Puro Teatro

14 Junio 2006
El Concurso de Dramaturgia Nacional organizado por el Área de Teatro del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, amplió su fecha de entrega.
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Hasta el viernes 16 de junio, a las 17.00 horas se amplió el plazo de postulaciones para el XII Concurso de Dramaturgia Nacional versión 2006, al que pueden acceder dramaturgos chilenos y extranjeros residentes en Chile y chilenos residentes en el extranjero.
Los textos pueden entregarse en la sede regional del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, ubicado en Germán Riesco 350, segundo piso, Rancagua.
Un jurado especializado seleccionará nueve obras dramáticas que serán presentadas en la XII Muestra de Dramaturgia Nacional a realizarse en noviembre de 2006. La obras deben ser escritas en español, inéditas, con tema libre, de duración no mayor a una hora y veinte minutos y no menor a una hora.
Foto: NunoCardoso

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Imagen de UNION NACIONAL DE EXPRISIONEROS POLITICOS DE CHILE

Punta arenas 03 de Marzo del

Punta arenas 03 de Marzo del 2009

SEÑOR

EDITOR DIARIO CIUDADANO EL RANCAHUASO

DE LA REGION DE O HIGGINS

PRESENTE

De nuestra mayor consideracion.

Hacemos llegar a su prestigioso,medio de comunicacion,recomendaciones de AMNESTI INTERNACIONAL ,a objeto lo Pu

blique y la Comunidad se entere de como este Gobierno de Turno aun no a dado los pasos nesesarios,para adecuarse a los tra

tados que firmo como Estado de Chile Internacionalemente y este es el texto completo de lo que entrego en Palacio la Moneda

la Secretaria General Doña IRENE KHAN,sin que hasta la fecha el Gobierno de turno se pronuncie .

CHILE:Víctimas de terrorismo de Estado, sin Reparaciones justas

En un memornadum, AI criticó durammente al gbno. de Chile-1/2

Dura crítica de AI al gobierno chileno. 2/2

RECOMENDACIONES DE AMNISTIA INTERNACIONAL AL GOBIERNO DE CHILE

(Extracto)

El siguiente texto es el memorándum completo que la Secretaria General de AI, Sra. Irene Khan entregó en mano a SE la Presidenta de la República, Michelle Bachelet en una audiencia donde fue recibida ayer junto con la delegación que la acompaña. La presidenta Bachelet estaba acompañada por el Ministro Secretario General de Gobierno, José Antonio Viera-Gallo; su asesora María Luisa Sepúlveda y el Director de Derechos Humanos de la Cancillería, embajador Juan Aníbal Barría.

(Cita)

Excelencia,

Chile ocupa una posición cada vez más destacada en la esfera internacional. Los sucesivos gobiernos del país, incluido el que usted preside, han impulsado numerosas cuestiones de derechos humanos en los foros intergubernamentales.

El aspecto que presenta Chile en 2008 difiere radicalmente del que tenía hace 30 años, en la primera visita de un secretario general de Amnistía Internacional al país. Los 17 años de dictadura interrumpieron el proceso de construcción nacional que llevaba en marcha desde la constitución de Chile como república, en 1810, y empañaron la imagen del país ante la comunidad internacional. El régimen de Augusto Pinochet dejó estructuras profundamente arraigadas y heridas que no sólo han afectado y siguen afectando a las víctimas directas de tortura, desapariciones, ejecuciones extrajudiciales, detenciones ilegales y otras violaciones atroces de los derechos civiles y políticos, sino que también se han dejado sentir hasta hoy en el tejido social chileno.

Amnistía Internacional reconoce que romper con un pasado de violaciones graves y sistemáticas de derechos humanos supone un reto enorme para cualquier gobierno. Desde 1990, y especialmente desde la detención de Augusto Pinochet hace 10 años, se ha avanzado mucho, pero es legítimo pedir un mayor progreso, lo que debería ser una prioridad para su gobierno.

La última vez que Amnistía Internacional presentó sus motivos de preocupación a un presidente de Chile fue en el año 2000. En aquel momento, su antecesor, Ricardo Lagos, y el gobierno que éste presidía se comprometieron a abordar las cuestiones planteadas por el entonces secretario general de la organización, Pierre Sané. Ocho años más tarde, al preparar esta visita, Amnistía Internacional ha analizado hasta qué punto Chile ha cumplido sus promesas.

