Renuncias y democracia: La falta de compromiso de los políticos

08 Enero 2021

Las renuncias de este tipo, como otras que se han evidenciado por parlamentarios especialmente en épocas electorales, son un abandono de las responsabilidades asumidas para el cargo, entorpeciendo el trabajo distrital y legislativo para atender las demandas de la gente.

Victor Manuel C... >
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Es época de elecciones y ya se vociferan renuncias de parlamentarios para asumir desafíos electorales. Es el caso del Sr. Felipe Harboe (PPD) quien el pasado sábado informó que se presentará como candidato a la Convención Constitucional destinada a redactar la nueva Constitución, debiendo renunciar a la senaduría por la antigua Circunscripción Octava interior -actual región del Ñuble-, ganada en las elecciones del 2014.

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Más allá de la habilitación constitucional para dicha renuncia, introducida por la Ley Nº 21.200, resulta cuestionable el anuncio de abdicación del señor Harboe dado que privar a la región del Ñuble de senadores con legitimidad y representatividad democrática. Recordemos que, a mediados del año pasado, el ex senador Víctor Pérez (UDI) -igualmente electo en los comicios del 2014- también renunció a su cargo para dirigir la cartera de Interior del actual Gobierno.

Las renuncias de este tipo, como otras que se han evidenciado por parlamentarios especialmente en épocas electorales, no solo importan un abandono de las responsabilidades asumidas para el cargo, entorpeciendo el trabajo distrital y legislativo para atender las demandas de la gente sino que, además, importan una transgresión a nuestro régimen democrático. En efecto, la dimisión importa burlar la voluntad mayoritaria que permitió la elección del parlamentario, particularmente cuando se excluye la participación ciudadana del sistema de nombramiento o reemplazo de su vacancia, el que queda entregado a la exclusiva decisión del partido político del parlamentario renunciante.

Lo anterior, hace necesario repensar el compromiso no solo político sino moral de los diputados, senadores y otros cargos de elección popular, de manera de hacer respetar la voluntad de los electores, estableciendo responsabilidades políticas para el caso de abdicaciones injustificadas. De esta manera, se reserva la posibilidad de renuncia únicamente para el caso de enfermedad grave que impide a la autoridad el ejercicio del cargo. 

Pero además, y tomando la idea de democracia de Abraham Lincoln como un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, es necesario que, junto con la limitación de las renuncias de los cargos de elección popular, exista un sistema de nombramientos para las vacancias a través de elecciones complementarias en que los ciudadanos tengan el derecho a elegir a sus representantes, dando legitimidad y representatividad democrática al reemplazante.

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