Clásico Rioplatense a las piñas en la playa

Clásico Rioplatense a las piñas en la playa

10 Noviembre 2006
Argentina y Uruguay se enfrentaron por los cuartos de final del Mundial de Fútbol Playa. La "celeste" se quedó con el triunfo de una forma polémica y eso desató el bochorno.
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Por los cuartos de final del Mundial de Fútbol Playa, Uruguay venció por 2-1 a la Argentina, en un partido que terminó en una pelea campal.
Tras imponerse en el clásico sudamericano, Uruguay se medirá a Francia, el próximo sábado, en una de las semifinales de la segunda edición del Mundial de la categoría organizado por la FIFA. Brasil y Portugal se enfrentarán en la otra semifinal.
Los uruguayos vencieron con dos goles anotados en los dos minutos finales y tras una serie de provocaciones y faltas que terminaron en una verdadera pelea campal.
Perseguidos por los argentinos, los uruguayos se refugiaron al final del partido en la enfermería de las instalaciones que fueron construidas en la playa de Copacabana para servir como escenario del Mundial.
Tras dos primeros tiempos parejos, en los que ninguna de las dos selecciones consiguió abrir el marcador, la Argentina finalmente mostró un mejor nivel en el tercer período y anotó su gol por intermedio de Santiago Hilaire, cuando faltaban seis minutos para el final del partido.
Cuatro minutos después, sin embargo, el uruguayo Miguel, en una aparente violación a las reglas del juego limpio, estrelló en el poste argentino una pelota que tendría que haber devuelto al arquero Salgueiro.
Como el arquero salió del área para buscar la pelota que supuestamente le pertenecería, el árbitro sancionó una falta, que el uruguayo Ricar aprovechó para empatar el resultado.
Desde ese momento una serie de empujones, provocaciones, faltas y peleas en los bancos interrumpieron el partido. El árbitro incluso tuvo que expulsar al técnico argentino, Héctor Pedraza.
Las cosas se agravaron aún más cuando Uruguay, incentivado por los gritos de los hinchas brasileños y a pocos segundos del final del partido, convirtió su segundo gol.
Irritados, los argentinos comenzaron a perseguir a los uruguayos por toda la cancha y dieron inicio a una pelea campal que obligó al árbitro a ponerle fin al partido. La pelea se extendió a las tribunas y a las salas administrativas, adonde los uruguayos corrieron para protegerse de los ataques y hasta del lanzamiento de sillas.
Miguel, cuya supuesta actitud antideportiva provocó todos los problemas, llegó a ser acorralado y golpeado antes de refugiarse en la enfermería.
"Fue una reacción natural (de los argentinos) a una jugada que no tenía por qué haber ocurrido", reconoció el uruguayo Parrillo. "Lamentamos que haya sido así, pero en fútbol las cosas a veces ocurren así", agregó Ricar.
Por adnmundo

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