Rescatar y poner en valor los productos locales patrimoniales de la Región de O´Higgins, es el objetivo del nuevo restaurante ubicado en Gamero 425 local 3, de nombre El Abasto. Un local donde se puede encontrar un buen cordero del Secano Costero, cocinado con sal de Lo Valdivia, en un plato de greda de Pañul, acompañado de una guarnición de quinoa de Paredones, todos sobre una silla de mimbre de Chimbarongo. 

La intención de los creadores, María Consuelo Poblete e Ítalo Prelle, es entregar una propuesta gastronómica, bistró, con una cocina de autor, novedosa, de manera de rescatar en especial aquellos productos y objetos, que están corriendo riesgo de desaparecer. El local es pequeño y acogedor, la comida nos sorprende tanto en su presentación como en su sabor, con una propuesta honesta y sencilla, y es atendido por sus propios dueños, en esta primera etapa o marcha blanca sólo habrá almuerzos, para después, de manera paulatina, abrir una sección de sánguches de autor, durante la tarde, también trabajados con productos regionales.

“Cada producto tiene una historia, un origen y un productor, en El Abasto podrán escuchar la historia de cada uno, su origen y también podrán acceder a los contactos de los productores para coordinar visitas guidas, rutas y compras. La calle Gamero de a poco va tomando un estilo especial, junto con el aclamado Comedor Popular, El Abasto y los nuevos restaurantes que se irán abriendo; pronto tendremos en el centro de Rancagua un punto turístico gastronómico de alta calidad. durante el segundo semestre El Abasto nos ofrecerá talleres de cocina de distinta índole, además de cena a ciegas con cocineros invitados de alta gama”, indicó María Consuelo Poblete. 

“El Abasto comida de mercado, es un nuevo restaurante que viene a poner en valor nuestros productos locales y patrimoniales, trabajando directamente con los FIC (Fondos de Innovación para la Competitividad, dirigidos por universidades), es así como podremos encontrar dentro de sus propuestas productos con una alta carga histórica, como son la chicha de Nancagua o La Estrella y el chacolí de Doñihue, cordero del secano, cochayuyo de Bucalemu, quinoa de Paredones, sal de mar de Cahuil o Lo Valdivia, aceitunas de Lolol, y productos del mar de nuestra costa. Además, dentro de lo utilitario encontraremos piedras labradas de Pelequén, cerámicas de Pañul o la presencia de mimbre de Chimbarongo”, finalizó el también dueño del lugar, Ítalo Prelle.