Entrevista a Monseñor Alejandro Goic: ORIENTACIONES PASTORALES 2006

Entrevista a Monseñor Alejandro Goic: ORIENTACIONES PASTORALES 2006

24 Marzo 2006
Conversamos con el Obispo de la Diócesis de Rancagua, Monseñor Alejandro Goic Karmelic, sobre los rasgos centrales que marcarán el trabajo pastoral de este año.
Maria J. Muñoz F. >
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El 10 de marzo, en un acto en el gimnasio del Instituto O’Higgins de Rancagua, al que asistieron sacerdotes, religiosos, religiosas, representantes de movimientos apostólicos, diáconos y encargados de las diferentes pastorales que se desarrollan en la diócesis, el Obispo Goic dio inicio al año pastoral 2006.

En el acto se hizo entrega del documento “Trabajadores del Campo del Señor”, en el que se dan los lineamientos pastorales para el 2006.

Hoy nos cuenta más detalles de los cuatro rasgos fundamentales para el trabajo durante el presente año.

- Don Alejandro, en primer lugar, ¿En la característica Iglesia Eucarística, con qué acciones la diócesis la impulsará?

Fundamentalmente, invitando a las más de 800 comunidades de nuestra Iglesia Diocesana a que cada domingo celebren el día del Señor. En cerca de 200 comunidades se celebran eucaristías los sábados y domingos, por lo que la idea es que las otras 600 puedan reunirse en lo que se llama la celebración dominical en espera del presbítero. Esto supone preparar a cerca de 600 personas para celebrar estas liturgias con lecturas bíblicas, oraciones, cantos, comentarios de la Palabra de Dios, y en algunos casos con la posibilidad de distribuir la Santa Comunión.

La idea de fondo es que todo cristiano debe celebrar el domingo, el que pueda con la Santa Misa y los que no, con la liturgia dominical.

- En segundo lugar, ¿cómo se trabajará para fomentar la característica Iglesia fraterna?

En este punto hay varias iniciativas que he propuesto en mi carta de inicio del año, la creación de varios consejos a nivel diocesano, decanal y parroquial, porque esta tarea de Iglesia fraterna supone comprender que la Iglesia la formamos todos los bautizados y que, por lo tanto, cada uno tiene responsabilidad en ella.

Los diferentes consejos de carácter diocesano, en los decanatos, y en la parroquia son una expresión de la comunión y la participación. Mientras más católicos laicos, con sus pastores y sus mujeres consagradas formen estos consejos para ir mirando la realidad, en el respectivo sector que les corresponde animar, vamos a crear esta Iglesia Fraterna en que cada uno aporta sus dones, sus talentos y los pone al servicio de la comunidad. Por lo tanto, la consolidación de los diferentes consejos en todos los niveles será la expresión de esta Iglesia Fraterna que queremos ir cada día acentuando y haciendo crecer.

- En tercer lugar, ¿Qué acciones se promoverán para la característica Iglesia Misionera?

Lo que más quisiera acentuar es la creación de comunidades misioneras parroquiales permanentes, es decir, de grupos de católicos, fundamentalmente laicos, que durante todo el año realicen lo que vamos a llamar las “Misiones Sectoriales”, cuya preocupación es llegar a todos los hogares. Uno puede escoger, por ejemplo, durante tres o cuatro meses unas cinco o seis manzanas dentro del territorio parroquial, visitar las casas y formar pequeños grupos de reflexión. Se trata de que la parroquia salga de la sede, del centro físico, para ir a los lugares periféricos y que haya católicos que estén dedicando algunas horas durante la semana para ir a evangelizar a estas personas que, perteneciendo a la Iglesia Católica por el bautismo, todavía no tienen una participación activa.

- Y en cuarto y último lugar, ¿cómo se concretizará la característica Iglesia Solidaria?

Hay muchas acciones que la Iglesia está realizando para mostrar esta dimensión profunda de la caridad. Entre los puntos centrales está la preocupación por el mundo del trabajo. Queremos crear una Pastoral del Mundo del Trabajo, que incluya a todos los sectores laborales de nuestra provincia, en una doble perspectiva, por un lado, la evangelización de temporeros, campesinos, pescadores, obreros de la construcción, mineros, y por otro lado la preocupación de la Iglesia para ayudar a la dignificación del mundo del trabajo. Ocurre a veces que hay abusos hacia los trabajadores, la Iglesia quiere estar cerca de ellos para ayudarles en sus legítimas búsquedas para que toda la sociedad respete la dignidad de cada uno de los trabajadores especialmente de aquellos que tienen menos capacidad de organización.

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