Problemas sicológicos: la enfermedad que ataca a Rancagua

Problemas sicológicos: la enfermedad que ataca a Rancagua

10 Marzo 2006
Depresión, estrés, problemas de autoestima, colon irritable; son algunas de las patologías que viven junto a nosotros.
Mariely Mardones >
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Llegó marzo, mes del año en que se acostumbra hacer los primeros balances; temas como gastos de vacaciones, patente, colegiatura, útiles escolares y una que otra cuenta que se empieza a pagar ahora, cuando se hizo la compra en diciembre. Acciones comunes y que lógicamente están presentes en todas las realidades que existen en la ciudad que nos alberga.
No obstante, no son los únicos cálculos y diagnósticos que se hacen de la vida de los rancagüinos; El Rancahuaso le siguió la huella a las enfermedades que nos aquejan y lamentablemente descubrió que lo que más nos identifica son los temas sicológicos.
Dentro de la amalgama de posibilidades patológicas que afectan diariamente a la gente, se evidenció que Rancagua es una ciudad que sufre los baches de la inercia. Todo gira de una forma mecánica, en que la rutina se transforma en un estilo de vida que mucho cuesta mutarlo.
Las acciones cotidianas son fáciles de observar. Nuestros espacios públicos casi no se utilizan para otro fin que sea un paseo acelerado y los lugares en que nos reunimos son sólo consumo de fin de semana.
Los cuerpos comienzan a sentir todo este vacío, se resienten, y si a eso le agregamos el tipo de trabajo en que nos desenvolvemos, en que en muchos casos se da en lugares extremos como el campo, o en oficinas produciendo con rapidez, o claramente en la mina, vamos a observar que las condiciones en que estamos viviendo no son de las más sanas.
¿Qué opinan los expertos?
Estuvimos conversando con el médico del Hospital Clínico Fusat, Carlos Ramírez, quien nos comentó que dentro de la realidad que él observa diariamente, que son en su mayoría “pacientes del cobre”, existe una gran cantidad de enfermedades que derivan de trastornos sicológicos. “La calidad de vida en Rancagua no es buena, la gente trabaja y no busca más entretención. Pensando en la vida del Tenientino, se observa que ellos no ganan mal sueldo, muchas veces no tienen tantas expectativas de educación, es decir, sus máximas aspiraciones son trabajar y poder entregar el dinero en el hogar, y no culturizarse por ejemplo".
Del mismo modo, las lógicas en que se relacionan los rancagüinos, es decir cómo construyen su ciudad y sus interacciones cotidianas, son reducidas y básicamente se hacen en los horarios y lugares de trabajo.
“Los trabajadores en esta zona pasan mucho en turnos, por lo tanto ni siquiera tienen los mismos horarios que los habitantes que tienen trabajos tradicionales; cuando duermen todos andan por las calles, y trabajan cuando la ciudad descansa. En este sentido, los hogares crecen con muy poca imagen paterna y con mujeres que viven en soledad, que esperan a los hombres que llegan de sus turnos y en algunas ocasiones cuando estos hombres están libres, prefieren salir con su amigos antes que compartir en su hogar. Esa es la formación promedio de las famitas que a mí me toca atender”, enfatiza el especialista.
Por lo mismo, asegura que le ha tocado ver a pocas familias normales y son muy pocas las mujeres que ha escuchado decir “me gané la lotería con mi marido”.
Con todas estas descripciones, el médico de Fusat cuenta que le toca observar diariamente a personas con depresión, que mucho tiene que ver con las relaciones de pareja que establecen y con las formas de vida que tienen.
Baja autoestima, angustia, inseguridad son temas que ve a diario y que se transforman en patologías cuando no se tratan a tiempo. Por otra parte, las enfermedades que desde el mismo origen psíquico se manifiestan, pero que se evidencian físicamente son las que dicen relación con el estómago. El síndrome de colon irritable, junto con las gastritis, son muchos más comunes de lo que se cree. “Una vida poco saludable, acelerada, donde lo único que se alcanza es a ingerir comida rápida, con falta de vitaminas, es un claro escenario de la vida de los rancagüinos.”
Desde la sicología
Para captar de manera directa lo que sucede con los estados anímicos de nuestros coterráneos, nos contactamos con el Psicólogo Antonio Díaz. La idea era evidenciar si también vive un aumento de consultas de índole depresivas. No obstante, las respuestas que nos dio nos sorprendieron aún más.
La premisa que teníamos era que si estamos deprimidos, que vivimos en la era de la rapidez y del egoísmo social y que nos vemos y nos sentimos angustiados, pero lo que nos faltaba conocer es que las mayores consultas son por relaciones insatisfechas con nuestras parejas.
