Apuntes para entender la crisis de la educación superior chilena

Apuntes para entender la crisis de la educación superior chilena

09 Julio 2011

Quiero contribuir a generar debate fundado, entregando datos que ayuden, al lector no experto, a entender la situación de la Educación Superior en Chile actual. 

Mauricio Verón >
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Lo primero, es indicar que desde muy antiguo coexisten en Chile Universidades Estatales y Universidades Privadas. Las Estatales tradicionales son, la Universidad de Chile (UCH) y - fue - la Universidad Técnica del Estado (UTE), hoy conocida como Universidad de Santiago de Chile (USACH). Junto a ellas funcionaban Universidades Privadas, de gran tradición y arraigo en nuestra cultura, al punto que muchos desconocen su carácter privado. Está la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), Católica de Valparaíso (UCV), Austral de Valdivia (UA), Técnica Federico Santa María (USM) y la Universidad de Concepción (UC). Todas ellas contaban, desde sus orígenes, con financiamiento por parte del Estado y ninguna de ellas tenía fines de lucro. La UCH y UTE, hasta el año 1981 – cuando se promulga la denominada Ley General de Universidades (LGU) – tuvieron presencia nacional. En distintas ciudades del país existían sedes de estas casas de estudio que formaban parte integrante de las mismas, teniendo sus docentes, trabajadores y estudiantes, similar categoría jurídica que sus pares de Santiago.

Lo segundo, es reconocer los impactos que tuvo, en nuestro sistema de educación superior, la mencionada LGU. Uno de sus principales objetivos fue “jibarizar” las UCH y UTE.  Ambas perdieron sus sedes regionales – junto con ello vieron disminuida su matrícula, cantidad de funcionarios y docentes -, además de quedar impedidas por ley de levantar – a futuro – sedes en ciudades distintas a Santiago. A partir de las sedes regionales de ambas Universidades surgen un número de Universidades Estatales regionales de segunda generación. A modo de ejemplo: las Universidades de Tarapacá, Antofagasta, Talca, Bíobío, La Frontera, Magallanes, entre otras. En su evolución, todas ellas pasaron por un estado intermedio. Por un período su condición legal fue de Instituto Profesional. En mi caso personal, en el mismo año fui alumno de la UTE, del Instituto Profesional de Talca y de la Universidad de Talca – sin moverme de mi pupitre -.

Otro impacto de la LGU fue segregar las carreras impartidas en las Universidades entre un grupo que eran exclusivamente universitarias (por ejemplo, Medicina, Leyes) y otras que podían ser impartidas en Universidades y también en Institutos Profesionales (por ejemplo, pedagogía). Esta discriminación originó a su vez distintos impactos. Uno de ellos fue que las escuelas de Pedagogía de la UCH – en Santiago y Valparaíso – separadas de su casa matriz y dieran origen a UMCE (Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación) y la UPLA (Universidad de Playa Ancha), ambas especializadas en la formación de profesores. También de la UCH fue separado otro grupo de carreras, las que se reunieron en un plantel distinto que permitió el nacimiento de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM). Sin duda que profundizar respecto del impacto futuro que tuvo el segregar las carreras exclusivamente universitarias del resto, en particular el caso de la formación de profesores/as, resulta un tema de tremenda actualidad, más lo dejaré para otra columna.

A lo descrito, la LGU agregó otra dimensión: el financiamiento universitario. Previo a su puesta en vigencia, las Universidades disponían de un presupuesto fijado por el Gobierno, tras su puesta en vigencia surgen las fórmulas del Aporte Fiscal Directo y el Indirecto. Este último se asocia a la capacidad que tienen las Universidades de captar aquellos/as alumnos/as que obtienen los mejores puntajes en la PSU (antes en la PAA). Esta situación también tiene implicancias perversas para las Universidades, a las que me referiré más adelante. 

Para los estudiantes existía el denominado Arancel Diferenciado junto  una muy potente red asistencial y de becas. Todo ello ya estaba distante de la Universidad gratuita con la que fueron beneficiados los autores de la idea que la Educación Superior debía ser pagada y que impulsaron los cambios legales que estamos mencionando, pero era un sistema aún bastante justo. A contar de esta fecha, el financiamiento de la Educación Superior se traspasa del Estado a las Familias, Ellas pueden pagar al contado o deben hacerlo sus hijos/as - futuros profesionales - quienes suscriben una fórmula de financiamiento que se denomina el CREDITO FISCAL, que también entró en crisis y dio paso a las otras formulas vigentes en la actualidad (Fondo Solidario, Crédito con Aval del Estado).

Se forma una Agrupación de Deudores de Crédito Fiscal (ADECREFI), primera organización de titulados y egresados de la Universidad que experimentan los apremios de tener que cancelar su educación. Forme parte del ADECREFI junto a Jaime Ulloa, Mauricio Salinas (abogados ambos) y el "Gato" José Ale (periodista) y muchos otros/as compañeros/as de distintas partes de Chile. Este tema merece la pena ser profundizado, ya que tendrá profundas  repercusiones en las movilizaciones actuales. Sólo dos datos: a) como agrupación se le planteó a Patricio Aylwin la idea de un retorno a la educación superior en similares condiciones de financiamiento a las que tenia antes de la LGU (lo que fue desestimado de plano por el entonces candidato) y, b) en la época, mientras los estudiantes universitarios pedían al Estado más crédito, nosotros planteábamos el cambio al sistema de financiamiento.

Finalmente, un último gran impacto a citar es el nacimiento de las Universidades Privadas no Tradicionales. Estas fueron permitidas por la LGU y desde en su origen se incubaron dos genes aportados por los Chicago Boys: uno, la idea de formar los/las futuros/as lideres del país en Universidades que tuvieran un claro sesgo ideológico afín con sus convicciones. De estas Universidades, formados a su imagen y semejanza egresarían Abogados, Ingenieros, Economistas y otros profesionales que ocuparían roles dirigentes en la sociedad; el segundo, la posibilidad de acceder a un negocio que, en el tiempo, resultaría extremadamente lucrativo.

La periodista María Olivia Monckeberg  publica el año 2007 un documentado libro, "El Negocio de las Universidades en Chile", que da cuenta de la participación de grupos económicos y conspicuos dirigentes de la UDI preferentemente, en este negocio. Lavín, Hernán Larrain, Buchi, Longueira, tienen o han tenido participación en el desarrollo de este negocio que reditúa no sólo desde un punto de vista económico, sino de importante influencia social y política.

Comentarios

Imagen de Nelson

Bien Mauricio, lo que has

Bien Mauricio, lo que has planteado aqui es de total y absoluta precisión, lamentablemente existe un gran grueso de la población que no tiene ni la más remota idea de como fueron los hechos, que han degradado aún más la educación chilena y particularmente la educación superior.