Los Indignados en Chile con la nueva forma de gobernar

Los Indignados en Chile con la nueva forma de gobernar

11 Septiembre 2011

No voté por este gobierno por una cuestión de principios, pero cuando asumió igual creí (como la mayoría) que lo haría mejor que la Concertación que ya se encontraba desgastada. Las expectativas eran altas.

Fernando Meza >
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No voté por este gobierno por una cuestión de principios, pero cuando asumió igual creí (como la mayoría) que lo haría mejor que la Concertación que ya se encontraba desgastada. Las expectativas eran altas.
Sin embargo, con el correr del tiempo, me di cuenta que todo era mucho ruido y pocas nueces. Mucho anuncio. Mucho marketing. Los errores comenzaron a aparecer, las "piñericosas" que en un inicio eran jocosas terminaron reflejando improvisación, ignorancia y falta de empatía.
Las promesas de que llegaría un cambio, una nueva forma de gobernar, que estarían los mejores, la excelencia, todo eso no se ha cumplido. Ello explica el bajo apoyo recibido por la coalición gobernante, que es histórico. 
La gente se siente engañada

El vergonzoso aprovechamiento mediático realizado con el rescate de los mineros, las frases hechas,  los anuncios rimbombantes, la soberbia exhibida, las promesas incumplidas, todo eso aburrió.
La gente creyó en un gobierno de empresarios. La gente creyó que teniendo un presidente exitoso en los negocios haría que en Chile la precaria situación de gran parte de la población mejoraría. Pero ha ocurrido todo lo contrario. Ante la exigencia de un cambio de verdad (no más lucro en la educación), el gobierno no ha sabido responder.
Por su parte, la Concertación, que gobernó Chile durante 20 años, se suma a las exigencias de la mayoría, ignorando su complicidad con el modelo que se pide cambiar. Ellos administraron este sistema por dos décadas. Las vueltas de chaqueta de los políticos, la inconsecuencia mostrada, el oportunismo, han hastiado a los chilenos. Desde la Democracia Cristiana hasta el Partido Socialista, todos, sin excepción, han mostrado la hilacha. Todos insisten en proteger sus intereses -captar votos para la próxima elección- olvidándose del rol desempeñado en los últimos años. Esta incongruencia impide que su prestigio mejore. Los tibios mea culpas manifestados hasta ahora no son suficientes, porque como oposición al gobierno de Piñera lo han hecho pésimo. Por algo tienen aún menos apoyo en las encuestas que el propio mandatario.
Todo ello explica el descontento de hoy. Descontento que se ha masificado gracias al poder de las redes sociales, especialmente Twitter y Facebook, los blogs, los videos subidos a YouTube, etcétera.
Mientras los indicadores económicos señalan que Chile goza de un excelente crecimiento, gran parte de la población no accede a los beneficios que esta situación conlleva. Gran parte de la población es pobre, y el sistema privado de educación y de salud en nada ayuda a terminar con ese estado. Es más, lo prolongan, ya que hasta el momento ha generado millones de chilenos endeudados hasta decir basta. El lucro de unos pocos se consigue en base al endeudamiento del resto. Deudas que duran décadas para pagar un derecho básico como es la educación. Abusos del retail, cobros excesivos. Trampas.

La desigualdad en este país es inmoral, por lo que tarde o temprano el estallido social se produciría. Y fue de la mano de los estudiantes que ello ocurrió. 
El panorama es incierto.

Comentarios

Imagen de Victor Rodriguez O.

No sólo en Chile se repudia

No sólo en Chile se repudia el accionar de este gobierno en materia educacional, sino en todo el continente. Piñera y su ministro del interior pasaron ya a la Historia Patria como fanáticos impulsores del neoliberalismo totalitario y “represores salvajes”, lo cual está a un milímetro de distancia del asesinato y del genocidio. En el exterior hay preocupación por el futuro de esta “democracia débil” chilena. 

El nivel de aprobación interna –o nacional- que en este instante posee el gobierno de Piñera no supera el 26%. La pregunta es válida entonces: ¿cuál será ese nivel en los países vecinos, y en los del resto del continente, y en el planeta todo? Ya sabemos que en algunos medios argentinos se ha señalado que el gobierno de Piñera en Chile y el de santos en Colombia, son, en el contexto sudamericano, algo así como “un par de moscas en la leche”, vale decir, una disfunción que empaña el nuevo contexto político que muestran las naciones hermanas, donde aparecen gobiernos y gobernantes que se unen en la lucha por humanizar el sistema neoliberal .