Ha habido algunos avances, pero también se ha acumulado un extenso legado de ?asuntos por resolver? de la era del gobierno militar, arraigados en la influencia de las leyes y la cultura institucional que persiste en algunos sectores de los órganos del Estado, y que pone serias trabas al cumplimiento de las normas internacionales de derechos humanos al que Chile aspira. Además, las acciones y omisiones del gobierno han dado pie a nuevas formas de violación y negación de derechos que no sólo afectan a las víctimas de la dictadura, sino que generan nuevas víctimas en otros sectores de la sociedad chilena.

Amnistía Internacional observa otras muchas contribuciones significativas de Chile al desarrollo de un marco internacional de derechos humanos sólido y de las instituciones que vigilan su cumplimiento: el país ha promovido la elaboración de principios jurídicos internacionales relativos a los remedios y a las reparaciones para las víctimas de violaciones graves de derechos humanos reconocidos internacionalmente; ha apoyado la incorporación de la perspectiva de género en todo el engranaje de las Naciones Unidas, y ha respaldado otros procesos de reforma estructural, como el establecimiento del Consejo de Derechos Humanos y del mecanismo de examen periódico universal y la racionalización y mejora de los mandatos de los Procedimientos Especiales.

Chile también ha liderado iniciativas regionales e internacionales encaminadas a mantener la paz y la democracia, prestando apoyo a la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) y, recientemente, ejerciendo la presidencia pro tempore de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), reforzando la adhesión política al compromiso internacional de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y destacando nuevas vías para la cooperación internacional ?sur-sur? sobre asuntos específicos, como la mortalidad materna.

Sin embargo, Amnistía Internacional ha detectado con preocupación varios ejemplos de incoherencia entre las normas internacionales preconizadas por Chile y su aplicación en el ámbito nacional. En abril de 2009, Chile, que actualmente es miembro del Consejo de Derechos Humanos, se someterá al examen periódico universal, en el que se tendrán en cuenta sus acciones. En este contexto, resulta fundamental que Chile adopte un enfoque coherente y demuestre de forma inequívoca la misma disposición a rendir cuentas ante su propia ciudadanía que ante la comunidad internacional por sus compromisos con los derechos humanos.

En 2007, usted hizo un llamamiento ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en favor de un desarrollo sostenible en el que hubiera más justicia y equidad, y en numerosas ocasiones ha prometido adoptar políticas basadas en estos principios, respondiendo al clamor que pide que se emprendan verdaderas reformas y se aborden las cuestiones aún pendientes de la era de Pinochet. Amnistía Internacional insta a su gobierno a cumplir las promesas que contrajo cuando se constituyó y a aprovechar el último año de su mandato para sentar unas bases firmes que permitan a las generaciones venideras seguir encarando el pasado y garantizando el respeto por los derechos humanos en el futuro. Mostrar a la ciudadanía y al mundo su determinación por respetar los valores y derechos consagrados en su Constitución y contraídos ante la comunidad internacional sería un buen modo de celebrar el bicentenario de su independencia. También honraría el compromiso de Chile a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, documento que debe mucho a las contribuciones de su país en el momento de su conceptualización, cuando cumple sus 60 años.

Teniendo en cuenta este contexto y convencida de la indivisibilidad e interdependencia de todos los derechos humanos, Amnistía Internacional expone a continuación sus principales motivos de preocupación con respecto a cuatro áreas:

I. Institucionalidad nacional e internacional de derechos humanos.

En 2005, Amnistía Internacional pidió a todos los candidatos y candidatas presidenciales que se comprometieran a elaborar un Plan Integral de Acción nacional sobre Derechos Humanos, tal como recomiendan la Declaración y el Programa de Acción de Viena aprobado en 1993. Su antecesor, Ricardo Lagos, se comprometió a trabajar en un plan de esta índole. Algunos de los vecinos latinoamericanos de Chile ya han dado este importante paso hacia la adopción de un programa general de derechos humanos, por ejemplo, Ecuador (1998) y Brasil (1996). El actual gobierno de Chile contrajo este compromiso en su Programa de Gobierno 2006-2010, pero todavía no se ha iniciado el proceso.

Chile es uno de los pocos países latinoamericanos que no tienen una institución nacional de derechos humanos. La existencia de una institución, cuando cumpla con los criterios establecidos en los Principios de Paris, como ha sido comprobado en varios otros países latinoamericanos, podría desempeñar un papel importante en institucionalizar el respeto hacia los derechos humanos en Chile. A pesar de las campañas de organizaciones de la sociedad civil y de que en varias ocasiones se presentaron iniciativas legislativas para su aprobación en el Parlamento, este asunto se ha demostrado problemático. Amnistía Internacional no cree que la propuesta de establecer un Defensor de las Personas, que la Cámara de Diputados aprobó recientemente, cumpla con los criterios de los Principios de París.

