La última carrera de Don Juan

09 Marzo 2006
Hoy quiero entregar mi homenaje a un hombre anónimo, rancagüino, atleta, poeta, apasionado hincha del Club O\'Higgins y que nos dejo como él quería: reconciliado con sus hijos y mirando Pichilemu.
Patricio Correa >
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Juan Domingo Díaz Soto. Quizás para muchos no signifique nada, sólo un nombre más. Sin embargo, Don Juan fue un rancagüino de corazón, de esas personas en que la vida no pasó sin dejar un grano de arena por donde estuvo. Gran poeta, fue el mayor de tres hermanos. Desde sus inicios el atletismo despertó en él una pasión que lo seguiría por toda su vida. Seleccionado de fútbol y básquetbol, a los 19 años se inició en las competencias del atletismo, compitió en el maratón de los barrios (que tenía un recorrido de 18 kilómetros), seleccionado por Rancagua en la época de oro de esta disciplina. Recorrió Chile, fundador del Club Atlético Nacional de Rancagua y del Teniente, para luego convertirse en periodista difundiendo esta actividad bajo el seudónimo de “Teriocín Sinlundía”. Don Juan comentaba: “Yo competía por competir, no me importaba ganar, me sentía bien corriendo; incluso muchas veces, cuando alcanzaba algún atleta y lo veía mal, me colocaba a su lado y le aconsejaba y le indicaba qué hacer para recuperarse y después seguir en mi carrera”.
Hoy Don Juan se nos fue, a correr quizás su carrera más larga, la que no tiene fin, pero la que llena el alma, este rancagüino, apasionado del O’Higgins, su club de sus amores(socio Nº 6) como él decía en uno de sus poemas “Está declinando mi estrella, se fue mi fugaz juventud, empiezo a caminar lentamente, en la negra noche de la senectud”.