Te Deum Ecuménico: Monseñor Ezzati llamó a valorar las instituciones

18 Septiembre 2012

El representante de la Iglesia hizo una invitación a recomponer confianzas y recalcó que de la fe nace la esperanza fueron algunas de las ideas fuerza del mensaje religioso.

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En un ambiente solemne se desarrolló el Te Deum Ecuménico 2012 el 18 de septiembre en la Catedral de Santiago. La ceremonia fue presidida por monseñor Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago, y contó con la presencia de las máximas autoridades del país encabezadas por el Presidente de la República, Sebastián Piñera, y su esposa, Cecilia Morel. También asistieron el presidente del Senado, Camilo Escalona; el presidente de la Cámara de Diputados, Nicolás Monckeberg, y el presidente de la Corte Suprema, Rubén Ballesteros.

Tradición y oración 

Uno de los momentos más tradicionales lo constituyó el canto del aleluya en mapudungún, aymara y rapa nui, tras lo cual el Arzobispo Metropolitano de la Iglesia Ortodoxa del Patriarcado de Antioquia, monseñor Sergio Abad, proclamó el Evangelio.

La bandera, cirios, una frazada, pan y flores fueron parte de la procesión de las ofrendas. Tras ella, representantes del Ejército de Salvación, de la YMCA, de la Iglesia Luterana, la Iglesia Metodista de Chile y de la Iglesia Bautista hicieron oración por las autoridades, por los niños y jóvenes de nuestra patria, por la paz, por la familia y por los que hacen el bien. Las comunidades judía y musulmana también adhirieron a la oración. 

Invitación a recomponer confianzas

El Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, invitó a recuperar las confianzas en su homilía , pues “¡es imposible crecer en desconfianza! ¡Es imposible educar en desconfianza! ¡Es imposible amar con desconfianza! La desconfianza corta la trama del tejido humano y hace que se desplome la viga maestra que sostiene la polis, el templo y el hogar. Es urgente trabajar mancomunados, emprender una noble movilización nacional para recrear una atmósfera de fe y de benevolencia que permita confianza mutua, en la palabra dada y en la colaboración que posibilite alcanzar el mayor bien común posible”, sostuvo la autoridad eclesiástica.

A su juicio, el ambiente de insatisfacción que brota de la desconfianza social “se presta para que aparezcan formas de violencia que, de manera real o simbólica, buscan destruir al adversario o simplemente al que no piensa como yo. Este año lo hemos experimentado cruelmente en diversas formas de intolerancia y de discriminación. Hemos sufrido en las calles de la ciudad, en el corazón de las asambleas vecinales, escolares, regionales, así como en otras formas de reivindicación social”. El Arzobispo señaló que ese “no es el mundo que queremos construir si es que, de verdad, queremos decir un sí incondicional al Dios de la Vida, de la Verdad, de la Justicia y de la Paz, que nos quiere hermanos y hermanas”.

Posteriormente, definió seis escenarios que desafían al país en torno a construir condiciones objetivas de confianza. Estos son el cultural, el político, el económico, el educacional, el comunicacional y, finalmente, el migratorio. 

De la fe nace la esperanza

En su homilía, monseñor Ezzati también evidenció que en el mundo de la educación como en el eclesial han existido casos de pedofilia y abuso sexual. “Esta es una realidad que nos duele profundamente sobre todo cuando estos casos involucran a personas consagradas a Dios y al servicio de los hermanos”, dijo. “Por esa razón, la Iglesia universal y la Iglesia local ha tomado medidas muy serias para enfrentar estos delitos, cuando se trata de menores, y para investigar los actos impropios y faltas a la probidad requerida en el ministerio consagrado”, añadió.

Dijo esperar que “la misma energía que se ha usado para denunciar se utilice también para reconocer y divulgar los procedimientos y las medidas adoptadas por la jerarquía de la Iglesia y los establecimientos educacionales. Y más aún, para reconocer y apoyar las iniciativas de la Iglesia Católica y las confesiones hermanas para erradicar estos males, para predicar la fe y fortalecer la comunión entre todos”. Agregó: “Gracias a Dios, la vida de la Iglesia es mucho más que estos hechos estridentes. Hay en ella una vitalidad entusiasmante basada en la confesión de la fe en Jesús”.

El Arzobispo no dudó en sostener que “sin fe, sin confianza, no se puede recomponer la vecindad ni la convivencia en el barrio, en el foro, en el Congreso o en la Escuela. Sin fe, sin confianza, se deshacen las lealtades, se destruyen los pactos y hasta se aprueban leyes transeúntes sin un serio arraigo en quienes las discuten y las aprueban. Sin fe, sin confianza, no se puede sanar la convivencia herida, generándose la dispersión de las mejores propuestas y un aislamiento fatídico de cada cual con su verdad, carente de toda credibilidad”.

En este mismo sentido apuntó a que el Año de la Fe, propuesto por el Papa para celebrar los 50 años del comienzo del Concilio Vaticano II, se propone como un tiempo para ponerse “al servicio de todos para ayudar a fortalecer la confianza mutua y en que, con humildad, esperamos también ser dignos de la confianza de quienes se han alejado de nosotros”.

Novedades

Este año al coro de la Escuela de Música del Arzobispado de Santiago se unió la orquesta juvenil de Contulmo, compuesta por cerca de 40 músicos. Una novedad constituyó la presencia de un coro de niños hipoacúsicos que se unieron a algunas canciones a través del lenguaje de señas. Se trató de doce pequeños del Colegio Carlos Oviedo, perteneciente a la Fundación Belén Educa, que fueron contactados por monseñor Ezzati para que se integraran a esta Acción de Gracias. Hay que agregar que este año el Te Deum fue transmitido vía streaming y seguido a través de las redes sociales Twitter y Facebook. 

Puede leer la homilía completa, aquí