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Se han fijado que cada vez que se habla de cultura en la Región de O´Higgins la mayoría de las personas dice que acá no existe. Falta de instancias donde se puedan apreciar obras de arte, lugares para salir en las noches a tomar algo con los amigos, grupos musicales, paseos varios, teatros, entre otras tantas cosas, son los reclamos que la ciudadanía hace constantemente a las autoridades, y que son los puntos que nos llevan a decir que la cultura se queda en regiones como la Quinta o la Metropolitana.
Sin embargo, lo que poco se analiza es el comportamiento de los entes que habitan una ciudad, y cómo se relacionan con su entorno.
El día de ayer tuve la oportunidad de observar desde una fotografía uno de los tantos mercados que existe en EEUU, y que pese a que es un tipo de mercado en donde se comercializan productos como pescados, flores, y objetos típicos de la zona, las calles se encuentran limpias, y con cero restos de basura. Este alcance lo hago no porque quiera alabar al país del norte, sino que la construcción de la sociedad que quieren lograr la hacen sus mismos ciudadanos.
En este sentido, voy de a poco llegando al tema que me insta a escribir y que dice relación con aprovechar las instancias que se nos ofrecen y cuidar el lugar donde estamos habitando. Las salas de cine son un claro ejemplo de reunión para consumir cultura, y pese a que estamos hablando de un lugar que se paga por ver algo, también es un tipo de manifestación que se debe preservar.
En escenarios como estos se ven claramente 2 formas muy distintas de crecer en los niveles de cultura que le exigimos a la región: una es la posibilidad de tener sitios donde podamos mirar distintos tipos de arte, y la otra es la forma que tenemos de dejarnos de ser individuos y pensarnos como sujetos; aliados y viviendo en el mismo espacio de desarrollo juntos y cohabitando con otros.
La mirada que le hace falta a nuestra sociedad y creo que no hay que mirar mucho para darse cuenta es, la sensación de arraigo, de cariño, de pertenencia, y de respeto para y con nosotros mismos. De este modo, coterráneos no nos cuesta mucho partir por casa y evitar al máximo contaminar los sitios donde caminamos y en este caso donde nos divertimos.