Opinión: La tarjeta de crédito como herramienta de compensación social

25 Noviembre 2016

En la actualidad pocos son los chilenos que no están endeudados y no hablo de los créditos hipotecarios. Hablo de créditos de consumo para pagar ropa, comida, viajes, electrónica.

Andrés Gillmore >
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Nadie tiene duda que estamos pasando por una crisis existencial a nivel PAÍS del modelo económico, social y político y que en la actualidad estamos viviendo un periodo de transición, en la búsqueda de un modelo que nos permita mejorar la calidad de vida de nuestra gente, equiparar la equidad y lograr transparencias en nuestros haceres y como si todo eso fuera poco, ser sustentables a la vez.

El neoliberalismo que por tantos años guió nuestros destinos, esta en crisis a nivel planetario, al quedar expuesto en sus íntimas profundidades con el nuevo fundamento social, ante una sociedad con más acceso a información, que le ha permitido develar cifras y formatos que antes ni siquiera sabía que existían. Ello nos ha traído revelaciones que nos han dejado atónitos en el mundo ciudadano, ante las impresionantes cifras que han quedado desveladas. Se podría decir que de una manera u otra, como país no estamos bien con nosotros mismos y esta triste realidad nos ha introducido en la actual crisis existencial.

Una de esas cifras sorprendentes, fue la que entregó Fundación Sol hace unos días, ante la huelga de los trabajadores de HomeCenter, que puso sobre la mesa que esta empresa tiene ganancias operacionales netas de 392 millones de pesos al día y a pesar de todo, la empresa no tiene capacidad de negociar con sus empleados el aumento de sus remuneraciones y mejorar las condiciones de trabajo. Esta semana se notificó en contra de todo el discurso anterior por parte de los interesados, que las Isapres tuvieron ganancias netas del 42 %. Demostrandonos una vez más que el desbalance en estas materias es de carácter absoluto, entre lo que las empresas ganan y las remuneraciones efectivas que perciben los trabajadores y que es indudable que debemos MORALIZAR EL MERCADO.

El gobierno por otro lado, nos ha estado diciendo que las arcas están vacías, que se vienen complicaciones financieras en el futuro del país. Que con el precio del cobre tan bajo y sin perspectiva de mejora, los futuros gobiernos poco y nada podrán hacer para inyectar bonos para salvar a los ciudadanos. Si a eso le sumamos los bajos niveles de remuneraciones y que se empiezan a detectar índices de cesantía que van en aumento; entonces cómo nos explicamos que seguimos consumiendo a destajo y que a la ciudadanía poco le importa quienes serán sus líderes políticos y que tengamos bajísimos índices de comparecencia en las últimas elecciones. Índices tan asustadores, que están poniendo en entredicho la ley del voto voluntario y se esta pensando seriamente en volver al voto obligatorio. Todo dependerá de cómo sean los porcentajes de votaciones en las próximas elecciones presidenciales, senadores y diputados del 2017; que de ser con índices aún más bajos que los actuales, se repensara en volver al voto obligatorio y no continuar perdiendo legitimidad.

Si fuéramos extranjeros  y no supiéramos de la profunda crisis existencial que estamos viviendo como país, pensariamos que todo es una burda mentira, que no hay país más próspero que Chile. No se distingue a simple vista la crisis. Los restaurantes, cafeterías y los centros comerciales están atestados a toda hora con gente consumiendo y comprando en las tiendas del retail. Los aeropuertos con flujos extraordinarios. Cuesta conseguir pasajes para viajar incluso dentro de Chile y eso es aplicable también en el transporte terrestre. El turismo interno ha tenido un aumento ostensible y eso que es más caro viajar en Chile que al exterior. Los conciertos de Rock llevan de 70 a 80 mil personas y eso que los tickets más baratos no cuestan menos de 30 mil pesos y son los más caros de Latinoamérica, etc, etc.

Entonces qué esta pasando en realidad, como pueden existir y convivir dos realidades en una sola y tan diferentes entre si. Todo se reduce a que el modelo económico sostiene la vida de los chilenos a través del crédito y de esa manera mantener el sistema, creando un mundo surrealista con ganancias millonarias para las empresas, con la venta del dinero del futuro, lo que conocemos como crédito. En la actualidad pocos son los chilenos que no están endeudados y no hablo de los créditos hipotecarios. Hablo de créditos de consumo para pagar ropa, comida, viajes, electrónica. En una fila de supermercado la dueña de casa a la hora de pagar la cuenta, abre su billetera y elige dentro de diez tarjetas de crédito con cual pagará, pasa la tarjeta por la maquinita, introduce su clave y listo. No tuvo consciencia de la cantidad que gastó, ni siquiera guardo el comprobante que le informa que comisiones esta pagando al expendedor de la tarjeta, al supermercado y la empresa que avala la tarjeta y el monto del interés que esta pagando por la transacción y eso se aplica a todo el espectro comercial.

