A las 5:55 p.m. colgaba mi traje de surf en la terraza y me disponía a tomar un café. A las 6, Ricardo Lagos [6] comenzaba su presentación en Berkeley [7] y me preparaba para seguir su oratoria desde mi departamento en Hermosa Beach, más de 600 kilómetros al sur de la revolucionaria universidad. Sin embargo, no importaba si estaba acá, o en la casa de mis padres en Rancagua o visitando a mí hermana en Italia [8]. La clase del profesor Lagos se podía ver en directo desde casi cualquier rincón del mundo que tuviese una conexión de Internet, y más aún, algunas de las preguntas a las que el ex presidente daría respuesta habían sido enviadas por e-mail desde miles de kilómetros de distancia. Con esa misma rapidez y accesibilidad, minutos después de su presentación, diferentes blogs comentaban sus palabras.
Gracias a Internet, miles de personas tienen acceso a noticias en tiempo real, hacen sus compras desde el hogar y hasta pueden dar el primer paso para una relación amorosa. Son ellos mismos, que desde sus escritorios y con similar libertad, se convierten sin el menor esfuerzo en periodistas, opinologos y hasta editores de enciclopedias que son consultadas día a día por miles de personas. El problema es que muchos de ellos están muy ocupados hablando de ellos mismos, emitiendo juicios sobre temas de los cuales no tienen el menor conocimiento y formulando sus argumentos basándose en una rápida ‘mirada’ que le han dado a la prensa digital sólo segundos antes de comenzar a escribir.
El concepto de Blog [9] nace en 1997 derivado de las palabras web y log, y se puede describir como un diario personal en que el autor (o autores) agrega nuevas entradas en orden cronológico, principalmente caracterizadas por ser de corta extensión, de frases cortas y muchas veces carentes de contenido real, por estar invadidas de palabras en ‘negrita’ o cursiva y contar con diferentes links que últimamente pueden conducir a las esquinas más lejanas de Internet. Se estima que hoy en día existen entre 30 y 60 mil blogs siendo la mayoría de estos bitácoras personales que generan espacios para que cualquiera emita una opinión referente un sin numero de temas, muchas veces transformándose solo en plataformas que alimentan al ego propio de cada autor.
No cabe duda que el acceso a compartir ideas con todos los usuarios de Internet es una herramienta que ha ayudado a democratizar la información, dejando atrás a los poderosos monopolios de la prensa pasados a llevar por lo que hoy llamamos periodismo ciudadano. Si bien la existencia de este nuevo espacio tiene sus beneficios, también es responsable de la presencia de información incorrecta o de toxicas sopas de letras que terminan hablando de nada y encontrándose bastante lejos de ser fuentes verídicas. En otras palabras el periodismo ciudadano irresponsable y la posibilidad de que cualquier persona emita una opinión sobre ‘lo que sea’ esta causando grandes estragos especialmente entre las personas que confían en el Internet como principal fuente de información.
Por ejemplo, al mirar la edición de un diario ciudadano de hoy (Lunes), se pueden encontrar desde un pobremente escrito articulo de por que Chile quiere a Beckham [10] hasta un breve e interesante análisis sobre la política exterior de Francia [11] (el articulo mas leído del día es Beckham Chile te Quiere [12]). La diversidad de los titulares no es el problema, sino que el contenido y la información que muchos de estos artículos entregan posee una gran cantidad de errores.
Otro ejemplo es la enciclopedia Wikipedia [13]. Corrigiendo los papers de mis alumnos en la universidad me encontré con la desagradable sorpresa que muchos de ellos están usando esta enciclopedia como pilar de información para sus citas. Comportamiento que encuentro preocupante. Cualquier persona con un conocimiento básico de Internet puede editar el contenido de esta enciclopedia, transformando así la legitimidad de su contenido en algo dudoso. La revista de ciencia Nature [14] encontró que en 50 definiciones entregadas por Wikipedia existían un promedio de 3.9 errores fundamentales. Dado el carácter ciudadano de esta enciclopedia, estos resultados no nos deben sorprender.
La participación de la ciudadanía en Internet es positiva y entrega poder a sus usuarios. A pesar de todo, debe ser conducida con responsabilidad, por que de lo contrario, cada día un creciente número de ‘autores’ seguirán contribuyendo a transformar Internet en una montaña de basura que claramente perjudica a sus habitantes.
La idea no es limitar los espacios de participación en Internet, muy por el contrario, estos deben seguir creciendo y entregando a las personas la posibilidad de compartir sus ideas. Sin embargo los autores deben actuar con mayor responsabilidad y tener en cuenta que el publicar requiere un grado de compromiso. Por otro lado es necesario educar a la ciudadanía a verificar la procedencia de la información y a no emitir juicios basándose en la abundante basura que aparece publicada en Internet día a día. Si bien muchos de los lectores de este periódico puede que se preocupen de investigar la procedencia de las fuentes de donde se alimentan de información, este no es un comportamiento que ha sido adoptado por el común de los usuarios. En otras palabras, si los panaderos no se dedican a ‘sus’ pasteles, muchos van a terminar enfermos.