Niños, verano y piscinas: ¿Sabías que basta con dos centímetros de agua para que un niño se ahogue?

20 Diciembre 2018

Riesgos de insolación, infecciones en piscinas y malos hábitos que pueden afectar incluso de gravedad a los menores. Especialista de Enfermería de la USS entrega recomendaciones y estrategias para evitar preocupaciones y disfrutar los días de descanso que se avecinan.

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La temporada de vacaciones es sinónimo de actividades al aire libre, juegos de consolas o televisión. Lo cierto, es que los niños cambian de rutina y esto puede impactar en su salud.

Los menores que se dedican a los videojuegos usualmente pierden la noción del tiempo y es ahí donde los cuidadores principales deben continuar con las normas, porque estar de vacaciones no significa dejar de lado los hábitos saludables”, comenta Romina Zúñiga, académica de la carrera de Enfermería de la U. San Sebastián

Esto es especialmente importante con el horario de las comidas, puesto que si se alteran, aumenta las probabilidades de excederse en las cantidades y tipos de alimentos, por ello la especialista desglosa cómo cuidar la salud de los más chicos del hogar en días de vacaciones.

¿Cómo mantengo la rutina alimentaria de mis niños?

La enfermera señala que hay que respetar los horarios y porciones de cada comida, de acuerdo a la edad, peso, altura y recomendaciones dadas por los profesionales en los controles correspondientes.

También hay que fijarse en los tipos de alimentos, evitando exceso de golosinas chocolates, bebidas y jugos azucarados, y en general, todo lo que contenga sellos negros de advertencia. “La mejor forma de evitar que los niños los consuman es no tenerlos en la casa. Por el contrario, lo que se debe promover es el consumo de frutas, verduras y proteínas”, dice la académica USS. 

Tema no menor es la hidratación de los pequeños, ya que al estar en mayor movimiento o expuestos al sol, corren más riesgos de deshidratación. “Si bien los niños no son muy amigos del agua, se pueden utilizar estrategias para promover la ingesta, por ejemplo: no tener otras alternativas de bebestibles en el hogar, como bebidas o jugos, quedando como única opción tomar agua. Además, los padres o cuidadores principales deben servir como ejemplo y así crear los hábitos correspondientes”.

Para saber si la ingesta es suficiente, se puede evaluar la cantidad y el color de la orina “si es oscura, es porque hay una ingesta deficiente”, advierte la enfermera USS.

¿Piquero o bombita?

Cuando se va a la piscina lo principal es tener especial cuidado y vigilancia con los más pequeños, sobre todo si no saben nadar. “Los niños se pueden ahogar hasta con una altura de 2 centímetros de agua, es por esto que la vigilancia es de suma importancia, jamás dejarlos solos. En caso de ocurrir cualquier accidente, se debe solicitar ayuda a viva voz para luego contactar al servicio de emergencia”.

Pero además del riesgo de asfixia, hay agentes infecciosos que pueden provocar por ejemplo, infecciones urinarias. “Hay que tener presente que el cloro es un factor importante que aumenta el riesgo, sumado a esto está el traje de baño mojado, lo que potencia aún más el peligro”, advierte la profesional.

Frente a esto, la recomendación es cambiarse el traje de baño después de cada ingreso a la piscina o al mar. Hablando del cloro en específico, cuando las cantidades aplicadas en las piscinas exceden lo necesario “se pueden presentar irritaciones en la piel, ojos, daños en los dientes, ataques de tos e incluso llegar a un edema pulmonar”, advierte Zúñiga. Para evitar esto hay que ducharse antes y después de ingresar a la piscina, no tragar agua, utilizar lentes de natación e hidratar bien la piel al salir del baño recreativo. 

¡Ya no basta el protector solar!

Aparte de la aplicación de bloqueador cada 2 horas, existen otras recomendaciones: mantener una hidratación adecuada (idealmente 1,5 a 2 litros de agua), evitar salir entre las 12:00 y 16:00 hrs., horario donde el sol afecta en mayor cantidad a la piel; caminar preferentemente y en lo posible bajo la sombra, uso de ropa adecuada que permita la transpiración, que sea holgada y ligera, mejor aún si es blanca, ya que rechaza la luz solar; utilizar elementos protectores: anteojos de sol y gorro. En caso de que la insolación ocurra a pesar de la prevención, se debe acudir rápidamente al servicio de urgencias más cercano.

Accidentes

Cuando las lesiones no son de riesgo vital se indica acudir al servicio de urgencia del centro de salud más cercano. Frente a la necesidad de limpiar una herida, se debe realizar con gasa o paño limpio y con suero fisiológico 0,9% (o en su defecto, agua hervida con sal), no con alcohol, ya que éste interfiere en el proceso de cicatrización, remató la académica de Enfermería de USS.