Fin a la ley de la silla: la onda de trabajar de pie

28 Junio 2011

Revisando prensa extranjera dimos con una interesante tendencia: entre algunos profesionales se difunden determinados beneficios de trabajar de pie y muchos adoptan el hábito. Los más osados caminan mientras trabajan.

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Leímos atónitos un artículo sobre un nuevo hábito en difusión: trabajar de pie, ajustando el escritorio a una nueva altura. Entre nuestra risa, asombro y dudas, una frase clave nos determinó a seguir leyendo al respecto. Mientras explica por qué decidió comenzar a trabajar de pie, Gina Trapani escribe: "Yo no soy un médico profesional, pero parece obvio que el ser humano no debiera pasar 45 horas semanales sentado quieto en una silla".

Es sólo una intuición, pero una de las buenas. A ella la llevó a investigar más sobre el tema mientras escribía un artículo y, más tarde, a cambiar su escritorio tradicional por uno más alto, que la obliga a estar de pie. Trapani cuenta que estar de pie la ha ayudado a quemar más calorías por hora y a mejorar su postura. Sus pulmones se expanden mejor al respirar y en general ella nota que se siente mejor, día a día. Otros asiduos al mismo hábito cuentan también que estar de pie anula la somnolencia que a veces ataca durante la jornada.

En casi todas los textos que revisamos, los autores daban cuenta de que el hábito de trabajar de pie era una suerte de "etapa previa" a la verdadera meta: trabajar en un "treadmill desk", un escritorio que tiene incorporada una caminadora. Trabajar caminando. Despacio, pero caminando. 

Al parecer, un número importante de los asiduos a los escritorios con caminadoras adoptaron el hábito en un intento desesperado por controlar el diámetro de sus cinturas. Lo interesante son los otros efectos que los autores de los textos leídos reportan: en general su productividad y concentración aumentó, adelgazaron, mejoraron su postura y su ánimo general. Se sienten más activos. 

Los escritorios con caminadora incorporada los venden así, tal cual, aunque también pueden, dentro de ciertos márgenes, hacerse a la pinta de uno. Los escritorios para la etapa previa, la de trabajar d epie, también los venden, pero ése es un costo que te puedes saltar: con unas cuantas resmas de papel blanco ya puedes elevar tu escritorio. O con latas de Coca-Cola. Venga la creatividad, señores.

OJO: Se recomienda, tanto en los blogs que leímos como en el artículo del New York Times, iniciarse en el hábito de trabajar de pie haciéndolo sólo por algunas horas al día. Progresivamente puedes aumentar el número de horas en que trabajas parado, hasta completar tus jornadas en ésa posición.

Si te atreves a hacerlo y nos ganas en decisión, por favor escríbenos para saber cómo te fue! Nosotros necesitamos madurar la idea un poco más.