Esta realidad fantástica;ha hecho que hayamos perdido completamente el valor de lo que significa el dinero propiamente tal y lo que cuesta ganarlo, algunos incluso compran vehiculos con tarjetas de crédito; simplemente porque no vemos el dinero físicamente. Esa ha sido la estrategia de negocios de bancos y casas comerciales, para supuestamente hacer de Chile un país desarrollado, que de una manera u otra los clientes pierdan consciencia del valor real del dinero y sobrevivan sus vidas endeudadas con dinero del futuro. Las clases trabajadoras son las que más han sufrido con el embate crediticio para mantener la economía interna. Aunque ciertamente les ha “mejorado la calidad de vida” proporcionándoles acceso a cosas que no podrían, el formato es pérfido al basarse solamente en el consumo con altos intereses en ves de pagar mejores sueldos.

En la actualidad pocos chilenos conocen el ahorro, obligando a los trabajadores a pagar intereses muchos más altos que las clases altas para compensar, al ser consideradas por la banca como capitales de riesgo y por consiguiente pagando altos intereses de castigo y todo un sistema que los esta estimulando a consumir constantemente.

El BancoEstado cuenta en la actualidad con el crédito más caro de la plaza y es el banco más rentable de la plaza, porque trabaja con trabajadores y emprendedores y se ha sustentado en gran medida con las tarjetas de crédito y los créditos de consumo. El Banco del Estado (actual BancoEstado) fue creado por Corfo en la década de los cincuenta, como una forma de fomentar el crecimiento y el desarrollo. Por ley esta institución no debía obtener ganancias como un banco privado.Con la instauración del formato neoliberal en la década de los noventa, obligó a muchas reparticiones públicas a tener que rentabilizarse y independizarse. Proceso que terminó cambiando los fundamentos de los objetivos de muchas de las reparticiones públicas y una de ellas fue el Banco del Estado. Cambio su imagen corporativa y pasó a llamarse BancoEstado bajo la presidencia del socialista Jaime Estévez, (economista, ex senador de la república, ex pdte del Club Deportivo Universidad Católica, avalador de la contabilidad presentada por Sergio Jadue, el estafador que escapó de Chile y que por cuatro años fue Pdte del Fútbol chileno) que en base a extraños manejos con el dinero de todos los chilenos, le otorgó un crédito blando en muy buenos términos de alrededor de 180 millones de dólares al grupo Luksic, para que comprara el Banco de Chile. Ni tonto ni perezoso, el señor Estévez renunció posteriormente al BancoEstado y se fue de director del Banco de Chile. Cargo de prestigio, bien remunerado, con poco trabajo y si te he visto no me acuerdo; pero considerado un héroe por el grupo Luksic hasta los días de hoy..

La banca siempre esta desarrollando estrategias para que la ciudadanía gaste y se endeude, ese es su objetivo de sustentación y su motivo de vida. Siempre su forma es el crédito. Incluso hasta traslada a Chile fiestas vikingas como el Halloween, para hacer que la clase media siga gastando y pidiendo créditos para celebrar. En el mundo del retail es donde el chileno medio más consume y solo es posible acceder a los precios bajos ofrecidos en las liquidaciones con la tarjeta de crédito que expende la casa comercial; sino la tienes te castigan sin poder acceder al precio y terminan obligando a tener la tarjeta.

La nueva estrategia que están implementando, es que podamos pagar vía el teléfono celular. Entendieron que el hecho de sacar la tarjeta y pasarla por la máquina te hace pensar y la idea es que el consumidor no piense, no tenga conciencia del gasto que esta realizando y que le baste pasar el celular. Si lo quiere, lo tiene.Aunque eso signifique endeudarse por siempre.

Todos estos hechos son resultantes de cómo nos han educado por décadas para manejar nuestras economías familiares y ser manipulables políticamente como ciudadanos por medio del consumo y que las grandes empresas saquen su sustento. En los países desarrollados de la OCDE, ha bajado considerablemente el uso de tarjetas y los créditos de consumo. la gente esta empezando a darse cuenta de la estrategia y la importancia de reconocerle el valor del dinero físico.

Cuando el consumo es la base de sustentación de un modelo de desarrollo, produce falta de motivación por los problemas sociales y político y dejamos de ser redundantes por nuestra independencia y por añadidura, perdemos la capacidad de ahorro y el crédito se transforma en una droga dura; creando inmovilismo social hacia arriba y movilismo social hacia abajo. Si sumamos sueldos bajos y pésimas jubilaciones, no es difícil concluir que se ha estado determinando que el 90 % de los chilenos sean eternos consumidores y endeudados a más no poder, pero felices a pesar de todo; “tal como un vacuno trasladándose al matadero y cuando le preguntan cómo se siente a kms del matadero responde: “hasta aquí soy feliz y vamos bien”

Esta realidad podría responder el porqué los chilenos a pesar de todo, no se están votando, no se interesan por política y hablan mal de todo lo que se relacione con ella y es simplemente porque su calidad de vida no responde a las problemáticas políticas, si a la banca que les otorga el crédito para seguir consumiendo y obteniendo satisfacción. Tal vez  todo cambiaría, si los movimientos políticos hablaran de restringir el crédito, que se retirarían las tarjetas de crédito. Como ejemplo en Chile se habla que anualmente se venden cerca de 250 mil vehículos y que es un indicativo de desarrollo; pero la verdad es que se fiaron 250 mil vehículos. Países que no tienen acceso al crédito como Chile y sus vidas dependen de las estrategias que implementan los gobiernos, son mucho más participativos, conscientes y creativos para lograr sus lideranzas y exigirles a sus líderes que sean honestos.