Si tuviera que poner una nota a fiestas como la "Vendimia" esta sería un siete, sin lugar a dudas. Considero esto porque las ideas son buenas y porque claramente es una característica fiesta criolla de la Sexta Región.
Pero, de igual modo, tengo algunas interrogantes. ¿Por qué tanto fervor y tanta parafernalia? Al dar un recorrido por la hermosa - pero pequeña - plaza de Santa Cruz, uno divisa todos los colores y las naciones atraídas con un sólo concepto que los ha atraído: disfrutar los elixires de Colchagua, el valle más galardonado durante el 2005 por los distintos referentes internacionales.
A mi me cuesta entender que dentro de esta fiesta no se haya planificado mejor la fiesta como tal. Circunscribirla solamente al espacio de la plaza parece ser un error tajante de las autoridades locales y de los organizadores, pues no hay que recorrer mucho para encontrarse con multitudes agolpadas en los stand, y tratando de conseguir uno que otro souvenir.
Más allá del marketing de la fiesta, las grandes personalidades y los medios de comunicación nacionales, la vendimia santacruzana se posiciona como uno de los referentes para la familia vitivinícola colchaguina. Un valle que, en pos de la mancomunión de sus agentes de desarrollo, ha logrado embellecer, en diez años, a una ciudad que en un momento de la historia pareció olvidada en el tiempo y potenciar el turismo de manera notable.
Y no es sólo Cardoen, y no son sólo las viñas, y no es sólo la autoridad de turno. Es el concepto y la filosofía lo que ha generado en Santa Cruz un nuevo estilo de hacer las cosas, aprovechando y potenciando la inversión.
Seguramente en los próximos años los problemas de siempre se solucionarán, y la vendimia se seguirá relacionando como un gran evento nacional.
Santa Cruz, de por sí, constantemente reúne muchas vistas y es conocida por sus diversos paisajes hermosos, y en estos momentos es extraño ver cómo en unas pocas horas se repleta de gente que degusta, estaciona autos y consigue tickets.
La red creada en Santa Cruz promueve la interrelación entre empresas a las que les ha ido muy bien en lo económico, a autoridades que no han temido a dicha inversión, y a una comunidad que, de tanto en tanto, aprovecha las oportunidades que deja el festín organizada por los inversores.
Así, se ha buscado lograr mayores niveles económicos al interactuar directamente autoridades, empresarios y ciudadanos en general.
Aun así no hay que cegarse frente al éxito económico. A corregir las deficiencias para que la vendimia siga siendo tan concurrida como lo es.