Con motivo de la celebración del nacimiento de Óscar Castro, en la fundación que lleva su nombre, se realizó un homenaje al poeta donde asistieron sus familiares, Isolda Pradel, su viuda, Miguel Arcaya, su nieto y aquellos artistas que quisieron estar presentes en este evento. Entre ellos se encontraban Irem Toal quien leyó poemas que ella escribió, inspirados en la historia del poeta y su mujer. También en el lugar estaba Mónica González, no vidente, la cual utilizando braille compartió sus letras con los asistentes.
Isolda Pradel era la encargada de narrar sobre Óscar Castro, de manera cariñosa recordaba al poeta. Ella en la oportunidad contó el cómo se conocieron y rápidamente se casaron “a mi me gustó un poema que no salía el nombre del autor, pero inmediatamente lo aprendí y me lancé a buscar al poeta. Pasó un año, y un día llega un amigo y me dice “oye Isolda te acuerdas tú que un día estuviste buscando el autor de una poesía”, yo le dije sí eso ya pasó, mi amigo me dijo “él se llama Óscar Castro y es rancagüino”. Me vine a buscar al poeta y lo encontré, él me dijo que era el autor, pero tenía el poema en la casa y me dijo mañana lo voy a buscar”.
Así Pradel sigue el relato “Pero me tomó el pelo durante toda la semana, no me lo llevaba nunca y me dijo que cuando me iba; le dije que había perdido el tiempo, finalmente me iba el lunes, me dijo mire yo voy a ir a verla mañana y ahí se lo llevo. Fue un día martes en la mañana a decirme que no tenía el poema, pero que a las cuatro de la tarde me esperaba en la plaza de Armas y allí me lo iba a dar. Mi papá le dijo a mi mamá que se arreglara, porque tenían que ir a la plaza, ellos fueron, cuando llegué les pregunté el por qué estaban ahí, momentos después llegan dos amigos de él y me hace correr para llevarme al registro civil”, de esa forma contraen matrimonio el 25 de marzo de 1936.
Ella sigue contando su historia con mucha pasión, cada vez que recordaba lo que fue su vida junto al escritor, sus ojos le brillaban y lograba traspasar ese cariño, esa ternura, ese amor que ella tiene por el poeta. A pesar del tiempo que ha transcurrido desde que él dejó de existir aquel 1 de noviembre de 1947.
Isolda entrega un testimonio claro y preciso, recuerda cada frase, cada palabra que él le decía y que luego se convirtieron en grandes poemas.
Así al escuchar las palabras de ella, me quedó claro en lo que se inspiraba el rancagüino para realizar sus obras: En lo cotidiano, en lo cercano, en aquél Rancagua de aquellos años, una ciudad simple en la cual podía inspirarse y escribir poemas desde la perspectiva de urbe, pero también otras veces se inspiró observando a su gran amor…Isolda Pradel.
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