Desarrollo energético en Chile: El principal obstáculo somos nosotros mismos

Desarrollo energético en Chile: El principal obstáculo somos nosotros mismos

18 Septiembre 2012
En la práctica lo que es la matriz energética que se ha venido sustentado básicamente en el diesel, carbón y las hidroeléctricas de muro de contención. Sin dudarlo, en pocos años con la huella de carbono que estamos dejando, nos estamos transformando en unos de los países más sucios del planeta.
Andrés Gillmore >
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Cuando vemos en la práctica lo que es la matriz energética que se ha venido sustentado básicamente en todos estos años en el diesel, carbón y las hidroeléctricas de muro de contención, nos damos cuenta sin dudarlo que en pocos años con la huella de carbono que estamos dejando y dejaremos a futuro, nos estamos transformando de seguir así en uno de los países más sucios no solo de Latino América como del planeta en general y eso nos significara grandes costos económicos a las futuras generaciones, que tendrán que lidiar con un problema insalubre de difícil solución y de ardua reestructuración, si es que no tomamos las providencias necesarias y de una ves por emprender el camino hacia la reconversión necesaria a energias renovables.

La realidad del fallo de la corte suprema de hace unos pocos días que cerro el proyecto de la termoeléctrica Castilla, puso de manifiesto una vez más que el método de evaluación ambiental de estos proyectos deja mucho que desear y es manipulado al antojo por los intereses de las grandes transnacionales, que se aprovechan de la falta de un método acertado y preciso de evaluar los proyectos energéticos y hacen u deshacen. Lo único que manifestó la corte suprema en su fallo, fue que el estudio de impacto ambiental presentado habia sido manipulado para sacarlo adelante, tampoco fue al fondo del problema, porque en verdad no le compete y si no le compete necesitamos entonces cambiar los procedimientos ya que no podemos pasarnos la vida judicializando las evaluaciones ambientales y manejándolos de acuerdo con los intereses de las grandes transnacionales.

Lo que vino después con las reacciones del empresario brasileño Elke Batista que construiría Castilla y su enojo por el rayado de cancha de un hecho sin precedentes en Chile, nos asegura lo que ya venimos diciendo hace tiempo, si no nos hacemos respetar como país y obligamos a las trasnacionales a hacer las cosas bien entonces quien lo hará.

El otro lado de la moneda lo representa HidroAysén que apenas salió el fallo de Castilla llamo a conferencia de prensa su líder publico el vice pdte ejecutivo Daniel Fernández para volver al ataque con su intención, metiendo miedo al publico en general de que nos quedaremos sin energía en Chile en los próximos años si no se realiza HidroAysén, utilizando como estrategia el m miedo para lograr sacar adelante sus intereses, por un proyecto que además tienen las mismas falencias en su estudio de impacto ambiental que el estudio de Castilla y que la corte suprema declaro manipulado.

La carretera eléctrica no es nada más que un traje a la medida para así resolver los problemas del transporte de la energía desde Aysén al norte de Chile, lo que es en si mismo una aberración que tendremos que pagar en caso de aprobarse del propio bolsillo de todos los chilenos y eso no puede ser en un proyecto netamente privado

La decisión de cambiar de estrategia energética es una decisión difícil dado la realidad actual del modelo energético, pero en algún punto debemos iniciar el cambio verdadero y la exigencia que implica un cambio real de conciencia en una manera diferente de ver y hacer las cosas, que nuestros acreedores (transnacionales) no están acostumbrados, pero sin duda en algún momento tenemos que empezar y debe ser ahora si es que queremos ser competitivos en los próximos años comercialmente y sobre todo ser sustentables en esta importante materia para beneficio de todos los chilenos y no solo de algunos como ha sido la consigna hasta ahora.

Llevamos décadas sin tener una visión acertada en este tema y somos en verdad como modelo energético un castillo de naipes y lo que es peor aun, lo que se quiere hacer en materia energética como solución final  es simplemente tapar el verdadero problema, al pretender destruir para siempre la región de Aysén con ese fin y creer que el problema esta solucionado, en lo que es y representa como un territorio de excepción que también es reconocido como la ultima frontera ambiental del país y una de las ultimas del planeta, que es la esperanza cierta de una nueva forma de hacer las cosas y en ese fundamento debemos proyectarnos u alcanzar la prosperidad. Región de Aysén que además representa mucho más como concepto libre de represas y de contaminación, que destruida por proyectos energéticos al intervenir sus ríos. Por una forma que no solucionan en nada la posible crisis energética del mundo minero y tampoco mejoraran la vida de las personas, menos de los propios ayseninos, solo contribuyendo para ensuciarnos aun más y dejándonos de manos atadas para entrar definitivamente en la via correcta de una nación que pretende ser desarrollada y que además somos miembros de la OCDE.

