Protección a la maternidad: mucho más que el postnatal

Maternidad y el trabajo son compatibles? En el plano del mundo laboral se sigue reflejando una gran dificultad, que en el caso de las mujeres se presenta como un obstáculo para acceder o permanecer en un trabajo remunerado. Una situación que para el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera y para Sernam, es prioritario y que comenzó a profundizarse luego que se creara la Comisión Mujer, Trabajo y Maternidad; instancia que buscó proponer con una mirada más integral, un cuerpo normativo que entregue las bases y establezca las soluciones a las dificultades que para las mujeres y para la familia en su conjunto, significa trabajar fuera del hogar y al mismo tiempo, la posibilidad o el deseo de tener hijos.
Existe una discusión política. Recién en marzo de este año se conocerá el alcance de esta propuesta y el debate se ha centrado en si la promesa de la campaña presidencial se cumplirá o no, si esta medida será de seis meses o hasta seis meses. Si tomamos el tema con visión de país, considerando que la participación femenina, la productividad y el aporte de las mujeres en este espacio han presentado un mayor crecimiento, no es menor aspirar a una política pública integral que vaya en la correcta dirección. Es decir, un cuerpo normativo que no sólo tenga en cuenta la cantidad de meses como mínimo de garantía, sino que también exista flexibilización del mismo, que sea de carácter universal (que no sólo beneficie a las mujeres en mejor situación de trabajo estable o bien remunerado).
Que estas consideraciones establezcan criterios, amplíe y asegure beneficios para todas las mujeres del país, independiente de su capacidad o situación contractual, pero por sobretodo, que se fortalezca el vínculo entre madre e hijo, que se pueda compatibilizar ser mamá y tener un trabajo. La conciliación familia y trabajo aparece también como eje programático fundamental para apoyar la inserción laboral femenina. En definitiva, este proyecto es reflejo de que por primera vez en Chile, un Gobierno se hace cargo de manera concreta de esta problemática a través de un proyecto que cimente las bases legales sobre la maternidad, el fortalecimiento y desarrollo de la familia a través de un cuerpo normativo que recoja y ampare, al mismo tiempo, las distintas realidades del mundo laboral y la fuerza productiva donde hoy aportan las mujeres.
Es una gran oportunidad de discusión. Se pueden tener diferencias en el Parlamento, pero el propósito es que se logre llegar a un gran consenso nacional donde se tomen en cuenta otras aristas como la contratación de mujeres, en qué condiciones, los costos asociados a la maternidad y la disminución de la misma, cuando opera y se vislumbra como impedimento para optar a un trabajo e incluso los mitos y creencias que existen entre unos y otros.
Los datos a la causa reflejan que aún muchas mujeres chilenas permanecen ajenas al mercado laboral, pero al mismo tiempo, se señala que muchas de ellas teniendo disposición para formar parte de esta fuerza de trabajo, no lo hacen aludiendo que el principal obstáculo para hacerlo es la responsabilidad doméstica y familiar.
Los principales mitos y prejuicios instalados en la sociedad, se refieren, por ejemplo, a la creencia que las mujeres significan un mayor costo salarial por los derechos legales asociados a la maternidad, tales como los permisos pre y posnatal, el horario especial para la lactancia, los permisos para el cuidado del hijo/a menor de un año y el fuero maternal, sin considerar que la maternidad es un bien social. Por lo tanto, hoy debemos mirar esta discusión con altura de miras, centrarnos en la necesidad de modernizar las actuales políticas de protección a la maternidad, de manera que se pueda asegurar efectivamente, que estas propuestas sean de manera integral y llegue a todas las mujeres trabajadoras.