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Tienes toda la razón, por hacer un "negocio", no vamos a destruir los patrimonios de la ciudad, con la excusa de crear empleos, destruyen lugares históricos de Rancagua.

Los encargados de la Iglesia de la Merced, no se si conozcan lo que es hacer historia, pero lo importante es lo que nosotros podemos hacer.

Confío en que al final ganará la cordura y no el mercantilismo vicioso de nuestros días.

Si hace falta, deberíamos juntar firmas entre los círculos culturales y de vecinos de nuestra ciudad, para frenar estos destrozos.

Esa sería una buena salida, a menos de que los negocios ya se hubieran realizado y el terreno sea propiedad de Falabella, ahí quedaría solo interponer un recurso de protección, en favor del monumento histórico.