Junto con reconocer es un gran avance el que después de veintitantos años de promesas, en la Cámara de Diputados se haya aprobado la reforma que permite la elección democrática de los Consejeros Regionales (Cores), decir al haber ésta sido implementada desde el establishment, entiéndase partidos políticos y parlamentarios, y con consulta a quienes son “parte interesada”, los propios Core, a quienes por años hemos levantado las banderas del regionalismo nos parece hasta el momento se ha perdido el foco de la reforma, privilegiando los cálculos electorales de -precisamente- el establishment y quienes son “parte interesada”.

Porque al optarse por emplear para las elecciones de Core, un sistema electoral que, a mi parecer, es peor que el binominal, cual es el que se emplea en las elecciones de Concejales, se limita de entrada las posibilidades de participación de todos aquellos independientes que pudiesen haber sido, desde esa condición y desde la perspectiva de sus capacidades técnicas y de gestión, un aporte para nuestra Región.

Un sistema electoral que no da chance a las candidaturas “fuera de pacto”, privilegiando alianzas políticas que podrían verse tentadas a establecer sesgo en la asignación de recursos, poniendo en riesgo las macro estrategias regionales, en beneficio de favorecer proyectos comunales y/o provinciales populistas.

Una reforma en la que se echa de menos se establezcan incompatibilidades, que hoy extrañamente no están consideradas. Establecer por ejemplo, la incompatibilidad evidente que existe entre ser Core y funcionario municipal, dado desde el Consejo Regional se aprueban fondos para los Gobiernos Comunales. Una mucho mayor transparencia respecto de quienes son los propietarios de las organizaciones que ejecutan los proyectos financiados con recursos del Fondo Nacional de Desarrollo Regional, y de su "relación" con los Consejeros, y mayores controles respecto de las rendiciones de cuentas, son además imprescindibles.

Será ahora el Senado el que deba pronunciarse respecto de las nuevas competencias, facultades y responsabilidades que tendrán los Core, y es de esperar en esta ocasión la Cámara Alta antes de legislar, consulte su opinión a los movimientos y organizaciones ciudadanas de carácter regionalistas, y no sólo a al establishment y a quienes son “parte interesada”, dado está claro la mayor parte de los Consejeros Regionales, tienen intenciones de repostular.

Esperar también el Senado, considere modificar el sistema electoral que se utilizará para la elección democrática de los Core, para ésta sea realmente democrática, permitiendo las candidaturas independientes.