El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Rancagua condenó a Héctor Guillermo Villaseca Núñez a las penas efectivas de 5 años y un día de presidio, en calidad de autor del delito de violación de menor de 14 años, y de 3 años y un día, por el delito de abuso sexual. Ilícitos perpetrados en enero de 2016, en la localidad de Guacarhue de la comuna de Quinta de Tilcoco.

En fallo unánime, el tribunal, integrado por los magistrados Gladys Medina, Carolina Garrido y Alejandro Vilches, aplicó, además, a Villaseca Núñez las accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos y la inhabilitación absoluta para cargo y oficio público durante el tiempo de la condena; además de la interdicción del derecho a ejercer la guarda, ser oído como pariente en los casos que la ley designa y a la sujeción a la vigilancia de la autoridad durante los 10 años siguientes al cumplimiento de la pena principal y la inhabilitación absoluta perpetua para cargos, empleos, oficios o profesiones ejercidos en ámbitos educacionales o que involucren una relación directa y habitual con menores de edad; además del pago de las costas del proceso.

Asimismo, el condenado quedó con la prohibición de visitar el domicilio, lugar de trabajo o establecimiento educacional de la ofendida y la prohibición de aproximarse a ella.

Una vez ejecutoriado el fallo, el tribunal dispuso que se proceda a la toma de muestras biológicas del sentenciado para determinar su huella genética e inclusión en el registro nacional de ADN de condenados.

El fallo dio por establecido, más allá de toda duda razonable, que pasadas las 22 horas del 26 de enero de 2016, aprovechando que la víctima, de 10 años de edad a la época, se encontraba de vacaciones en el domicilio de sus abuelos paternos, ubicado en la localidad de Guacarhue en la comuna de Quinta de Tilcoco, “Héctor Guillermo Villaseca Núñez procedió a efectuarle tocaciones de relevancia y significación sexual en las partes íntimas de la niña, sin que ella develara estos sucesos en aquella oportunidad”.

En tanto, poco antes de las 23 horas del día siguiente, 27 de enero, en el mismo domicilio, el condenado procedió nuevamente a efectuar tocaciones de relevancia y significación sexual, para luego violentar sexualmente a la menor (vía bucal), “retirándose la niña al dormitorio que compartía con su tía a quien develó lo sucedido”.