“Este caso es único en Chile. Me siento feliz de poder tener a mis hijos conmigo. Mis hijos son los niños más felices del mundo que pueden existir en este momento". Con estas palabras, C.P.W. relató la situación familiar en la que se encuentra: es un hombre homosexual, que en diciembre pasado ganó la tuición de sus hijos, de 10 y 17 años, tras una disposición del Juzgado de Familia de Puente Alto.
C.P.W. (35) vive hoy en una pequeña casa del sector sur de Santiago junto a su pareja, H.A.M., y sus dos hijos. Pero la historia comenzó 2 de septiembre de 1992, cuando el hombre contrajo matrimonio con A.G.L. (36). Tuvieron dos hijos y, a principios del año pasado, mientras él trabajaba en un ciber café, decidió confesarle a su señora que era homosexual y que tenía una relación con otro hombre.
Así, en octubre del año pasado C.P.W. solicitó la tuición temporal de sus hijos por 30 días y le fue concedida. Cuando el tribunal revisó la medida, la madre no acudió a la citación. "Mi gran error fue no haberme presentado a dicho procedimiento", dijo.
El 30 de diciembre del año pasado el juez Francisco Loret otorgó la tuición de los menores a C.P.W. y ordenó un régimen de visitas para la madre. La medida se fundamentó, básicamente, en que A.G.L. dio su consentimiento para que los niños vivan con su padre. La resolución judicial también agrega que la madre deberá pagar mensualmente una pensión alimenticia por sus hijos.
Ana, la abuela materna de los menores, indicó que "mi hija en la noche no duerme pensando en lo que pasó. El grande ya se da cuenta, pero que el niño chico vea que su papá se acuesta con un hombre (...) porque ahí conviven".
El presidente del Movimiento de Liberación Homosexual (Movilh), Rolando Jiménez, consideró el hecho como "histórico", pero descartó que la disposición marque un precedente legal. "El cuidado de los hijos se debe dar respecto de la idoneidad de los padres, y en este caso su papá cumple con todas las condiciones para cuidar de sus hijos. Que sea gay no viene al caso", argumentó Jiménez.
Antes de este fallo, un caso emblemático afectó en 2004 a la jueza Karen Atala, cuando la Corte Suprema le quitó la tuición de sus hijas por su condición homosexual.
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