El Gobierno y “la mala suerte del chileno”

06 Marzo 2011

Algunas veces, nada es casualidad. Por Roberto Olivares.

Roberto Olivares >
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Que al día siguiente de – en cadena nacional voluntaria de radioemisoras y televisión –, el Presidente de la República anunciase una de las reformas que marcarán la impronta de este Gobierno, fallara…¡la única de las variables del transantiago que estaba validada por los usuarios!, el pago de la locomoción a través de la tarjeta BIP, subordinando a un segundo plano el proyecto que aumenta el post natal a 24 semanas, si fuese un hecho aislado, podría parecer simplemente una desafortunada coincidencia, pero cuando independientemente de haber tenido que asumir el Gobierno tras el peor cataclismo que ha vivido el País, ¡sea ya la tercera vez que el anuncio de una reforma es opacado por algún “error no forzado”!, irremediablemente se me viene a la cabeza la quejumbrosa frase con que todos en alguna oportunidad hemos explicado alguna derrota, o peor aún, a nuestra incapacidad para consolidar un triunfo, achacándolo a “la mala suerte del chileno”.
El anuncio del reemplazo de un anquilosado Ministerio del Interior, que tenía una estructura creada en el siglo 19, por un nuevo Ministerio del Interior y Seguridad Pública, al que se le ha entregado una institucionalidad que adecúa su funcionamiento a las necesidades del siglo 21, pasó sin pena ni gloria, debido al debate producido en torno a las “promesas” hechas por la Intendenta de Bio Bio a pobladores de una villa en Concepción. Tampoco, entre el paro de la ANEF y las secuelas de la elección de la ANFP, el anuncio de la reforma educacional corrió mucho mejor suerte, y sin duda el poner fotos de hace una par de años del puente Llacolén y de Dichato como parte de la reconstrucción, opacó la conmemoración del 27/F, y a nivel regional, el que en la ceremonia efectuada en Pichilemu no se hiciesen presentes parlamentarios de la Coalición, tampoco colaboró.
¿”La mala suerte del chileno”? ¡Pamplinas! Torpezas inexcusables cometidas por acción u omisión, acompañados de una incapacidad manifiesta para instalar temas en la agenda mediática, han desperfilado los logros del Gobierno. Reformas estructurales y un crecimiento económico y en el empleo que si se hubiese dado en cualquiera de “los gobiernos de la concertación”, habría sido motivo para semanas de primeras planas, pasan hoy casi desapercibidos para la opinión pública…¡y no es por “mala suerte”!
Roberto Alfredo Olivares PizarroFoto por powerplantop en Flickr (cc)

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