Rice versus Maduro

Rice versus Maduro

08 Junio 2007
¿Defensa a la democracia o abierta intervención?
Alla Abramov >
authenticated user Corresponsal
El ultimo encontrón entre la secretaria de Estado estadounidense, Condolezza Rice, y el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Nicolás Maduro, en torno al cierre de la estación televisiva más grande de Venezuela, Radio Caracas Televisión (RCTV), es evidencia de la tremenda necesidad de “expandir” la democracia en un esfuerzo por controlar lo que ocurre en el mundo.
La decisión del líder venezolano, Hugo Chávez, de no renovar la concesión para transmitir a RCTV causó que Rice que viera atrapada en una prédica furiosa de principios democráticos durante la conferencia de la Organización de Estados Americanos (OEA) que tenía por fin enfocar el desarrollo de nuevas fuentes energéticas. Rice se salió del tema de conversación con un apasionado discurso acerca de la libertad de expresión, asociación y conciencia y abandonó la habitación antes de que Maduro tuviera la oportunidad de responder.
Los Estados Unidos es un país que hace lo que quiere y demanda respeto de la comunidad internacional, pero ¿cómo EE.UU. puede conseguir esto si se rehúsa a respetar la soberanía de otras sociedades democráticas? Rice denominó el cierre de RCTV el “más crítico” movimiento contra a democracia de Chávez, pidiendo al secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, que se investigue más allá acerca del cierre de la estación y consulte con el gobierno y la oposición acerca de esta desición. (The Boston Globe, miércoles 5 de junio de 2007).
Chávez ha sido una figura política controversial en América Latina y, en especial, ante la mirada del gobierno estadounidense por su “izquierdismo creciente y su política anti Estados Unidos con fuertes lazos con el [enemigo] de EE.UU., Fidel Castro.” Chávez es, nada menos, que el presidente democráticamente electo de una nación soberana que tiene el derecho de pelear sus propias batallas.
Mientras a EE.UU. le encanta vanagloriarse de su democracia y salta a cada oportunidad para criticar a otros gobiernos por inconsistencias en materias de libertad de expresión, prensa y asociación, al mismo tiempo -como Maduro destacó- tiene un expediente dañado cuando se trata de derechos humanos. Maduro acusó a Estados Unidos de repetidas violaciones contra los derechos humanos en lugares como Guantánamo donde, dijo, supuestos terroristas son rehenes y en la frontera mexicana donde los inmigrantes son “perseguidos y cazados como animales”. Así, el gobierno de Bush declara que ambos casos son apropiados y democráticos, igual que Maduro al declarar que el cierre de RCTV es legal y justa según los estándares democráticos.
Aquí es donde la hipocresía estadounidense hace su aparición. También es tema, el protagonismo de Chávez ante el gobierno de Washington. EE.UU. es famoso por atentar (y muchas veces con éxito) y derrocar regímenes y gobiernos cuyas políticas sean una amenaza contra la ideología y los intereses de Estados Unidos.
En consecuencia, uno tiene que preguntarse: ¿Estará EE.UU. mostrando tanto interés en el cierre de RCTV si esto no sucediera en un país liderado por Hugo Chávez?
Además, es importante comprender que la idea de respetar la soberanía de una nación es el principal factor en el encontrón entre Rice y Maduro. Así, incluso si EE.UU. no está de acuerdo con ciertas decisiones de un país independiente, tiene que permitir que los países traten sus propios asuntos. En América Latina hay un tremendo apoyo a la democracia, suficiente para sostener que no se necesita la intervención de EE.UU.. Por ejemplo, ha habido protestas en universidades en Caracas y una marcha de 10 mil estudiantes cantando “¡Libertad!”, usando medios legales para demandar a su gobierno respeto por la libertad de expresión (The New Cork Dispatch, Martes 5 de junio de 2007).
En Brasil, Honduras, Guatemala, Chile y Panamá, la gente ha expresado públicamente su descontento con el cierre de RCTV y ha tomado acciones para enviar el mensaje señalando que sin libertad de expresión no hay libertad. Estos ejemplos muestran un frente democrático unido en América Latina que está listo para luchar por sus propios derechos. Esto debiera decirle a EE.UU. que, en este caso, no hay necesidad de intervenir en la política venezolana, especialmente en un foro dedicado a discutir materias energéticas y ambientales.
Cuando los derechos humanos están siendo sacrificados, es apropiado condenar dichas acciones, tengan éstas lugar en Estados Unidos o en cualquier otro país, soberano e independiente, o no. Pero el cierre de una estación televisiva en Venezuela no debiera suscitar una reacción como ésta de parte de la secretaria de estado, especialmente, cuando hay abusos contra los elementos más fundamentales de la democracia y los derechos humanos que tienen lugar en todo el mundo y que merecen mucha más atención, conciencia y acción.

Léalo en inglés.