un sector importante de chilenos, un 20 por ciento a lo menos, que siguen esperando que a ellos también les llegue parte del desarrollo.

Entonces, la actitud cristiana y evangélica es ponernos en el lugar de los más humildes, y hacer todo el esfuerzo para dialogar y buscar un camino de un ingreso verdaderamente ético, pero que no se logra con subsidios, sin duda, que eso es una ayuda, pero lo digno son ingresos éticos, salarios éticos dignos que compensen el esfuerzo que hacen los trabajadores por el desarrollo de las empresas y del país”.

La polémica del ingreso mínimo mensual no viene desde discursos retóricos, sino de desigualdades extremas, quizás demasiado, tomando en cuenta que Chile tiene un Producto Interno Bruto (PIB) per cápita (por persona) de US$ 16.172. Esta cifra corresponde a un poco más de $8 millones o $32 millones para un hogar promedio compuesto por 4 integrantes. Si hacemos el supuesto que el PIB (un indicador que mide la riqueza acumulada en un territorio) es una aproximación de los ingresos que reciben las personas, $32 millones al año, significa algo así como $2,7 millones al mes.

Las interrogantes quedan planteadas por sí solas ¿Es descabellado pedir un sueldo mínimo de 250 mil pesos? ¿Los empresarios están de acuerdo con este sueldo? ¿En qué afectaría a la inversión en Chile? Opinemos al respecto.

FUENTE:

http://www.df.cl/

http://www.emol.com/

http://www.elmostrador.cl/

FOTO: http://lamoraldelosbuitres.com/