[Lectura voraz] Héroes, de Jorge @Baradit

08 Septiembre 2019

Este libro es el 5° título de la serie Historia secreta de Chile.

Daniel Carrillo... >
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Las imágenes de quienes encarnan el heroísmo para un país no son inofensivas, dice Jorge Baradit en el prólogo de “Héroes” (Sudamericana, 2019), ya que generan identidad, y ésta deriva en posición política.

Con esa idea, y siguiendo la línea “anti oficial” que instaló con sus anteriores entregas de “Historia secreta de Chile”, el autor sube al panteón patrio a una serie de figuras que, a su juicio, han sido olvidadas o puestas en segunda fila.

Sin embargo, en una visión general, parece aventurado decir que Manuel Rodríguez, Ramón Freire o Pedro Aguirre Cerda hayan sido recortados de los libros oficiales. Lo que sí, claramente, sus historias han sido edulcoradas, omitiéndose pasajes o aspectos cruciales de sus vidas y obras.

Por ejemplo, en el caso de Rodríguez, se ha impuesto la imagen de un guerrillero revoltoso y aventurero, a pesar de que se trata de uno de los independentistas chilenos más cultos y con mayor formación académica. Esta omisión lleva a olvidar que Rodríguez era movido por un ideario republicano y demócrata muy sólido y coherente, el cual terminaría chocando irremediablemente con el autoritarismo centralizado y conservador de O'Higgins.

Algo similar ocurre con Freire, mencionado en diversos pasajes de las batallas por la Independencia, pero por lo general en un rol secundario. Esto, a pesar de que –como enfatiza Baradit- en la práctica fue el militar que lideró las campañas más exitosas contra los realistas, siendo incluso el verdadero héroe que en una arremetida demencial logró romper el cerco en la batalla de Rancagua, salvando a las tropas chilenas. Lo mismo también en Maipú, aunque en ambos combates los óleos que quedaron para la posteridad solo ensalzan a O'Higgins y Bueras, respectivamente.

Además, como Director Supremo, tras el exilio de O'Higgins, Freire propició amplias libertades –abolió la esclavitud, por ejemplo- y buscó la participación de todos los sectores sociales en la vida política. Esto le valió a su sexenio (1823-1829) el mote de “la anarquía”, siendo recogido así por la historiografía oficial, dado el fuerte esfuerzo de oligarcas y conservadores por desacreditar su imagen, luego de que partiera desterrado a Australia.

Otra figura que perfila Baradit en este libro es Francisco Bilbao, quien junto a Santiago Arcos fundó la Sociedad de la Igualdad, organización que tuvo el mérito de haber reunido por primera vez a intelectuales de la élite con trabajadores y artesanos, en torno a ideas liberales igualitarias, muy inspiradas por la Revolución Francesa de 1848.

También aparece en “Héroes” un perfil del imprentero tipógrafo Luis Emilio Recabarren, padre del movimiento obrero chileno y el primer miembro de la clase trabajadora en resultar electo -en 1906- para un escaño en el Congreso en Chile y, aparentemente, en América, aunque no pudo ocupar su cargo en este primer periodo. De él, Baradit destaca su compromiso sobrehumano con la justicia social, que materializó en su vida diaria a través de la formación de diversas asociaciones y periódicos.

Hasta aquí, el libro, si bien interesante, no tiene mucho de secreto. A quien sí podría sentarle esa etiqueta es a Águeda Monasterio, una de las figuras femeninas de nuestra Independencia, eclipsada por otras como Paula Jaraquemada y Javiera Carrera, y que abre las páginas de “Héroes”. Convencida de la causa patriota, fue la responsable de montar un eficiente sistema de espionaje para el general San Martín, llevando a cabo también diversas acciones de contrainteligencia, como la difusión de falsos rumores que desconcertaban a las fuerzas realistas.

Libro: “Héroes”
Autor: Jorge Baradit
Editorial: Sudamericana

Páginas: 200