Lo que se busca en verdad con la imposición por parte del gobierno actual de posicionar las represas en Aysén, es la solución fácil que solo favorece al mundo de los negocios y que por sobre todo no genere problemas a las transnacionales y sus socios chilenos y que estos así puedan operar sin restricciones con la mínima inversión y eso no puede ser, no lo podemos aceptar por respeto hacia nosotros mismos.

Según cifras que circulan en el medio minero internacional, la inversión proyectada para los próximos veinte años en esta área en el país, seria de cincuenta mil millones de dolares, lo que es en si mismo una buena noticia. Lo que no es una buena noticia, es que tengamos que destruir Chile para generar esta energía para que operen estas transnacionales mineras y saquen jugosas ganancias en detrimento de los habitantes de las regiones pretendidas por los proyectos energéticos y es en eso en donde radica lo ruinoso de la estrategia energética impuesta por el actual gobierno heredada de los anteriores. Que no favorece bajo ningún aspecto al hombre y si a las empresas, de un formato que no podemos permitir, porque seria invariablemente la autodestrucción de lo que somos y lo que representamos como cultura y forma de hacer, no solo en Aysén como en la nación como un todo.

La lógica impuesta por estas transnacionales a los gobiernos de turno desde la entrada de la democracia, tanto de la concertación como en la alianza, es a la inversa de la lógica básica con la cual los estados soberanos desarrollados se relacionan con estas transnacionales, que ante todo defienden lo suyo, por empresas que si no se les demuestra carácter y una férrea fiscalización, no les interesa en lo mas mínimo si es que para lograrlo destruyen Chile entero en la búsqueda de sus ganancias. Hecho que indica a todas luces que en la variable energética esta la verdadera preponderancia y la sustentabilidad de los proyectos de la mega minería en Chile.

Lo que se debería hacer y no es nada nuevo, hacer un levantamiento topográfico de aquellos territorios que pueden permitirse la llegada de proyectos energéticos y relacionar la variable social como un ítem de importancia vital a la hora de proyectar estas construcciones y ordenar el método y el protocolo, que al día de hoy es muy desordenado y carece de objetivos a largo plazo y  obligar a las transnacionales a generar como mínimo un 30% de la energía que necesitan para operar y que sean con energias renovables en sus mismos puntos de operación y no esperar que el estado de Chile haga caso omiso de malos proyectos energéticos pretendidos por los privados (HidroAysén, Xstrata, Isla Riesco, etc.) destruyendo una región completa como Aysén a miles de kilómetros en el otro extremo del país, solo para permitirles operar en lo que se puede decir en estado de gracia, sin responsabilidades, burlándose de todos nosotros y mas encima con grandes utilidades.

Chile al dia de hoy lamentablemente es un país destruido ambientalmente, Aysén es la última frontera ambiental, la gran oportunidad de hacer las cosas bien y demostrarnos que somos capaces y consecuentes en la forma de ver el desarrollo y de lograr en la consecuencia la sustentabilidad que necesitamos. Lamentablemente nuestros gobernantes no han tenido una visión periférica de lo que representa en verdad un desarrollo apropiado en materia energética, que mire el futuro en forma acertada.

Nos hemos dejado llevar por el inmediatismo económico, aceptando un modelo que no nos representa y no usa nuestras capacidades como debería ser, con un modelo que de verdad es inaplicable, sustentado en el consumo y no en el ahorro como debería ser. Abriéndoles las puertas a las transnacionales, sin ponerles reglas claras, con una fiscalización adecuada, de situaciones que en los países de orígenes de estas mismas transnacionales no les son permitidas, por la destrucción que generan.

Necesitamos reglas claras con altura de mira en la generación energética, que nos permita aliar el crecimiento, progreso y desarrollo con la consecuencia ambiental. De un ítem que hoy es de importancia vital, si se quiere una proyección acertada, que es sin duda la piedra angular del presente-futuro del mundo de hoy en lo que a desarrollo se refiere.

El territorio de Aysén es lo que se podría decir la gran oportunidad de hacer las cosas bien y en eso deberíamos fundamentarnos en el concepto aysenino “Reserva de Vida” de una forma moderna y acertada de ver el presente, proyectándonos hacia el futuro. Un pais que no tiene la capacidad de entender que no solo de pan vive el hombre y que Aysén representa mucho más que solo bosques y ríos, es en verdad un país sin futuro y sin proyección.

FOTO: http://escenariosenergeticos.cl/