Pletórico currículum político, fundador de Renovación Nacional, su presidente por varios períodos, ex ministro, ex diputado, ex senador, candidato presidencial y actualmente Ministro de Relaciones Exteriores. En el menos político de los ministerios, considerado un ámbito en el cual sólo caben políticas de Estado y con un régimen presidencialista fuerte, nada que tenga que ver con agendas propias y coyuntura.., salvo, hasta ahora.

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Al plantear por el gobierno, que los inmigrantes sin regularización no tendrían derecho a vacuna, mostró su lado menos político, aquel que no evalúa costos y lo revela tal cual es; a estas alturas habrá considerado Andrés, no hay mucho que perder. La cara opuesta, el gobierno de Colombia anunció la regularización de 2 millones de Venezolanos, los que tendrán 10 años para tramitar residencia definitiva. Gesto solidario, de quienes entienden que los actos humanitarios están por sobre cualquier consideración e interés.

El gobierno, a instancias de Allamand, se la jugó por la peor estrategia, teniendo que desdecirse de su planteamiento, el cual superpuso animosidad a los requerimientos sanitarios de la pandemia. Puesta en escena contradictoria a la representada en Cúcuta, donde desestabilizar a Maduro resistía cualquier ofrecimiento; les faltó incorporar en aquella comitiva a Los Quincheros; Piñera a dúo con Mackenna.., y verás cómo quieren en Chile, al amigo cuando es forastero.

Lógica suicida para algunos, coherente para otros, fue la que usó para negarse a la tramitación del retiro del 10% y promover el rechazo, para, tras los resultados del plebiscito, instar a competir por un cupo en la Convención Constitucional.

Su mayor carencia estratégica, fue la distancia y enemistad que cultivó con la UDI, quienes lo mantuvieron siempre en la mira y se esmeraron en bloquear todos sus movimientos, considerándolo más que un aliado, un adversario e incluso, un enemigo.

Uno de los aciertos de Allamand en la crítica política, fue haber evidenciado el poder de los Fácticos, cuando nadie hablaba de ellos, en principio, por no calibrar su poder y el alcance de sus redes; después sabríamos, por estar comprometida la clase política con financiamiento ilegal y dádivas.

Casos similares, formato conocido: Al perder la manija de su partido, se fue intentando un nuevo referente y quedó en eso; su mujer no pudo ser candidata a constituyente, habiendo sido senadora y candidata presidencial. El más errante de los políticos, aquel que se juntaba con la cúpula empresarial en el Café Torres, en el ocaso de su carrera, acusó a los promotores del cambio constitucional de fumar opio. Tramitó una ley pauteada por el empresariado pesquero, se sumergió un tiempo y de regreso intentó recuperar la presidencia de su partido; como premio de consuelo, quiso ser candidato a constituyente. Aquel del dedo acusador, nos dejó herencias a perpetuidad, a los banqueros, el negocio del CAE y a nosotros, su hijo senador; gracias a que sus otrora partidarios no aceptaran proclamarlo sin primarias, nos salvamos de una segunda candidatura. Desde las sombras o en el ejercicio del poder, estos políticos han pasado a conformar la comparsa de los sepultureros de su actividad.

Cuesta encontrar un caso, en que reivindiquen su actividad y sobre todo la de su partido. Lo más frecuente, servirse de la estructura y cuando las cosas no resultan, salirse del brete.

Allamand, para sus partidarios, instaló la duda de si el personaje fue más que su reputación. En el ocaso de su carrera política, desprovisto de habilidades, quien fuera considerado un animal político.

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