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Sr. Hernán Lagos:

Efectivamente, el rol de fiscalizador por parte de los concejales es el que mayor predomina, sin embargo, no es tan efectivo que dichas autoridades no tengan instancias de decisión que la ley les confiere. Por ejemplo, puedo señalarle, que dentro de sus atribuciones al concejo le corresponde otorgar o negar su acuerdo al alcalde en determinadas materias: plan de desarrollo comunal, presupuesto municipal, programas de inversión y plan regulador comunal.

En tal sentido, por citar sólo uno, el plan de desarrollo comunal implica el diseño de un programa que permita concretar y complementar entre sí las funciones municipales utilizando criterios técnicos y económicos, de manera de avanzar en el progreso económico, social y cultural de la comuna. Esto importa la creación de políticas y estrategias que tiendan a la solución de los problemas de la comunidad. Por ley ésta es una función privativa de la municipalidad y que recae sobre el alcalde y el concejo.

Por otra parte, debemos hablar de administración y no de gobierno local, pues los alcaldes son autoridades administrativas, la comuna es una unidad territorial de administración, no de gobierno.

Sr. Lagos, comparto absolutamente con usted que quienes se la "jugaron" a fines de los ochenta no se merecen estas debilidades de nuestro sistema democrático, sin embargo, es importante precisar que esta falta de profundización es consecuencia en gran medida a las dos décadas perdidas durante la dictadura, época que otros países como España aprovecharon para pasar de la desconcentración, a la descentralización y finalmente a la autonomía local. Por lo demás, nuestra realidad es igual a la de nuestros hermanos latinoamericanos que también sufrieron la instalación de gobiernos de facto.