Amnistía Internacional es consciente del espíritu constructivo que subyace a la participación de Chile en las actividades de los organismos intergubernamentales regionales e internacionales, tanto respecto a cuestiones concretas de derechos humanos como a la reforma estructural de estas entidades. Su país fue beneficiario de la primera Relatoría Especial de las Naciones Unidas sobre un país, y en la inauguración de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, su gobierno aludió al papel decisivo que desempeñó éste y otros Procedimientos Especiales de las Naciones Unidas en ayudar a que Chile superara un periodo oscuro en su historia. Es fundamental mantener el papel de apoyo a los Procedimientos Especiales que desempeña Chile, así como su liderazgo y apoyo a nuevas iniciativas sobre asuntos de derechos humanos presentes y futuros, para que la comunidad internacional pueda seguir abordando los problemas comunes de derechos humanos.

Amnistía Internacional cree que, si el Estado chileno desea demostrar su compromiso de respetar todos los derechos humanos, que son universales, indivisibles e interdependientes y que están firmemente arraigados en el derecho internacional, debe ratificar y aplicar los principales tratados internacionales y regionales de derechos humanos. También tiene que dar prueba de su compromiso de respetar plenamente y sin demora las sentencias vinculantes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Si no emprende estas acciones, las promesas políticas de respeto por los derechos de los habitantes de Chile serán promesas vacías.

La ratificación y la implementación de estos tratados, como por ejemplo los tratados sobre desapariciones forzadas, son el medio de que dispone el Estado para romper nítidamente con sus nefastas acciones del pasado, para reconocer que no ha dado respuesta al sufrimiento de numerosas víctimas y para demostrar su futuro compromiso de resarcir tales daños. De este modo, Chile podrá contribuir a los esfuerzos de la comunidad internacional por erradicar estas prácticas en el futuro.

Recomendaciones:

En el ámbito nacional

_ Dar prioridad a la elaboración de un Plan de Acción Nacional de Derechos Humanos mediante un amplio proceso de consulta, de conformidad con las recomendaciones recogidas en la Declaración y el Programa de Acción de Viena.

_ Tomar todas las medidas posibles para agilizar el proceso legislativo para aprobar la creación de una institución de derechos humanos autónoma conforme con los Principios de París.

En las Naciones Unidas

_ Cursar una invitación abierta a los diferentes mandatos y responder positivamente a las solicitudes de visita pendientes realizadas por los Relatores y Relatoras Especiales sobre el derecho a la educación, sobre la libertad de religión y sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de los niños en la pornografía.

_ Seguir desempeñando una función positiva en la revisión, racionalización y mejora del sistema de Procedimientos Especiales de las Naciones Unidas, liderando debates e iniciativas tanto en el Grupo de Estados de América Latina y el Caribe (GRULAC) del Consejo de Derechos Humanos como en un entorno más amplio, incluyendo el fortalecimiento de Procedimientos sobre países;

_ Ratificar y aplicar la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las

Desapariciones Forzadas.

_ Ratificar la Convención sobre la no Aplicabilidad de las Limitaciones Legales a los Crímenes de Guerra y a los Crímenes contra la Humanidad, adoptada en 1968 por las Naciones Unidas.

En el ámbito regional

_ Ratificar y aplicar la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas.

_ Cumplir plenamente y sin demora con las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

_ Seguir promoviendo iniciativas encaminadas a la solidaridad regional mediante la Unión de Naciones

Suramericanas (UNASUR), asegurando que las iniciativas den prioridad a las cuestiones de derechos humanos.

II. Justicia e impunidad.

Amnistía Internacional reconoce que, en los mandatos de los cuatro gobiernos elegidos democráticamente que han sucedido a Augusto Pinochet, se han logrado avances significativos a la hora de abordar el legado de violaciones graves y sistemáticas cometidas durante el régimen militar. Cabe mencionar el trabajo de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación (Comisión Rettig) y de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura (Comisión Valech), así como investigaciones penales y procesamientos, y asistencia médica, educativa y psicoterapéutica a las víctimas.

