Parece inminente la aprobación de la nueva legislación que registra automáticamente a todos los mayores de 18 años en los registros electorales, pero se elimina la obligatoriedad del sufragio, algo que se debe mirar con preocupación.
Si bien, por un lado esto permite la renovación del padrón electoral para que muchos más tengan acceso a la toma de decisiones de nuestro país, es preciso entender que existirá una abstención enorme, ya que en lo personal, si no fuese yo el candidato o el candidato atrajera enormemente mi atención, ni yo mismo iría a sufragar en las condiciones que se está planteando hoy el voto voluntario por nuestro Congreso.
Sin embargo, se hace imperiosa la necesidad de buscar la forma de “condicionar” el voto, por decirlo de alguna forma. Por ejemplo, siguiendo experiencias de otras naciones como Colombia y Nicaragua, donde el ciudadano es aquel que ejerce el derecho a voto, como lo establece nuestra propia Constitución y, entendiendo que el Estado debe velar primero por sus ciudadanos, aquellos que no votan en una cantidad de elecciones consecutivas descritas en la ley no debería solicitar al Estado la preocupación por ellos en los diversos mecanismos que tiene el Estado para beneficiar a sus ciudadanos, como por ejemplo, subsidios habitacionales, bonos marzos, pensiones estatales, etc.
Esto debe tomarse como un “incentivo” y no como un “castigo” a los no votantes, ya que no puede tener el mismo trato en Chile una persona no ciudadana, o que no ejerce sus funciones ciudadanas, con una que sí los cumple, es preciso diferenciarlos y el Estado debe preocuparse más de aquellos que si cumplen con sus deberes de ciudadano.
Sin duda, el tema es muy complicado, ya nos dimos cuenta con la Concertación que apoyó por años esta iniciativa y hoy la frena ante los cálculos fríos de mayor abstención, de mayor voto joven que no beneficia a dicho conglomerado. La Alianza por Chile se opuso por años al voto en el extranjero y hoy en el gobierno de la Coalición por el Cambio se impulsa desde el ejecutivo en esta nueva ley, más de algún cálculo debe existir allí.
Nunca he defendido el voto voluntario, creo que quien desea seguir su voluntad y la voluntad de ser ciudadano debe tomarlo o dejarlo, pero ante esta inminente legislación que creará dicho sistema, creo imperiosa la necesidad de buscar los incentivos antes mencionados para evitar que terminen votando solo los candidatos y sus familias.