Hace unos meses, cuando Laurence Golborne era el candidato presidencial, llegué incluso a sospechar que el desenlace de estas elecciones podría verse tan polarizado como el que vimos en 1999, con el virtual empate entre Lavín y Lagos. El ex ministro era sin duda, el más competitivo de los candidatos de derecha y el gobierno iba a poner sus mejores bonos y regalos para ayudarlo durante este período electoral.

Sin embargo, esto cada vez se parece más a la elección de seis años antes, la de 1993. Tuvimos unas elecciones primarias en el bando concertacionista, donde Eduardo Frei arrasó con 62,9% frente a su contendor Ricardo Lagos con un 37,1%. Similar a la avasalladora primaria que vimos el 30 de junio pasado, donde Michelle Bachelet logró el 73% frente a tres contendores que sumados dieron 27%.

Por su parte, fue la Unión por el Progreso de Chile, el antecedente de la actual Alianza, la que hizo más show para definir su candidato presidencial. Se creía entonces que iba a presentarse un candidato de Renovación Nacional, pudiendo ser Evelyn Matthei o Sebastián Piñera, pero la rivalidad entre ellos fue aumentando de calibre produciéndose un escándalo cuando una grabación clandestina sobre una conversación de Piñera y su amigo Pedro Pablo Díaz, salió a la luz y sepultó las posibilidades de ambos candidatos.

Entonces la UDI proclamó a Jovino Novoa como candidato y RN, tras el escándalo y para no perder pan ni pedazo, nominó al empresario Manuel Feliú. Sin embargo, para terminar con todo este embrollo de subidas y bajadas de candidatos, decidieron hacer un cónclave en el edificio Diego Portales, donde escogieron finalmente al senador Arturo Alessandri Bessa. Pero no fue todo fácil para el candidato de la derecha, se inscribió como independiente José Piñera, quien fuera ministro del trabajo de Pinochet.

Viendo hoy el complicado camino que ha debido transitar la derecha oficialista para llegar a tener candidato, me hace recordar aquel escenario, y me lleva a pensar incluso que tendríamos resultados similares, considerando que en esa elección fueron más candidatos que en ninguna otra, así como se estaría planteando hoy las candidaturas del 17 de noviembre.

Este definitivamente sería el pronóstico para las próximas elecciones presidenciales.