La estrecha relación entre diabetes y obesidad

10 Octubre 2017

A pesar que existen varios factores que pueden desencadenar en una diabetes tipo 2, la obesidad es  sin dudas, el factor de riesgo más importante para su aparición.

Especial >
authenticated user Editor

En algún momento la diabetes tipo 2 fue conocida como “diabetes de inicio de edad adulta”, afirmación que ha quedado en el pasado ya que cada vez son más los adolescentes y niños que la padecen. Esta afección se desarrolla cuando el organismo no utiliza eficientemente la insulina que produce, por lo que lo compensa con una sobreproducción de ésta,  al no poder hacerse cargo el páncreas de este exceso, aparece la diabetes y el consecuente aumento del nivel de glucosa en la sangre.

Es conocido que la obesidad incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y también algunos tipos de cáncer. Pero, según señaló la Dra.  Margaret Chan, ex directora general de la Organización Mundial de la Salud, “la obesidad incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y también algunos tipos de cáncer. Pero la afección en la que la obesidad como factor de riesgo independiente tiene mayor repercusión es la diabetes. Por otra parte, esta enfermedad con sus costosas complicaciones, como la ceguera, la amputación de miembros y la necesidad de diálisis, puede imponer a los presupuestos de salud y a las finanzas familiares una carga extraordinaria a largo plazo”.

La OMS ha catalogado la diabetes como una de las mayores epidemias del siglo XXI, y no es para menos, según cifras del organismo su crecimiento ha sido explosivo, estimando que el número de adultos con diabetes casi se ha cuadruplicado desde 1980, pasando de 108 millones en ese año a 422 millones en 2014.  Entre otros impresionantes datos entregados por el organismo, se estima que la diabetes causa alrededor de 1,5 millones de muertes cada año. A esta cifra hay que sumar los otros 2,2 millones de defunciones anuales asociadas a la hiperglucemia. Cabe destacar que el 43% de esas muertes se producen prematuramente, antes de los 70 años.

El organismo mundial ha señalado que si bien la prevalencia de esta enfermedad es grave, se puede tratar y sobre todo, se puede prevenir. Para estos fines, la OMS desarrolló un manual de estrategias que ayude a los gobiernos a tomar decisiones en salud pública que se encaminen en la solución de este problema.