Senador Rossi: La marihuana, el aborto, la eutanasia y sus parejas

27 Julio 2012

En el análisis de la confesión del Senador Rossi, en la cual junto con reconocer el consumo, aclara el no es productor de la marihuana que consume, sino la recibe de personas que se la facilitan a título gratuito, se pueden desprender varias conclusiones.

Roberto Olivares >
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Con una verborrea digna de mejor causa, el Senador P.S. Fulvio Rossi, ex vicepresidente de su partido, ex marido de la candidata a Alcaldesa por Santiago del conglomerado Concertación – P.C. y ¿actual o ex pareja? de una pre candidata a la presidencia de la República, la también Senadora Ximena Rincón, tras confesar es un consumidor “esporádico” de marihuana, defiende su afición, adicción o lo que sea, basándose en que, según su opinión, no sería nociva -o al menos “tan” nociva- para la salud. Una defensa que, independiente de inaceptablemente pretender poner su “razonamiento” por sobre la legislación vigente, implica el Honorable podría haber incurrido en varias conductas que si no son constitutivas de ilícito, ¡están peligrosamente cerca!

Y es que del análisis de la confesión del Senador Rossi, en la cual junto con reconocer el consumo, aclara el no es productor de la marihuana que consume, sino la recibe de personas que se la facilitan a título gratuito, se pueden desprender varias conclusiones, como el que quienes le facilitan la droga al Honorable sí son productores, lo cual está penado por la Ley, o la adquieren de otros, lo cual también está penado. Y al respecto la Ley 20.000 dice: “El funcionario público que, en razón de su cargo, tome conocimiento de alguno de los delitos contemplados en esta ley y omita denunciarlo al Ministerio Público, a los funcionarios de Carabineros de Chile o de la Policía de Investigaciones, o de Gendarmería en los casos de los delitos cometidos dentro de los recintos penitenciarios, o ante cualquier tribunal con competencia en lo criminal, será castigado con presidio menor en sus grados medio a máximo y multa de cuarenta a cuatrocientas unidades tributarias mensuales”.

Del análisis de la confesión de Rossi además se puede sacar otras conclusiones, pero prefiero plantear preguntas para cada lector llegue a las suyas: ¿Cuándo el Senador consume marihuana, lo hace sólo? Una pregunta válida, considerando es sabido el “pitear” suele ser una actividad social, y la Ley castiga la concertación para su consumo. ¿Es el Senador Rossi el que va a buscar el “producto”, transportándolo a su domicilio, o sus proveedores se la llevaban? ¿Sabían sus “parejas” (ex Diputada y ex Ministra Carolina Tohá, y de la Senadora y pre candidata presidencial Ximena Rincón), de su afición o adicción?

Ahora en todo caso y dado el Senador Rossi es de profesión médico, es de esperar no intente imponer su “razonamiento” por sobre la legislación vigente respecto de temas tales como el aborto y la eutanasia, y se sienta en el derecho de proceder en consecuencia.

El tema del por qué los miembros del Poder Legislativo no tienen, como todos los miembros del Poder Ejecutivo y Judicial, además de desde el más alto al más modesto de los funcionarios de la Administración Pública, la obligación de someterse a pruebas de control de drogas, y aún cuando sean consumidores, ese hecho no los inhabilita para ejercer el cargo, ¡da para otra columna!