Sin embargo, la organización observa decepcionada que el gobierno todavía tiene que emprender muchas de las tareas fundamentales para el proceso de transición posterior a la dictadura, tareas estas que ya le había planteado durante su visita en el año 2000 y en otras ocasiones. El mero reconocimiento público de las violaciones cometidas en el pasado es insuficiente si no va acompañado de un esfuerzo concertado por poner fin a la impunidad que hoy sigue vigente, por proporcionar la justicia debida a las víctimas, tantos individuales como colectivos, y por emprender reformas políticas que sienten las bases para garantizar que no se volverán a cometer violaciones similares en el futuro.

A) Investigación, enjuiciamiento y reparación de violaciones de derechos humanos cometidas en el pasado

Amnistía Internacional considera que, si Chile desea demostrar un compromiso serio de respuesta a su legado de violaciones de derechos humanos, es vital que solucione las deficiencias e incompatibilidades que existen entre su marco jurídico y el derecho internacional.

Resulta muy preocupante que la Ley de Amnistía (Decreto Ley 2191), promulgada bajo el régimen del general

Augusto Pinochet en 1978, y que abarca el periodo comprendido entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1978, todavía esté en vigor. Aunque algunas decisiones judiciales han autorizado la investigación de casos de desaparición con arreglo a la figura del ?secuestro permanente?, que permite eludir la aplicación de la Ley de Amnistía, y han establecido que la Ley no es aplicable a los delitos cometidos en el extranjero ni a los crímenes de lesa humanidad, el hecho de que siga la Ley de Amnistía en vigor en el ordenamiento chileno es incompatible con las obligaciones jurídicas internacionales de Chile. Además, proyecta una sombra peligrosa en todo procedimiento legal que se inicie en relación a las violaciones de derechos humanos cometidas antes de 1978. Mientras siga rigiendo la Ley de Amnistía, siempre existirá la posibilidad de que estos juicios sean cerrados por una decisión judicial basada en esta ley.

También es crucial que los delitos de derecho internacional también estén tipificados en la legislación chilena, para que los tribunales puedan investigar y enjuiciar los crímenes de lesa humanidad, los crímenes de guerra y otras violaciones de derechos humanos sin tener que establecer una analogía o identificarlos con delitos comunes que puedan estar sujetos a normas de prescripción.

Los crímenes contra el derecho internacional son imprescriptibles.

Por eso, Amnistía Internacional considera preocupante que se hayan aplicado estas normas a casos de violaciones graves de derechos humanos (como desapariciones forzadas y homicidios ilegítimos) y que algunos jueces insistan en justificar su aplicación a demandas civiles presentadas en procesos penales. Esta aplicación de las normas sobre prescripción contraviene varios principios establecidos por el derecho internacional.

Las víctimas (presos y presas políticos/as y personas torturadas) reconocidas como tales en el informe de la

Comisión Valech pueden optar a una pensión de reparación y beneficiarse de diversas medidas destinadas a proporcionarles resarcimiento en virtud de la Ley 19.992, que ?establece pensión de reparación y otorga otros beneficios a favor de las personas que indica?, de 24 de diciembre de 2004.

Sin embargo, Amnistía Internacional comparte la preocupación expresada por el Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura: el limitado mandato de la Comisión Valech, la brevedad del plazo que tuvieron las presuntas víctimas para registrarse y otra serie de obstáculos, sumados al enfoque ?austero y simbólico? del Estado, hacen que la política de reparaciones sea inadecuada.

Además, se debe abordar las dificultades que tienen las víctimas de tortura al tratar de traspasar los beneficios a sus hijos/as y herederos/as. Amnistía Internacional cree que la política real de Chile en este ámbito no se ajusta a los principios relativos al derecho de las víctimas de violaciones graves de derechos humanos y del derecho humanitario a obtener remedio y reparación, promovidos en las Naciones Unidas por el propio Estado chileno.

Llevar a la justicia a los autores de los abusos de derechos humanos es un elemento clave de las reparaciones. Por lo tanto, el Estado chileno debe afrontar su responsabilidad con las víctimas, tratando todos los obstáculos que siguen en el camino hacia la justicia.

Además de tales procedimientos legales, Amnistía Internacional cree que una reunión personal con los grupos de víctimas, dado la experiencia personal que tiene, les daría un fuerte apoyo moral a las víctimas, y una oportunidad de compartir sus propias experiencias, y sus reclamos para un proceso de justicia que ponga punto final a la continua impunidad del pasado.

Recomendaciones:

_ Anular la Ley de Amnistía (Decreto Ley 2191) de 1978 y cualquier otra disposición similar que conceda una amnistía a presuntos autores de violaciones graves de derechos humanos.

