"A los 17 años decidí ser secretaria": Las virtudes para llevar vocación

04 Diciembre 2012

En el marco de la celebración del Día de la Secretaría, una reflexión sobre el rol de esta mujer clave en el desarrollo de todo trabajo. Las letras y manos de una secretaria reflexionando en su día.

Silvia Miranda >
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Ayer celebramos el Día de la Secretaria, profesión más bien femenina, pero que la hace más distinguida aún cuando – así como buscar una aguja en un pajar – encontramos a un varón que se desempeña como tal.  

La palabra secreto, habla de intimidad, confianza y disimulo; quien no tiene esos términos enraizados en su cuerpo y alma, no puede desempeñarse en esta profesión. Redactar bien, tener buena letra, hablar de corrido y luchar por la perfección, van de la mano con cuidar a su jefe.  Y cuidar al jefe, no significa “esconderlo”, sino más bien, representarlo bien.  A los 17 años decidí ser secretaria.

Los años de experiencia

Había una vez una secretaria que comenzó a trabajar en una empresa capitalina, siendo –prácticamente- adoptada por las familias.  Ya la misión diaria no comenzaba ni terminaba en las escrituras de Proyectos, atender público y cuidar a mis 3 jefes, sino además me preocupaba de los cumpleaños, ir a la Farmacia e, incluso, coser pantalones que era lo más divertido.

Cuántas veces me tocó, en otras empresas, hacer trabajos manuales que los hijos de mi superior pasarían a retirar… Con las manos todas pegoteadas debía atender el teléfono, y seguía con mi trabajo.  Me saqué muchas buenas notas, y también me enorgullecía por mi motricidad fina avanzada. Otras veces uve que negociar con algún gásfiter, llamar al veterinario y armar la carpeta del perro.  Todo lo hice, muy profesionalmente, porque –a la larga- los jefes te agradecen estas misiones domésticas… encargadas por su esposa, por supuesto.

Mano Derecha

La secretaria es una de las pocas profesionales que posee el gran don de mujer y ser humano. Debe siempre saber dominar sus impulsos, ser demostrativa y mejor comunicadora. Estar dispuesta a relacionarse con sus compañeros, ser correcta y tener  buenos pensamientos.

“Usted es la mano derecha, verdad?”, me han preguntado. La verdad es que nunca me ha gustado el calificativo de “mano derecha”; prefiero la palabra confianza, ya que muchas manos pueden torcerse…  y la confianza se mantiene y crece…  

Mucha entrega

Qué secretaria no ha tenido que interrumpir, alguna vez, su ardua labor, para ingresar a Internet y sacar alguna tarea de historia para el hijo o hija de su jefe. Luego armar la carpetita con el nombre del “autor” y esperar el buen 7 que será incorporado en el libro de notas del estudiante.

Para qué decir, a cuántas secres les ha tocado recortar flores de goma eva, trabajar con palitos de helados o inventar cualquier monería, para que el hijo de su jefecito se luzca en la asignatura de manualidades. Es entretenido, porque –al final- se terminan  recibiendo de creadoras de un cuantuay de diseños

Oficina de la Secretaria: verdadero epicentro

Esta profesional dejó de ser la simple escritora de oficios, que atiende el teléfono y archiva la correspondencia. Lejos, es una de las trabajadoras que va más allá de sus misiones habituales, convirtiendo su oficina en el centro (o epicentro) de los edificios, donde llegan todos los compañeros, incluso a preguntar por el tiempo, la UF o a pedir un medicamento para el dolor de cabeza.

Transforma su oficina en su segunda casa, donde –usualmente- se relaja, aunque tenga mucho que hacer. En muchas ocasiones, pasa a ser la cara visible que blinda al jefe,  porque su función es “ser un vínculo y mediadora entre él y todo el resto del mundo”: colegas, sociedades, Instituciones, Clubes deportivos, los políticos, jefatura, autoridades de todo tipo y público en general..

Sin ser pesada, muchas veces se debe colocar extremadamente seria, cuando las personas no entienden que el Jefe es el jefe, y tiene sus preocupaciones, sus obligaciones y sus misiones.

La secretaria, muchas veces, se entiende con el cuidador del autos, con el comprador de queso, y con las personas cariñosas que acostumbran a dejar regalitos al ejecutivo.   Otras deben recordar  todos los días lunes de ir al kiosko más cercano a buscar la revista de tejidos que su esposa colecciona, en fin… ¿Cómo puede llamarse a esta profesional que se instala, todos los días, desde tempranito frente al computador? Considero que no hay un nombre definido, porque es la mejor asesora que pueda tener una jefatura, aunque “SECRETARIA” es una palabra precisa, derivada de secreto, con muchas aristas, por supuesto, y- una de las principales- es el servicio leal y honesto, impagable. ¿Por qué impagable?... simplemente porque el apoyo laboral es incalculable.

Frases célebres de los Jefes para sus secretarias:

- Le puedo pedir un favor?... Invitaron a Facundo a un cumpleaños de su Jardín… y me olvidé de comprar el regalo… Este… podría usted sacarme de apuro?

- Me podría traer un par de cafecitos para la oficina, por favor?

- Sabe usted qué es bueno para el colon?

- Qué hago?... Se me descosieron los pantalones… 

- Le hago una consulta… Ramírez es con “ese” o “Zeta”

Y así, suma y sigue un sinnúmero de frases que no tienen nada que ver con cálculos, oficios o reuniones; pero es entretenidísimo, porque – con ello- aparece el ser humano que hay detrás de la gran diversidad de jefes: enojones, trabajólicos, alegres, distraídos, apresurados, fiesteros, testarudos, de pocas palabras, y pare de contar.

Se trabaja para la sociedad, con fuerza y empuje. Al final, las secretarias y secretarios pasan a ser ídolos desconocidos, porque – independiente que cumplan la función para la cual han sido encomendadas(os), trabajan para que los altos cargos se luzcan. Claro está que, siempre, detrás de una buena secretaria, hay un buen jefe y, lo que es más importante: detrás de un buen jefe hay una  buena secretaria”.

Cada día es distinto, cada día se aprende, cada día se entrega más de lo que sabemos… sin siquiera haber estudiado para enfrentar todos los instantes de trabajo.

Así es. La teoría está a años luz de la práctica que debemos realizar en nuestros trabajos… por eso digo que ser secretaria, es una verdadera vocación.