La cicletada en Rancagua: cuando la sociedad civil existe

La cicletada en Rancagua: cuando la sociedad civil existe

24 Septiembre 2012

En el día mundial sin automóvil, varios rancaguinos nos reunimos para recorrer las calles de nuestra comuna en bicicleta.

Edison Ortiz Go... >
authenticated user Corresponsal Candidato

Llegué tímido, a pesar de que alguna vez había ido, siempre empujado por mi amigo Milko Carreño, quien forma parte del colectivo Biodiversidad, que siempre está convocando a circuitos en bicicleta por Rancagua, y promocionando este saludable medio de transporte. A las 15:00 en punto estaba en Plaza de Los Héroes y pronto comenzaron a llegar decenas de personas hasta que nos reunimos un total de 200.

No hubo logos gubernamentales, ni de clínicas, ni autoridades, menos discursos. Los organizadores se dieron la fácil tarea de coordinarnos un poco y posar para un medio local antes de partir.

El trayecto fue Germán Riesco, Membrillar, Einstein, Enrique Molina, Villa Triana para salir nuevamente a Alameda de vuelta y llegar hasta el parque comunal donde una de las organizadoras, se mostró muy contenta, por los más de 200 ciclistas que llegaron, entre ellos muchas familias completas para conmemorar el día mundial sin automóvil . Luego, comida sana, solidaridad y cooperación para amenizar una buena tarde. Entre las “bicis” habían de todos los colores y tipos, incluso una que en la patente rezaba: un auto menos, menos contaminación”.

Durante el circuito no se vieron carabineros, ni escaramuzas en moto, ni vehículos con publicidad, solo ciclistas – los con más experiencia – que en las esquinas paraban el tráfico, con la absoluta complicidad de los conductores, para que pasásemos y luego volvían a repetir la maniobra. No hubo escándalos, ni detenidos, ni peleas, fue todo en absoluta tranquilidad.

La masa humana en ”bici” era vitoreada a su paso por transeúntes, y por los propios conductores de vehículo quienes, tocando su bocina, solidarizaban con el gesto público, de dejar el automóvil por un día, y subirse a una bicicleta.

Lo que más me encantó fue la horizontalidad de las relaciones entre los asistentes: ningún discurso, ni publicidad, ni figuras, solo gente que quería compartir el gusto de andar en bicicleta.

También lección para nosotros: no toda la gente quiere subsidios de la autoridad, también hay una ciudadanía cada vez más consciente del problema de la contaminación, muy preparada académicamente que quiere un Rancagua distinto: sin tanto automóvil, donde se pueda respirar y vivir mejor, y donde las autoridades promuevan más eficientemente el uso del espacio público.

Muchas gracias a ellos… por la oportunidad de aprender.