Éste es un lugar mágico, desde su arquitectura hasta su entorno son diferentes a lo acostumbrado. Comenzar a recorrer Sewell es fascinante, la atmósfera ya es distinta, así que cada minuto que pasa, hay que sacar el mayor provecho al sitio.

Para conocer la historia de Sewell existe un museo, en el cual hay diversas salas, las cuales tienen distintos objetos, entre ellos: cobre, piedras, algo de la sociedad de la época y sobre todo fotografías, en las cuales están los más importantes… los habitantes, las personas que vivieron ahí.

En algunas fotos hay familias completas, también en ellas se observan las diversas actividades que se realizaban: los bailes, las reuniones sociales, entre otras actividades.

De este modo, para disfrutar más de la vida que se llevaba en Sewell, hay que darse un tiempo para leer y observar mejor la exposición, porque poco a poco se va encontrando la historia del lugar.

Cerca del museo está la iglesia que todavía se mantiene y entrega esa paz que en pocos lugares se puede encontrar.

Seguir caminando por Sewell es maravilloso, sobre todo subir las escaleras, aquellas que tienen años y se mantienen todavía ahí para transitarlas. Así poco a poco comienza a irse el sol y empieza a oscurecer, eso es un indicio que se acerca la hora del show.

En el segundo piso del salón, era el concierto, en el cual Gatti entregaba sus canciones y encantaba al público asistente, quienes en todo momento coreaban y aplaudían las canciones. Así seguía su show entre sus clásicas canciones, pero también se dio el tiempo para cantar algo de su nueva producción.

Cada vez que decía que iba a terminar, las personas pedían otra y otra, y él nuevamente volvía al escenario. Hasta que tenía que finalizar el show, así fue como dejó su silla, tomó su guitarra y dejó el lugar.

Pero se dio el tiempo para conversar con El Rancahuaso y responder a las preguntas:

¿Se vivió un ambiente especial en este concierto?

Absolutamente, es especial por la sensación física, el hecho de estar a 2300 metros y hacer un recital en este lugar precioso. También se nota que el público vino a escuchar, no solamente vino a conocer Sewell.

¿Conocías Sewell?

Yo lo conocí, pero muy chico. Entonces los recuerdos que tenía eran muy vagos, y ahora pude rememorarlos nuevamente.

¿A qué edad fue tu visita a este lugar?

A los 12 años, fue en el contexto de un viaje de curso, estos viajes son como los libros que leía en el colegio, o sea terminabas olvidándote de ellos. Entonces no tenía un recuerdo muy claro.

¿Te gustaría volver a Sewell y realizar otro concierto?

Encantado, feliz encuentro fantástico lo que están haciendo de potenciar este lugar a través de gente que se está preocupando de traernos y todo, como VTS y Soledad Díaz, y que además esto lo estén de alguna forma refaccionando, cosa que de a poco poder ir recuperando lo que quedó.

Hablaste de un nuevo disco ¿Qué va a pasar con tu nueva producción?

No tengo idea como lo voy a sacar, no sé si voy a esperar sacar un disco o voy a empezar a poner a disposición en la Web algunos temas.

¿Con sello discográfico o en forma independiente?

Puede ser en forma independiente y obviamente con todos los respetos al derecho de autor que corresponden.

Así la mayoría de los asistentes salían felices de haber escuchado a Eduardo Gatti y lo que más les llamaba la atención a los visitantes era la magia que hubo en el concierto y lo maravilloso que era Sewell, “La ciudad de las escaleras”.