Con el revoloteo y organización de Santiago, los alumnos rancagüinos toman alas para una guerra, o mas bien para un enfrentamiento pacífico contra el gobierno y en especial contra el ministro y ministerio de educación. Así es como los dirigentes del instituto, organizadores de toda esta revuelta, empiezan con la idea de toma. Martes 30 de Mayo, paro nacional estudiantil, con una NO entrada a clases y una marcha hasta la plaza de los héroes de Rancagua comienza la mañana de lo que será la futura toma oficial de ISL.
Con 2 patrullas de carabineros, investigaciones, 4 guardias del establecimiento eran los que resguardaban la “SEGURIDAD” de esa tarde o mas bien de la noche de reuniones de apoderado, con una entrada restringida, exclusiva para apoderados, la instancia de organización fue perfecta. Con una fría, completa e importante organización, nosotros, los alumnos, a dos cuadras del establecimiento, presentamos las reglas, modos de actuar y ordenes básicas a seguir, iniciamos la marcha hacia nuestro destino, con gritos de aliento, con un apoyo mutuo y un cierto nerviosismo por la cantidad de autoridades de la orden pública (los cuales tenían ordenes de sacarnos a palos, si era necesario). Nos sentamos al frente del colegio (cruzando Kennedy) donde esperamos tranquilos el término de la reunión, con velas y pidiendo bocinazos de todo vehículo que pasara, permanecíamos serenos ante todo. Con una afrenta directa y verbal de parte de apoderados y alumnos contra la rectora de Instituto San Lorenzo. Al término de la reunión, empiezan a intranquilizarse los ánimos, por una orden al aire los alumnos se pasan las rejas saltando dentro del establecimiento en pos de la toma presionando así a la rectora a autorizar la toma oficial del Instituto, quedando bajo custodia de los dirigentes y de nosotros como estudiantes participantes de la toma.
Con levantadas a la 6:30, 7:00 de la mañana, entrada restringida para alumnos, apoderados y profesores, charlas de profesores sobre los temas tratados en la asamblea de estudiantes, para internalizar mejor los conocimientos y temas a tratar, para luchar y defender nuestro derechos de estudiantes, fueron características de nuestra ansiada conquista al colegio. 31 de Mayo, día oficial del inicio de la toma, una de las tantas en todo Chile que colaboró con el fin único, el de una educación justa, de calidad, independiente de la calidad o rango socio-económico del recinto educacional, con el fin de obtener comodidades o cosas básicas necesarias para una buena educación, temas como aseo de baños e higiene de camarines, tema de goteras o infraestructura, etc.
Nosotros, como colegio particular subvencionado teníamos claro que ganancias puras no íbamos a tener, ya que las medidas o peticiones privilegiarían a colegios municipalizados, pero de igual manera la unión y el apoyo que brindamos fue ese, el poder hacer un revuelo y el que sean tomadas en cuenta las peticiones de estudiantes, independiente la corbata o la insignia somos estudiantes y juntos demostramos que podemos organizarnos manifestando cultura cívica. No hace mucho tiempo se decía que los alumnos o jóvenes no teníamos mayor interés en la política, pero demostramos lo contrario, sí nos interesa cambiar lo malo y mejorarlo, sí nos interesa expresar nuestra opinión y sí... haremos todo lo posible para llegar a nuestro fin CÍVICAMENTE, claro está.
Con pena dejé la toma, con un sentimiento de nostalgia (no sé si es la mejor palabra) volví a clases, con sueño y dolor de espalda, escuché las clases de física, matemática e historia, pero con un sentimiento de alegría y realización personal llevo dentro mío algo que marcó mi alma y de seguro los futuros libros de historia.