Un paseo por grandes canciones, talentosos compositores, romanticismo, nostalgia y picardía… todo eso fue lo que Gloria Simonetti y el pianista Valentín Trujillo trajeron al Teatro Municipal de Rengo en el concierto “Íntimo” presentado el pasado jueves 10 de enero bajo el alero de la Corporación Cultural de Rengo.

Los artistas mostraron un repertorio variado, que repasó clásicos del folclore, el bolero y la música popular nacional e internacional, con especial énfasis en los compositores nacionales, todo matizado por el ameno diálogo del pianista y la cantante que introdujeron con evidente química cada tema.

La interacción con el público también estuvo presente, logrando el clima prometido en el título del recital. Momentos especiales fueron -por ejemplo- cuando la Simonetti se desplazó entre el público para dedicar a un sorprendido espectador “Mata de Arrayan Florido”, o cuando invitó a otro al escenario para cantarle el clásico “Usted”. Ya al final del concierto y luego de recibir la ovación del público, una fans se acercó espontáneamente al escenario para entregarle un pequeño regalo a Gloria, quien retribuyó el gesto con una virtuosa interpretación de “Ojalá”, logrando la emoción de varios miembros del público y una repetida ovación.

Tras el concierto, Trujillo y Simonetti se dieron el tiempo para firmar discos y compartir con el público en el foyer del teatro, instancia que se ha vuelto habitual en los espectáculos organizados la Corporación Cultural de Rengo.

UN INESPERADO REENCUETRO

Nota aparte merece el reencuentro de Valentín Trujillo con dos grandes amigos y músicos renguinos. Al llegar a Rengo y antes siquiera de ingresar al teatro, el maestro preguntó por dos personas a las que vinculaba a esta ciudad y no veía hacia varias décadas: el cantante de boleros y tango Simón “Monto” Yarza y el guitarrista Hugo Matus. La producción del evento, a cargo de ICD (Investigación Cultura & Desarrollo) se movilizó rápidamente para contactar a los artistas locales, permitiendo con ello un cálido y emotivo reencuentro, que concluyó con varias canciones improvisadas en la antesala del concierto, mostrando la extraordinaria memoria del Tío Valentín, y de lo cual quedó registro fotográfico y audiovisual