La fuerza sanadora de las Plantas Medicinales

La fuerza sanadora de las Plantas Medicinales

18 Abril 2013
El siglo XX estuvo marcado por la industrialización y la supremacia de la química. La importancia de las plantas como remedios curativos comenzó a perderse, y con el progreso y el éxito de las ciencias naturales las sustancias de muchas plantas medicinales fueron aisladas para ser sintetizadas.
Juan Lama Ortega >
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En un paso posterior fueron modificadas las estructuras de las sustancias extraídas de las plantas, para lograr medicinas más efectivas o más asimilables. El caso más conocido es el ácido acetilsalicílico que alcanzó su éxito como Aspirina y que aún hoy en día mantiene su posición. La sustancia elaborada químicamente desplazó de su lugar a la corteza de sauce con sus sustancias y componentes.

 

Sin embargo la desnaturalización de las sustancias activas, ignora muchos otros efectos positivos que el conocimiento milenario sobre el poder curativo de las plantas ha intentado transmitir hasta nuestros días. Muchas voces nos animan en la actualidad a regresar a la naturaleza, en el sentido de un regreso a la medicina alternativa que ayuda a sanar sin ser perjudicial y también a recuperar la relación con la naturaleza de la que formamos parte.

 

En general las plantas medicinales no son utilizadas para enfermedades graves o agudas, sino más bien para mantener sano el cuerpo, también como prevención para malestares ligeros, o como terapia suplementaria para aliviar los síntomas de algunos tipos de enfermedades crónicas. Los resultados suelen ser más lentos, pero normalmente tienen menos efectos secundarios que en las medicinas elaboradas sintéticamente.

Habría que decir que si una persona necesita medicamentos químicos de farmacia recomendados por un médico de su confianza debería tomarlos, pues el fanatismo nunca es positivo y puede terminar pasando factura. Sin embargo el consejo que muchos médicos y terapeutas naturistas dan ya en la actualidad, es que los pacientes pongan al médico y a los medicamentos en la corriente divina, con el fin de potenciar sus bondades y reducir sus efectos negativos.

 

Es indiscutible la fuerza sanadora de las plantas medicinales, la que viene actuando desde hace milenios formando parte de un conocimiento ancestral. Pues incluso cuando aún hoy día los principios activos no han podido ser demostrados en todo su amplío espectro con los métodos científicos actuales, éstos actúan y ayudan. La naturaleza está llena de vida, por lo que es recomendable dirigirnos a las plantas como seres vivos cuyas fuerzas informativas pueden dar impulsos para que el cuerpo humano pueva volver a tener un equilibrio armonioso.

Y sí está en nuestro ánimo salir al campo y tomar algunas hierbas de la naturaleza, deberíamos en primer lugar pedirles sus dones agredecidos por el regalo que nos hacen. En el libro «Reconócete y cúrate a través de la fuerza del Espíritu» de la editorial Vida Universal, que nos ha sido dado por el Espíritu de Dios a través de la profeta de la actualidad, Gabriele, está escrito lo siguiente sobre las plantas medicinales: «Trátalas bien y date cuenta de que contienen fuerzas etéreas muy valiosas. Cuanto más te orientes a las fuerzas etéreas tanto más se activarán estas en las hierbas y formas de vida».

 

 

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Juan Lama Ortega

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