Allamand y su posición sobre el Acuerdo de Vida en Pareja (AVP)

15 Diciembre 2012
Allamand ha sido claro al respecto declarando que “la gente tiene derecho a amar a quien quiera y que el Estado tiene la obligación de darle cobertura jurídica a esa relación y la sociedad debe respetar eso, como también se debe respetar que el matrimonio es entre un hombre y una mujer”.
Jorge Acuña >
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Para abordar el tema del proyecto de ley sobre el Acuerdo de Vida en Pareja (AVP), es importante aclarar algunos conceptos. Hay que empezar diciendo que esto no es un proyecto que legitima social o legalmente el matrimonio homosexual, como tampoco está dirigido en su totalidad a aquella porción de la población que tiene parejas del mismo sexo. El AVP tiene un objetivo mucho más amplio y ha quedado patente en las palabras del Presidente Sebastián Piñera cuando en 2011 ingresó el proyecto para ser discutido en el Congreso Nacional, “tenemos la convicción que el matrimonio es entre un hombre y una mujer, pero eso no nos impide reconocer que existen otras formas de relaciones afectivas entre las personas, que son también respetables y valiosas”. Queda patente así el compromiso de campaña de su gobierno al asumir esos temas y, que de paso, traerían grandes alivios a cientos de chilenos que cada vez más optan por la convivencia en pareja.

Así, el AVP es un contrato que pueden celebrar personas de distinto o del mismo sexo con el propósito de regular los efectos jurídicos de su vida en común y que no altera el estado civil de los contratantes, generando una comunidad de bienes que les permita una mejor y más eficiente administración de ellos. Las partes firmantes tendrán mayor inclusión en derechos hereditarios, previsionales y de salud, siempre que se respeten los requisitos establecidos en la ley para conformar el acuerdo y para alcanzar su mínima duración en el tiempo (un año).

Pero eso no hubiera sido posible de no haber existido la voluntad de un grupo de políticos y dirigentes de Renovación Nacional, liderados por el entonces senador Andrés Allamand, que quisieron avanzar, dar un paso adelante en las posturas que la centroderecha tenía respecto al tema. Ellos quisieron propender hacia una mayor libertad de acción en beneficio de los habitantes del país, acorde con los tiempos y las costumbres adoptadas por las parejas más jóvenes, y para evitar los problemas que pudieren acontecer en el correr de su vida en común. Se hacía parte de una exigencia social hacerse cargo de la situación de innumerables parejas que llevan una vida en común, sin resguardo legal en cuanto a sus derechos de acceso a la salud, previsión, herencia u otros beneficios sociales. Es necesario entonces que el Estado cumpla con los preceptos de nuestra Constitución Política que en su referencia a las Bases de la Institucionalidad nos enseña que las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Dignidad que se quiere reconocer en el hecho que no existen personas de primera o segunda categoría y en que hombres y mujeres son iguales ante la ley, derecho fundamental no sólo reconocido por nuestra Carta Política, sino que por acuerdos sobre Derechos Humanos asumidos por Chile.

Andrés Allamand ha sido claro al respecto declarando que “la gente tiene derecho a amar a quien quiera y que el Estado tiene la obligación de darle cobertura jurídica a esa relación y la sociedad debe respetar eso, como también se debe respetar que el matrimonio es entre un hombre y una mujer”. Esa visión de futuro y esa tolerancia frente a las libertades civiles, es lo que representa el fundamento de nuestro pensamiento, la libertad y la búsqueda de la felicidad. En ese sentido creemos que Andrés Allamand es la mejor opción para profundizar el camino hacia una centroderecha más moderna, más humana, con más ideas, para que así nos permita llegar a una segunda etapa en nuestro despliegue gubernamental, superando la instalación que tuvo la centroderecha de corte empresarial o gerencial.