_ Reconocer la imprescriptibilidad de los crímenes contra el derecho internacional y de las demandas civiles que deriven de esos delitos, con independencia de cuándo se hayan cometido.

_ Proporcionar reparaciones plenas a las víctimas de violaciones de derechos humanos y a sus familiares, incluyendo quienes viven fuera del país.

B) Reforma del Código de Justicia Militar

Amnistía Internacional tiene entendido que su gobierno está desarrollando una propuesta para reformar el Código de Justicia Militar. Esta iniciativa se acoge con satisfacción, pero llega con mucho retraso, por lo que debería agilizarse. La incompatibilidad entre la actual aplicación del Código de Justicia Militar a casos sobre civiles y las normas internacionales de derechos humanos se ha expuesto en numerosos foros, por ejemplo, recientemente en una decisión vinculante de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (caso Iribarne Palamara vs. Chile). La imposición del Código de Justicia Militar en respuesta a supuestos actos de violencia en el contexto de las protestas Mapuche contribuye a una situación en la que se debilita el derecho al debido proceso.

Recomendaciones:

_ Armonizar el Código de Justicia Militar con las normas internacionales, y con la sentencia de la Corte

Interamericana de Derechos Humanos sobre el caso Iribarne Palamara vs. Chile.

_ Eliminar la aplicación de la jurisdicción militar a civiles.

_ Juzgar en tribunales civiles los casos de violaciones de derechos humanos en los que haya implicado personal militar.

_ Eliminar del Código Militar las disposiciones sobre la pena de muerte.

C) Cooperación con la Corte Penal Internacional y con otros tribunales penales internacionales

Chile se encuentra en la poco envidiable situación de ser el único Estado de Sudamérica que no ha ratificado el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, pues los sucesivos gobiernos del país no han dado el paso de ratificarlo tras su firma, el 11 de septiembre de 1998. Las recientes muestras de que su gobierno está a favor de la ratificación son bienvenidas, y Amnistía Internacional espera que el proceso de ratificación prospere sin necesidad de medidas adicionales ? como la reforma constitucional y la potencial declaración unilateral propuestas en 2003 ? que pudieran socavar el objeto o propósito del Estatuto. Asimismo, para que la ratificación del Estatuto de Roma sea satisfactoria, es esencial promulgar la legislación necesaria para su aplicación y cooperar posteriormente con la propia Corte Penal Internacional.

Recomendaciones:

_ Ratificar sin demora y aplicar plenamente el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.

_ Ratificar y aplicar plenamente el Acuerdo sobre los Privilegios e Inmunidades de la Corte Penal

Internacional.

_ Promulgar legislación que implemente la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles,

Inhumanos o Degradantes de las Naciones Unidas, la Convención Interamericana para Prevenir y

Sancionar la Tortura, los Convenios de Ginebra y sus Protocoles Adicionales I y II, y la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, y que prohíba las conductas determinadas en éstos tratados, respetando plenamente el derecho internacional.

_ Promulgar legislación sobre cooperación con otros tribunales penales internacionales, en particular sobre la entrega de personas presuntamente

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En vísperas del bicentenario de la independencia de Chile, es evidente que la transición del país de la dictadura a la democracia ha supuesto muchos avances en el disfrute de los derechos humanos de sus habitantes. Los cambios propulsados por el gobierno que usted preside se han basado en el proceso iniciado con el regreso a la democracia en 1990. En tanto que miembro de la comunidad internacional, Chile ha recuperado credibilidad a nivel regional, bilateral y en su participación en las organizaciones intergubernamentales. Amnistía Internacional la insta encarecidamente a continuar este proceso durante el último año completo de su mandato, dando prioridad a las tareas pendientes que se han expuesto supra para dejar unos cimientos sólidos sobre los cuales puedan seguir avanzando sus sucesores. Sólo respetando los derechos de todos sus habitantes y demostrando que lo hace para honrar sus obligaciones internacionales podrá Chile demostrar su verdadero compromiso con este nuevo paradigma basado en los derechos y con su plena aplicación.

UNION NACIONAL DE EXPRISIONEROS POLITICOS

www.unexpp.cl

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Agrupación Solidaria de Ex Presos Políticos y Torturados de Magallanes

Imagen de Héctor González

Asi que, amigos dramaturgos

Asi que, amigos dramaturgos y actores que leen EL RANCAHUASO, recuerden que el plazo del concurso vence mañana.

Imagen de Carlos Aravena

Muy buena oportunidad para

Muy buena oportunidad para los grandes exponentes locales.