Región de O’Higgins quiere mantener liderazgo chileno del arándano con riego eficiente

Región de O’Higgins quiere mantener liderazgo chileno del arándano con riego eficiente

13 Octubre 2017

Un grupo de expertos de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile está desarrollando un proyecto que busca mejorar el uso del recurso hídrico de los arándanos en la región de O’Higgins a través de la capacitación de productores de esta fruta.

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Chile se puede jactar de ser el primer exportador de arándanos del hemisferios sur y el segundo en el mundo, por esta razón cada día se hace más importante mejorar los condiciones de la producción de esta fruta, sobre todo cuando se trata del elemento más vital para su producción, y que cada día se hace más escaso: el agua. 

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 14 por ciento de las tierras del mundo expuestas a la degradación están en América Latina y el Caribe, mientras que, a nivel global, 33 por ciento de la tierra ya está degradada, lo que en la realidad nacional se traduce en aumentos de sequías, heladas y una menor disponibilidad de agua de riego.  

Por esta razón, un grupo de expertos de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile está desarrollando un proyecto que busca mejorar el uso del recurso hídrico de los arándanos en la región de O’Higgins a través de la capacitación de productores de esta fruta. 

Para el ingeniero agrónomo y líder del proyecto, José Ignacio Covarrubias, el objetivo de este plan es poder encontrar la manera de regar lo justo, es decir, lo que consume la planta, para optimizar el recurso y al mismo tiempo atacar la compactación de suelos, es decir, la degradación de la estructura del piso, por el uso de derivados de la materia orgánica. 

“El arándano es un cultivo que se presta para la actividad de pequeños productores, es un berrie que produce un fruto que tiene un elevado valor, por lo tanto es un cultivo que muchos productores pequeños están abordando y nosotros apuntamos a ayudar a ese tipo de productor”, señala Covarrubias. 

Sumado a esto, los expertos también se están preocupando por la fertilización de la zona de producción. Los académicos de la Universidad de Chile establecieron seis estaciones experimentales, y tres están en proceso de instalación, para monitorear el proceso y abordar la situación de los predios por largo tiempo. 

“Mediante la incorporación de estas herramientas es posible determinar cómo varía el contenido de agua del suelo a distintas profundidades en función de lo que la planta utiliza según la demanda atmosférica y su estado fenológico, es decir, podemos establecer el tiempo y frecuencia de riego óptimos durante la temporada para alcanzar su máximo potencial productivo”, asegura el ingeniero agrónomo que trabaja en la zona intervenida, Pablo Berríos. 

El experto agrega que “si el agricultor ahorra en agua, también lo hace en el uso de fertilizantes y de energía eléctrica y además logran un mejor crecimiento de raíces, lo que se traduce en un mayor potencial productivo y por ende un aumento de su competitividad”. 

De la mano con el agricultor

Héctor Vargas es un productor de arándanos de la región de O’Higgins. Él es una de las miles de personas que a lo largo de Chile producen este berrie y ayudan a que nuestro país se pueda jactar de ser el primer productor del hemisferio sur de esta fruta. 

“Es muy importante que nos enseñen para hacer las cosas mejor, a utilizar bien el agua ya que está súper escasa. Nosotros regamos al ojo”, confiesa Vargas, quien desde el 2004 trabaja esta azucarada fruta y está esperanzado en que este proyecto lo ayudará no sólo a mejorar sus condiciones de trabajo y así generar una mayor rentabilidad, sino también a combatir los problemas de escasez de agua y sequía que suele vivir el país por ciclos. 

Según datos de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa) del Ministerio de Agricultura (Minagri), durante el 2015 la superficie de arándanos plantados en la sexta región era de 972 hectáreas y con esta iniciativa se espera impactar positivamente en la competitividad de estos pequeños y medianos productores del rubro. 

Este proyecto, que es financiado por el Gobierno Regional de O´Higgins a través del Fondo de Innovación para la Competitividad-enmarcado en la Estrategia Regional de Innovación,

tiene una duración de 30 meses y además de las sondas, contempla generar un manejo óptimo de la fertilidad física del suelo y la capacitación para pequeños y medianos productores de arándanos, alumnos de escuelas agrícolas y asesores técnicos del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), del Ministerio de Agricultura (Minagri). 

La iniciativa también contempla la participación de estudiantes de escuelas agrícolas aledañas, relacionadas con el rubro, para instruirlos en los temas contingentes asociados a la producción agrícola. 

“A nosotros nos sirve mucho porque ahora en cuarto medio tenemos un curso de riego, ahí también vemos calicata -técnicas para reconocer un terreno- y esas cosas. Así que temas como éstos nos ayudan mucho a complementar lo que nosotros aprendemos en clases”, comenta Pablo González, uno de los estudiantes del Liceo Agrícola El Carmen de San Fernando que está participando junto a los ingenieros agrónomos y productores agrícolas. 

Pese a que la gran masa de arándanos se produce en el sur del país, cada día la región de O’Higgins profesionaliza y perfecciona sus mecanismos de producción para competir y ayudar al país a mantener los sitiales de exportación reconocidos a nivel mundial, pero desde ahora, se espera darle un valor agregado más y que pueda vanagloriarse de que lo hace bajo un sello de sustentabilidad.