El especialista comentó a El Rancahuaso que muchas veces sus pacientes acuden a él porque dicen tener algún problema de un tópico que nada tiene que ver con tema pareja, pero que al cabo de unas sesiones se observa claramente que era eso lo que no estaba bien. “Nuestra población da cuenta que existe una falta de compromiso con los otros, en especial con las parejas. Los ejemplos de poca tolerancia y de críticas están muy presentes. De este modo, el tipo de relaciones que se forjan son inestables y de poca calidad”.
Este tema no sólo preocupa a mujeres, como se suele asociar a los temas relativos al amor, sino que también acuden hasta su consulta varones, sin embargo, lo que llama mucho la atención es la violencia que existe en las parejas. Malos tratos, golpes y formas de relacionarse con una energía negativa, son un claro ejemplo de lo que viven estos rancagüinos. “Muchos de estos tópicos están asociados al excesivo consumo de alcohol y a las consecuencias que esto conlleva. Por otro lado, y no menor, se percibe que aún, en estos tiempos “modernos” se continúa observando situaciones amorosas que se deterioran por la visita de hombres a prostíbulos; nuestra zona se caracteriza por esas rutinas”.
Lo que reciente el CUERPO
Al pensar en toda la realidad que nos está encerrando, hasta me llegan a dar dolores a mí. Los efectos de los problemas sicológicos se muestran claramente en el cuerpo de cada persona; no solamente en su rostro, sino que en sus músculos, extremidades, cuello, espalda, entre otros. Así es, la tensión también se expresa en resentimientos de distintas partes del cuerpo, que junto con evidenciar el acelerado mundo en que vivimos, provoca malestares que cuesta mucho poder mejorar.
De este tema y de las consecuencias que el cuerpo comienza a evidenciar cuando se padece una depresión, hablamos con la Kinesióloga de la Universidad de Playa Ancha y hoy profesional - entre otros lugares - de Fusat, Pamela Maturana.
Según lo que ella nos comentó, dentro la población que le ha tocado atender, existe un porcentaje alto de pacientes que padeciendo, por ejemplo, estrés, somatiza todo, es decir, empieza a presentar cefaleas alteraciones digestivas, contracturas musculares, y dolores difusos sin causa aparente. Es más, asegura que este tipo de cuadros se observa mucho más en pacientes de sexo femenino. “Lo que he observado tiene mucho que ver con la forma de relacionarse con el entorno y la misma manera de ver la vida. Por ejemplo, hay casos en que mujeres ya no han soportado una situación durante mucho tiempo y en algún momento el organismo dice basta, y de alguna forma se manifiesta”.
En este sentido, la profesional nos explicó que todo se debe a la forma de vida que estamos adquiriendo y a los pocos hábitos de cuidarnos nosotros mismos. “Las personas no llevan una vida sana, deportista y tranquila, sino que viven estresadas, deprimidas y pensando en lo que no tienen y deberán tener”.
De esta forma, nos comentó que producto del estrés y de la depresión en general que se padece en la zona, ellos no sólo ayudan a reparar tejidos dañados, sino que participan activamente en el equipo multidisciplinarlo, con psicólogo y médico, que busca que el paciente salgo del estado actual que lo aqueja.
Cuando consultamos sobre las posturas adquiridas en los distintos lugares de trabajo, la Kinesióloga afirmó que existe un grupo importante de pacientes que llegan a tratamiento presentando patologías debido al trabajo que desempeñan. “En Rancagua hay una serie de mecanismos desencadenantes, por ejemplo, factores ambientales: luz, ventilación, además de lugares de trabajo en donde se debe estar en la misma posición diariamente. Tal es el caso de una secretaria que al lado derecho tiene el mouse, y al izquierdo el teléfono. Por otro lado, quienes trabajan en la mina suelen tener dolores asociados a la columna y cervicales por la carga de sus trabajos”.
¿Qué hacer?
Frente al escenario en que nos encontramos y que lógicamente debemos seguir habitando, existen varias cosas por hacer. Hay ciudadanos que desde el área misma de la medicina entregan pistas de cómo se debe pensar muestra vida en la ciudad. Para Nicolás O\'Brien, rancagüino y estudiante de séptimo año de medicina, el tema radica en que la zona presenta problemas en las formas de estructurarse y construirse. "Rancagua es una ciudad muy consumista, posee malas condiciones laborales, faltan espacios para el esparcimiento, y hay mínimas instancias culturales".
Datos que para nada se alejan de todo lo que dentro de este reportaje hemos ido descubriendo. El tema ahora es cómo manejarlo, cómo llenarnos de energía y empezar a actuar de una forma positiva ante lo que somos y lo que queremos. Según el mismo Nicolás, se necesita un plan comunal que piense en estas realidades observables y claramente que las personas cambien sus tratos y su disposición.
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