Desaceleración económica pospone los divorcios

Desaceleración económica pospone los divorcios

27 Agosto 2014

En 2010 se produjo la única otra baja en los procesos de divorcios que alcanzó un 7,3%, producto de las devastadoras consecuencias del terremoto y maremoto que impactaron fuertemente los presupuestos de la mayoría de los chilenos.

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Pese a que los quiebres matrimoniales siguen al alza y se percibe una mayor intencionalidad en romper el vínculo conyugal, durante el primer semestre de este año y por segunda vez en 10 años de vigencia del divorcio en Chile, se produjo una baja (3,3%) en las causas de separación legal iniciadas en el Poder Judicial y todo indica que se debe a la desaceleración económica.

Así lo informó Ricardo Viteri Prado, coordinador del portal web especializado en divorcios, www.separadosdechile.cl, quien explicó que cada vez más  interesados que consultan respecto a sus separaciones matrimoniales están postergando la iniciación del trámite de divorcio para más adelante, justificando la decisión “porque acabo de pedir un préstamo” o “en la empresa están despidiendo gente” o “voy a esperar a que se me arreglen un poco las finanzas”.

En 2010 se produjo la única otra baja en los procesos de divorcios que alcanzó un 7,3%, producto de las devastadoras consecuencias del terremoto y maremoto que impactaron fuertemente los presupuestos de la mayoría de los chilenos.

Ante cataclismos o mucha incertidumbre económica, la gente tiene otras prioridades en gastos, o prefiere ahorrar, por si acaso se pone peor”, explicó Viteri.

Para el titular de la web de separados, varias otras señales inequívocas refuerzan la idea de que la desaceleración de la economía está impactando a las familias chilenas en forma mucho más profunda de lo que se comenta. En su opinión, uno de estos indicios que delata mayor estrechez en los presupuestos familiares, es que están aumentando en forma notoria el número de parejas casadas que han sufrido el quiebre irremediable del matrimonio pero que , por razones estrictamente económicas, deben seguir viviendo bajo el mismo techo, aunque en distintas piezas. La pareja no se soporta, pero los recursos no abundan para financiar dos hogares. En noviembre 2011 el número de parejas que vivían separadas bajo el mismo techo representaban el 18,8% del total de las que se habían separado ese año. En la actualidad, el porcentaje alcanza un 34 por ciento.   

No les queda otra que aceptar y adaptarse a esta situación tremendamente incómoda y desagradable. Es como tratar de dormir placidamente encima de un polvorín a punto de estallar”.