El desafío del teletrabajo en Chile

15 Junio 2020

¿Qué tan preparadas están las organizaciones chilenas para el teletrabajo?, ¿cuentan con los equipamientos necesarios para poder establecer una rutina de trabajo efectiva entre sus colaboradores?

Sofía Cortés >
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Definitivamente la respuesta es una interrogante, ya que desde hace años que el home office se ha tratado de inculcar en la cultura del trabajo chileno, con el estallido social algo se logró, sin mucho resultado, pero ahora con la llegada del COVID-19 nos vimos obligados a quedarnos en nuestras casas y adoptar una rutina en la que debemos compatibilizar la vida familiar con el trabajo en unos pocos metros cuadrados.

El teletrabajo puede tener una respuesta efectiva en las personas, si es que las empresas son capaces de organizarse y capacitar a sus colaboradores en el uso de plataformas de comunicación y planificación, las cuales deben ser debidamente analizadas con respecto a su usabilidad y seguridad. Con esto, se va dando una pauta de cómo esta nueva forma de trabajar puede dar resultados positivos, alineándose a los objetivos de las organizaciones.

Algunas empresas lograron que el teletrabajo sea implementado de manera satisfactoria, ya que con antelación tenían un protocolo de operación remota en el que las personas se pueden conectar desde sus casas al servidor de la empresa, activando así la seguridad sobre la información que se va manejando. Sin embargo, este escenario no ha sido similar para todos, muchos tuvieron que correr a implementar el home office priorizando la operacionalidad frente a la seguridad, en el que los colaboradores se conectan desde sus equipos personales, computadores que a su vez son utilizados por más de una persona, y que atenta contra la información que puede moverse libremente por el ciberespacio, perdiendo así el total control sobre el entorno.

Con este panorama se ve que muchas empresas no cuentan con la capacidad de implementación y han tenido que responder sobre la marcha, y es cosa de tiempo para que vislumbren lo que eso está ocasionando en sus operaciones; aunque esto sea responsabilidad de ellos, también es nuestra tarea colaborar a que el barco no se hunda, y trabajar con ética frente a la información que se está entregando.

Por tanto, la invitación es a dar lo mejor de nosotros(as) mismos(as) en tiempos de crisis, pues es tarea de todos contribuir a que la economía no forme parte de la lista de infectados por el COVID-19.