SENAME: intenciones de apagar el incendio asumiendo el peligro de salir calcinado

SENAME: intenciones de apagar el incendio asumiendo el peligro de salir calcinado

17 Junio 2020

El pasado y presente de SENAME como institución está cubierto con un manto de desconfianza púbica difícil de corregir y nosotros como jóvenes estamos conscientes que nuestro actuar tambien se puede teñir de aquellos colores, pero no nos detendrá.

Gonzalo Chacón >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Invitado

Abril 2016 y los noticieros abrieron sus transmisiones con la noticia del fallecimiento de Lisette Villa Poblete en el Centro de Reparación Especializada de Administración Directa (Cread) Galvarino del SENAME. En aquel entonces mi energía y mi atención estaban en tratar, a duras penas, de entender el espacio, el usuario y otros conceptos que debieses comprender al estudiar arquitectura. Algo escuché pero no le puse atencion.

Tuvieron que pasar 3 años aproximadamente para volver a encontrarme con aquella noticia, profundizar, sacar conclusiones propias y leer testimonios de directores, trabajaradores, niños y niñas residentes, padres y madres vinculados directamente al SENAME. El paisaje descubierto me sorprendió, entre el 2005 – 2016, 1.313 niñas, niños y adolescentes (NNA) habían muerto en manos del Servicio Nacional de Menores.

¿Qué hacer?, ¿tengo responsabilidad alguna, como ciudadano, del bienestar de estos niños? Esas preguntas comenzaron a surgir al mismo tiempo que algunos proyectos comenzaron a nacer gracias al trabajo de amigos comprometidos con causas sociales. Así fue que tomamos la decisión de entrar, ahí donde pocos han querido hacerlo, entrar como voluntarios en un Organismo Colaborador Acreditado (OCA) llamado Fundación Ciudad del Niño Ricardo Espinoza (CdN), ubicado en la comuna de Hualpén, Concepción.

A principios del 2019 comenzamos llevando a cabo un proyecto reciclaje de residuos compostables, proyecto que pretende llevar nuevos conocimientos a niñas, niños y adolescentes comprendiendo de manera más directa procesos naturales, el trabajo incansable de las lombrices californianas para terminar con el humus, el mejor fertilizante natural existente.

Este camino nos ha llevado a entender de mejor manera el funcionamiento interno, la condición en la que los NNA habitan las residencias, las necesidades y desafíos de cada uno de ellos. Hoy, 18 meses después, somos parte de esa pequeña familia y tanto el cariño como la complejidad de los proyectos han ido creciendo a tal punto que pretendemos dedicarnos al trabajo directo con niñas, niños y adolescentes, ideando nuevas formas de intervención complementarias que puedan entregar otros conocimientos y herramientas para el desarrollo tanto psico-emocional como psico-social.

Ahora bien, tomando en cuenta lo ocurrido con el hogar El Nido de Hualpén, donde presuntamente se habrían cometido delitos de violación, abuso sexual y explotación sexual infantil, sumado a lo ocurrido en el Cread Galvarino mencionado anteriormente, más otros casos, cabe preguntarse: ¿tendremos nosotros como profesionales jóvenes, con intenciones de mejorar la calidad de vida de NNA residentes en hogares de protección, el peligro de ser tildados como abusadores en cualquier momento?, ¿será un temor válido el que siento al estar participando e ideando proyectos para el bienestar de estas niñas, niños y adolescentes?

El pasado y presente de SENAME como institución está cubierto con un manto de desconfianza púbica difícil de corregir y nosotros como jóvenes estamos conscientes que nuestro actuar tambien se puede teñir de aquellos colores, pero no nos detendrá. El futuro de niñas, niños y adolescentes depende del actuar de adultos responsables, comprometidos y valientes.

Valientes, porque entendemos el difícil escenario al que nos enfrentamos pero estamos dispuestos a bailar esta cueca. Pretendemos ser los bomberos que apaguen este incendio, también esperamos no terminar calcinados.