Hoy comienza el Mes de María

- Don Alejandro, ¿por qué celebramos un mes dedicado a María?
Es una tradición muy antigua en la vida de la Iglesia la celebración de este mes. En Europa normalmente es en mayo y aquí en nuestra América es en este tiempo de primavera en preparación a la fiesta de la Inmaculada Concepción. Es la devoción del pueblo católico a la Madre de Dios, la que tiene la misión fundamental en la historia de la Salvación, puesto que con su “sí” generoso, Dios nos regalo a su Hijo Jesucristo, el único Salvador de la humanidad. Por eso, en la espiritualidad católica el amor y la veneración a la Virgen forman parte de una de las fuentes esenciales de la espiritualidad cristiana.
- ¿Qué significa el lema de este año “María, Madre de Amor”?
Toda madre vive esta vocación de amor. Alguien dijo que Dios quiso, al venir a esta historia humana, tener el corazón de una madre, pues el amor de la madre es de los más hermosos que existen en la humanidad. Por lo tanto, María que es la Madre del Hijo de Dios, nos muestra justamente esa dimensión de amor. María siempre está presente, desde su embarazo, en la niñez, juventud y adultez de Jesús, acompañándolo con un amor inmenso. Por eso, queremos destacar durante este mes, esta característica esencial de toda mamá y especialmente de la Madre de Jesús, la Virgen María.
- Monseñor, ¿qué es lo más relevante en la figura de la Virgen María?
Cuando uno contempla a la Virgen María, se da cuenta que es la criatura humana que más entendió lo que significa entregar su vida al amor de Dios. Esto queda de manifiesta en su hermoso cántico conocido como El Magnificat, “el Señor hizo en mi maravillas, santo es mi Dios”.
Ella se confió plenamente a Dios, le entregó la iniciativa de su vida, y cuando asumió esta misión única de traer al redentor de la humanidad, simplemente aceptó, se fió en la Palabra de Dios y el Señor realizó en ella maravillas, como lo canta ella misma. Por lo tanto, para todo cristiano católico, la figura de María es un modelo de fe, de esperanza y de amor. Ojalá que cada uno de nosotros pudiera vivir cada día, un poco más de ese mensaje de Jesús, su hijo divino.
- Por último, ¿cómo vivir este mes en las comunidades parroquiales, colegios y movimientos apostólicos?
Ojalá reuniéndonos durante todo el mes en un horario en que cada comunidad, cada unidad eclesial debe ponerse de acuerdo. Es hermoso reunirse en torno a la Madre del Hijo de Dios, para orar con ella y pedir por nuestra fidelidad en este mundo fascinante, pero complejo que nos toca vivir.
Contamos con un mes entero, para renovar, a través de la Virgen nuestro amor a su Hijo divino y nuestro deseo sincero de vivir como Él nos enseñó; de amar como El amó y gastar nuestra vida al servicio de los demás.