Consume hasta morir

Consume hasta morir

13 Julio 2006
Si la ciudad real es peligrosa e insegura, el paraíso virtual del shopping instala fuera del conflictivo mundo real un espacio ordenado y uniforme con sus propias reglas.
Andrea Cantillano >
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Estaba leyendo un excelente post de Andrés en D+ en torno a los espacios de consumo en la ciudad, y al referente que nos ofrece la televisión y los medios: “las grandes Transnacionales crean a través de Mega Campañas una IMAGEN de una vida que se torna modelo y deseo de muchos..Para acceder a ella nada mejor que consumir y ostentar la propiedad para construir una identidad”, gran inspiración tras haber visitado Consumehastamorir.

En el post se profundiza en el consumo, hábito que se ha arraigado en las personas del mundo, transformando desde las ciudades hasta lo más profundo de sus habitantes, ahí el Centro Comercial aparece como la Catedral del consumo, ya lo decía en un post que subí en D+ : “Si la ciudad está formada por las huellas de sus habitantes en las calles, plazas, mercados, puentes, monumentos, teatros, muros, y parques, el centro comercial se independiza de las tradiciones humanas, inventando un presente ahistórico, acultural y amnésico una caja de maravillas en donde se compra confort y se goza de un espectáculo brillante, con una escenografía de lujo.”

El antropólogo francés Marc Augé ha denominado no lugares a todos aquellos espacios de circulación -aeropuertos, estaciones de metro, autopistas- y de consumo, como los shopping y centros comerciales. Son los sitios de tránsito, una nueva geografía configurada por los pasajes, símbolos de lo efímero y que, al mismo tiempo, representan el desapego por todo referente territorial. Paisajes abstractos empeñados en transformar en virtual una realidad cada vez más mediática y ficcional.

Un paraíso luminoso, un espacio donde reina la previsión, lo excesivamente impecable y el fastuoso orden; un mundo regido, en fin, por la falsificación, la alienación y el control. En “The Truman Show”, el ya clásico film de Peter Weir, se construye una alegoría de los no lugares: Seaheaven Island, el gigantesco set de filmación devenido en ciudad, donde transcurren los días del protagonista Truman Burbank -personaje interpretado por Jim Carrey- constituye un simulacro mediático; allí, la vida gira en torno al consumo, los instintos son neutralizados, el orden es exasperante y los seres humanos lucen felices y sin maldad. Es un mundo controlado y dirigido, en este caso, a partir de la apropiación absoluta de una intimidad. Truman es obediente, realiza su vida sin advertir lo que hay más allá de los espejos y representa la exacerbación del deseo reprimido que, en cierta medida, nos involucra en tanto sujetos inmersos en una sociedad consumista” (García Dupont 2000).

“Aceptamos la realidad del mundo que nos presentan”, había sentenciado Christof en el film, el director de TV encargado de secuenciar la vida completa de Truman, desde su nacimiento y durante todos los días de su vida, sin éste saberlo. “Las mismas mentiras, el mismo engaño, pero en un mundo donde no tienes nada que temer”. Si la ciudad real es peligrosa e insegura, el paraíso virtual del shopping instala fuera del conflictivo mundo real un espacio ordenado y uniforme con sus propias reglas, un paraíso en el que el consumidor se desliza, fascinado, por la suave mansedumbre de la irrealidad.

Gabriel Cocimano

Fuentes:

CASULLO, Nicolás: Arqueología del shopping, en Revista “Noticias”, Editorial Perfil - Buenos Aires, 09/10/1994.

COCIMANO, Gabriel: El fin del secreto. Ensayos sobre la privacidad contemporánea, Buenos Aires, Dunken, 2003.

GARCIA DUPONT, Eduardo: The Truman Show: del destino a la libertad, en www.lacan-freud.org 2000

MUXI, Zaida: ¿Cómo debe ser la ciudad ideal?, en Revista “Viva”, Ediciones “Clarín” - Buenos Aires, 14/08/2005. Entrevista de Ana Laura Pérez.

SARLO, Beatriz: Escenas de la vida posmoderna. Intelectuales, arte y videocultura en la Argentina, Buenos Aires, Ariel, 1994.

Comentarios

Imagen de Pedro

vgvlindosConsuma; consuma.

vgvlindosConsuma; consuma. ....... que terminarà consumido en salud y economìa. Interesante artìculo que nos lleva a reflexionar hacia donde nos transporta esta sociedad plagada de "gente linda y sonriente", esculturales mujeres, ejecutivos triunfantes, dueñas de casa relajadas, niños compuestos e impecables,etc. Un centro comercial es un mundo "fascinante" ante el cual ningùn ser humano se resiste. Es lo contrario al mercado de la plaza, al almacèn de barrio ( en vìas de extinciòn), al kiosco o al suplementero, al zapatero, etc. En un super no se discuten precios ni existe comunicaciòn con quienes trabajan allì. Es indispensable ser àgil en este vertiginoso mundo moderno de los negocios. El diàlogo es con la tarjeta de crèdito y nuestras deudas.

Imagen de Gianina Bueno

Puedo decir que me parece

Puedo decir que me parece formidable leer un articulo basado en la vida que hemos asimilado hoy en dia, esta vida que nos mantiene dormidos, estaticos, viviendo sobre una pantalla plana donde depositamos todas nuestras espectativas de vida. Es dificil creer a veces que estamos fuera de esta sociedad cuando nos encontramos aprovechando las liquidaciones o consumiendo aquello que inconcientemente absorvimos de algun spot publicitario donde la modelo parecia tenerlo todo.
Hoy en dia vivo en una "sociedad de espectaculo" como bien expone Debor, somos un reflejo mas de las vitrinas de falabella, una especie de clon de la globalizacion y una consecuencia del consumismo. A veces me pregunto donde ah quedado el origen de todo porque creo que hemos perdido el sentido de lo "unico" y nos hemos hecho parte de aquello que viene con codigos de serie.
Mirar la ciudad y tan solo quedar pasmada, a veces te preguntas si hay mas autos que personas, ¿¡quien lo sabra!?
Es comico incluso darte cuenta que hasta la estructura de los mall tiene un fin comercial, el hecho de bajar del segundo píso y dar toda la vuelta para tomar la proxima escalera que te haga bajar al proximo nivel, tan solo ese recorrido expone un "60%" de descuento con una grafica colorida que cautiva al consumidor empedernido y hace que consideremos la oferta. Quizas es ahi donde hemos perdido la gerarquia de las necesidades, es ahi donde hemos quedado atrapados y hemos perdido el sentido sobre lo que realmente necesitamos. Consumir por el solo hecho de hacerlo nos puede hacer sentir depronto grandes ante el resto, quizas una seguridad que se desintegra cuando algo nuevo sale al mercado.
Es dificil solo detenerse a mirar a la multitud y ver todo este este espectaculo, es dificil tambien estar en ella y no sentir que te contagias mas de esa enefermedad por consumir, pero quizas solo hecho de detenernos 5 minutos ante la masa pueda hacernos despertar de este somnifero.