Campaña Cuaresma de Fraternidad: ¿Cuándo nos tocará a nosotros?

Campaña Cuaresma de Fraternidad: ¿Cuándo nos tocará a nosotros?

25 Febrero 2007
Conozcamos más de esta campaña, que beneficiará a niños menores de 6 años en riesgo social.
Maria J. Muñoz F. >
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La Campaña Cuaresma de Fraternidad es una acción de cada Iglesia diocesana en todo el país, acordada por todos los obispos de Chile en su Asamblea Plenaria, en 1981, destinada a recaudar fondos destinados a la acción social de la Iglesia en Chile.
Enraizada en la espiritualidad del tiempo de Cuaresma, incentiva a que cada cristiano viva su preparación a la muerte y resurrección del Señor llevando una vida más sencilla, con privaciones que permitan ahorrar para así compartir generosamente con quienes tienen más necesidades.
¿Cómo funciona?

Su coordinación nacional está en la Conferencia Episcopal de Chile. Desde allí se apoya a los equipos diocesanos, se administra su Fondo Nacional y se produce sus materiales de motivación, recaudación y publicidad, con la colaboración gratuita de la agencia de publicidad “180 grados”. Los equipos diocesanos son los responsables directos de la gestión, realización y funcionamiento de la Campaña en cada diócesis.
Los materiales (piezas) utilizados hasta ahora están orientados a tres objetivos:
- Oración: altar familiar (indica los Evangelios de los domingos de Cuaresma, oración de la solidaridad y acciones a realizar para orar más, hacer penitencia y aumentar la caridad) y Vía Crucis.
- Motivación: 3 tipos de afiches (mural, ventana y horizontal informativo); spot para televisión, avisos radiales y de prensa. También se distribuye a todos los sacerdotes del país “esquemas de homilías dominicales” que motivan a la Campaña. Además, el Mensaje de Cuaresma del Santo Padre es difundido por esta Campaña en un folleto especial.
- Recaudación: alcancías grandes y chicas, y sobres. También se dispone de la cuenta corriente 187.593 del Banco Estado para recibir aportes directos.
¿Qué se hace con el dinero recaudado?

Los fondos recaudados en cada diócesis son de la diócesis. Sin embargo, los obispos acordaron, y así reglamentaron su realización, que:

El 30% de su recaudación es compartida en un Fondo Nacional solidario, expresión de comunión eclesial nacional y signo fraterno de equidad. Este Fondo Nacional puede financiar con montos más significativos (hasta $ 5 millones) proyectos postulados desde las diócesis y permitir de este modo que donde hay menos recursos, tengan aquí una oportunidad de recibir un aporte mayor.

Los Obispos acordaron además destinar entre un 5 y un 10% del Fondo Nacional para que el Comité Permanente del Episcopado lo envíe a un país que sufra una emergencia, de preferencia latinoamericano. Del Fondo 2005, por ejemplo, se envió a Caritas de Guatemala para ayudar a los damnificados por la tormenta tropical Stan.

El 10% de la recaudación diocesana se entrea para financiar los materiales y gastos de la Campaña, que son comunes para todo el país.

Con la recaudación obtenida en la Cuaresma 2006 se están desarrollando programas orientados al desarrollo integral de unos 32.000 niños y niñas, menores de 6 años que viven en condiciones de pobreza y riesgo social, en todo el país:

-Ampliación, reparación y equipamiento de salas cunas y jardines infantiles

-Talleres para madres y padres sobre estimulación temprana para sus hijos

-Talleres formativos para niños despertando sus habilidades

-Programas recreativo/formativos orientados a desarrollarles a través de la interacción grupal

-Atención a madres adolescentes con programas formativos de estimulación temprana orientados al desarrollo integral de sus hijos

-Apoyo a grupos de madres que trabajan en sus iniciativas para el cuidado y la atención de sus hijos mientras ellas están ausentes

-Prevención del maltrato a los niños a través de difusión de materiales y realización de talleres formativos para adultos.

Destinatarios 2006- 2008:

Desde el año 2006 la Cuaresma de Fraternidad está dirigida a apoyar programas para niños y niñas, menores de 6 años de todo el país, en situación de vulnerabilidad y/o riesgo social. Hasta esa edad, los niños y niñas están en un proceso de desarrollo muy determinante para su futuro; cambian y progresan a gran velocidad acogiendo estímulos principalmente desde sus familias y entornos más cercanos. La calidad de esos estímulos juega un rol determinante para su desarrollo. Niños amenazados, reprochados, violentados, coartados, agredidos, tendrán menos posibilidades de desarrollar habilidades respecto de aquellos que no sufren esas situaciones.
Según Mideplan hay 37.814 (9,3%) menores de 2 años y 84.926 (8,8%) de niños y niñas entre 2 y 5 años en situación de indigencia, lo que da un total de 122.740 menores de 6 años que viven en condiciones inapropiadas para su desarrollo, en familias que tienen menos de lo que necesitan para vivir. Otros casi 400 mil niños y niñas menores de 6 años viven en situación de pobreza. Un 20% de estos niños tampoco tienen condiciones apropiadas para su desarrollo debido a la estrechez económica, baja escolaridad, inestabilidad laboral y otros rasgos de la situación de vida de sus padres.
Por tanto, hay unos 200.000 niños y niñas menores de 6 años que viven en condiciones de vulnerabilidad y riesgo social, con privaciones que afectan, a veces severamente, su desarrollo. Unos son encerrados en sus piezas inhóspitas, a veces amarrados, mientras sus madres trabajan; otros son dejados al cuidado de hermanos mayores o ancianos débiles para atenderlos e incompetentes para estimularlos. A ellos no sólo les afecta la situación en que vive su familia inmediata, sino también el entorno muchas veces marcado por el alcoholismo, la droga, el abandono, la violencia y otras experiencias que pronto les incitarán y afectarán.
La Iglesia, administrando los recursos económicos recaudados en la Campaña Cuaresma de Fraternidad, fomentará actividades que ofrezcan mejores y positivas oportunidades a niños y niñas que vivan en esas condiciones, con estímulos que fortalezcan el cimiento en sus vidas y les abran nuevas posibilidades para su futuro. Estas actividades deberán ser organizadas y planificadas, a fin de asegurar su estabilidad y duración. Serán realizadas por adultos que se asocien y organicen, participando como protagonistas, para ofrecer estas oportunidades y estimulaciones a esos niños. Una organización de la Pastoral Social de la Iglesia, en cada diócesis, supervisará la correcta utilización de los fondos y ejecución del programa.


Fuente: Iglesia.cl
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Comentarios

Imagen de evelyn salas carrascxo

creo q su iniciativa de

creo q su iniciativa de proteger a los niños educando a los padres es de gran ayudab, ya q los primeros aprendizajes vienen de estos